Sergio Ramírez
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez ha sido galardonado con el Premio Internacional Carlos Fuentes a la creación literaria, un premio que "pone al maestro delante de su discípulo", pues fue de él de quien aprendió grandes lecciones de literatura, confiesa Ramírez."De él aprendí lecciones de escritura desde aquellos años de mi temprana juventud cuando, en mis primeros viajes a México, bajaba ansioso las escaleras de la librería El sótano para encontrarme con sus libros", ha apuntado el nicaragüense en su discurso. Ramírez (Masatepe, 1942) ha recibido el galardón de manos del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien lo ha calificado como un intelectual que "forma parte del selecto grupo de escritores que ha hecho brillar la literatura Latinoamericana en el mundo".
"Su vida es la de un hombre congruente que ha entrelazado la palabra con la acción", ha dicho sobre el escritor y político que en 1977 encabezó el Grupo de los Doce, formado por intelectuales, empresarios, sacerdotes y dirigentes civiles que apoyaban al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y en 1984 fue elegido vicepresidente de su país. El pasado mes de noviembre se conoció el fallo del jurado, quien le otorgó el galardón por "conjugar una literatura comprometida con una alta calidad literaria" y por su papel "como intelectual libre y crítico, de alta vocación cívica".
Ramírez es autor de más de 55 libros, entre novela, cuento, ensayo, testimonio y otros géneros, que han sido traducidos a muchos idiomas, entre ellos portugués, inglés, francés, alemán, italiano, holandés y mandarín. Además de los 250.000 dólares con los que está dotado el premio, Ramírez ha recibido un diploma y una obra escultórica diseñada por el artista español Vicente Rojo.
Comenzó su carrera literaria como cuentista, su primer relato, El estudiante, lo publicó en 1960 en la revista Ventana, de León. Su primera obra, aparecida tres años más tarde, fue precisamente una recopilación de relatos, pero el siguiente, publicado en 1970, era ya una novela. A partir de entonces, ha ido alternando estos géneros narrativos con el ensayo y el periodismo. Su consagración internacional llegó en 1998, cuando ganó el Premio Alfaguara con su novela Margarita, está linda la mar.