La realidad más real sale, pues, a escena, y logra relatos (y retratos), aunque de intensidad desigual, de fácil lectura y estilo sencillo, sometidos todos a un sorprendente proceso constructivo. Así, personajes apenas sugeridos en una historia reaparecen en el primer plano de otra; cambiantes puntos de vista otorgan profundidad de campo a relatos testimoniales que cuentan muchas vidas a través de una sola voz; perspectivas cambiantes, puntos de vista inesperados, son recursos enriquecedores de los mejores títulos del conjunto: "Un ático y dos terrazas", "El trasiego de las mujeres", "La edad en las manos" o "Un verdadero festín", servirán de muestra de lo dicho. Al final siempre, de un modo u otro, para bien y para mal, la realidad, sin edulcorantes, se impone. De ahí el acierto de estas palabras que dicen que dijo John Barth: "Qué diablos, la realidad es un lugar agradable de visitar, pero a nadie le gustaría vivir en ella".
Contratiempos
Pilar Tena
12 diciembre, 2014 01:00La realidad más real sale, pues, a escena, y logra relatos (y retratos), aunque de intensidad desigual, de fácil lectura y estilo sencillo, sometidos todos a un sorprendente proceso constructivo. Así, personajes apenas sugeridos en una historia reaparecen en el primer plano de otra; cambiantes puntos de vista otorgan profundidad de campo a relatos testimoniales que cuentan muchas vidas a través de una sola voz; perspectivas cambiantes, puntos de vista inesperados, son recursos enriquecedores de los mejores títulos del conjunto: "Un ático y dos terrazas", "El trasiego de las mujeres", "La edad en las manos" o "Un verdadero festín", servirán de muestra de lo dicho. Al final siempre, de un modo u otro, para bien y para mal, la realidad, sin edulcorantes, se impone. De ahí el acierto de estas palabras que dicen que dijo John Barth: "Qué diablos, la realidad es un lugar agradable de visitar, pero a nadie le gustaría vivir en ella".