Graciano García

El director de la Fundación Príncipe de Asturias desde su creación hasta 2009 publica Una tierra, una patria, un alma, un libro de poemas que funciona como el legado sentimental de toda una vida.

Graciano García (Moreda de Aller, Asturias -1939) concibió allá por 1980 la idea de crear una fundación que estrechará las relaciones entre el Principado y el Príncipe de Asturias y que pusiera en valor los ideales científicos, humanísticos y culturales universales. Así nacía la Fundación Príncipe de Asturias, de la que fue director desde su creación hasta 2009, cuando pasó a ser director emérito vitalicio. Durante sus años de trabajo en la Fundación escribió innumerables "crónicas del alma", poemas improvisados en papeles, servilletas de bar, folios... Ahora todos estas creaciones las recopila en Una tierra, una patria, un alma (Ediciones Nobel), un libro de poemas que funciona como el legado sentimental de toda una vida, dedicada al periodismo y la creación de atrevidos proyectos culturales.



- Sabíamos que era periodista, que ideó y dirigió la Fundación y los Premios Príncipe de Asturias, que era un atrevido emprendedor cultural pero no conocíamos su faceta de poeta...

- Ni yo tampoco... He sido lo que siempre soñé de joven, un periodista, y me siento orgulloso de mi profesión. Pero decía Luis Pimentel, el gran poeta gallego, que la poesía es el gran milagro del mundo y con este libro ha sucedido un pequeño milagro. Jamás pensé que podría escribir un libro de poemas pero una vez más se cumple lo que los antiguos griegos ya sabían, que los dioses siempre nos traen lo inesperado. Y entre lo inesperado está este libro.



- ¿Cómo ha sido el proceso de gestación de estos poemas?

- Cuando era periodista escribía de todo. Hice editoriales, artículos de fondo, esquelas, sucesos... Pero lo que más me gustaba era hacer crónicas sobre lo que veía. Después, cuando entré en la Fundación, tomé la costumbre de entregar casi todas las mañanas a Teresa Caso, compañera muy culta y sensible y especializada en Jovellanos, pequeñas crónicas con lo que sentía por dentro. Las escribía en tarjetones, en servilletas de bar, en folios... Ella los fue guardando sin decirme nada hasta que, pasados los años, lo corrigió todo muy cuidadosamente, lo encuaderno y me lo entregó con una nota que decía: "el libro de tu vida". Fue un regalo y al principio ni siquiera me reconocía en esos versos pero Teresa me aseguró que los había escrito yo.



- ¿Tuvo dudas a la hora de decidir si lo publicaba?

- Teresa habló con amigos y gente seria del mundo de las letras como Ricardo Senabre, Antonio Colinas, Rosa Navarro, José Luis García Martín, Xuan Bello... Todos tuvieron mucho interés en el libro y cuando lo leyeron trataron de convencerme para que lo editara. Algunos afirmaban que lo que había hecho en la Fundanción, en el periodismo, en la vida cultural y en empresas editoriales no se podía entender sin leer este libro.



- ¿Está satisfecho con la decisión tomada?

- Creo que el libro es un éxito en muchos aspectos y me ha dado muchas satisfacciones. Por ejemplo, el hijo de Ricardo Senabre me mandó una carta en la que venía a decir que su padre no se había equivocado conmigo. El Rey Felipe y la Reina Letizia me dijeron que sintieron una profunda emoción al leer el poema que les dedico porque veían reflejados mis sentimientos, mis valores y mis convicciones en esos versos.



- También fue un éxito la presentación del libro...

- Es un hecho insólito que 1.500 personas asistan a la presentación de un libro de poesía porque estos actos suelen ser muy minoritarios. En un poema digo que merece la pena haber vivido si algún día, en alguna escuela de algún lugar del mundo, un maestro lee por compasión algunos de mis versos. Entonces "la ceniza sería otra vez llama". Pues para mi sorpresa hay al menos cinco escuelas en Asturias donde ya se han recitado mis poemas. Pero sigo con el convencimiento de que solo soy un periodista que escribe pequeñas crónicas del alma. Antes contaba lo que veía y ahora lo que siento.



- ¿No cree que debería ser normal que 1.500 personas acudan a la presentación de un libro de poesía y no una excepción?

- El libro lógicamente tiene mensajes y uno de ellos lo descifra muy bien en el prólogo Xuan Bello. Al mundo le faltan versos y le sobra codicia, crueldad y fanatismo. Estoy convencido de que en el futuro acabará por triunfar la bondad sobre el mal porque las cosas que estamos viviendo no tienen sentido. Después, a parte de este mensaje, hay un poema dedicado a Cataluña y que aparece en el libro traducido al catalán. El libro es un canto y un orgullo sobre España, sobre su grandeza cultural y lo que ha aportado a la humanidad. No nos merecemos esas aventuras secesionistas que no conducen a nada, solo a la crispación y al empobrecimiento. Pienso que los poetas de ahora no están comprometidos con España como lo estuvieron los grandes poetas de la Generación del 27 y posteriores. Me gustaría que hubiera una defensa de la España constitucional, de la España plural. Nuestra nación es una nación de naciones pero hecho de menos la defensa en verso de esa España, la España grande.



- Asturias es otro de los pilares que sostienen este libro ¿Cuál es la esencia de esta región?

- Asturias tiene grabado en lo más profundo de su alma la defensa de la libertad. Durante la Reconquista se defendían aquí unos valores diferentes que otras culturas querían someter. Además es un pueblo al que le gusta la aventura cultural. Cuando Isaac Rabin recogió el Príncipe de Asturias y, después de la ceremonia en el Teatro Campoamor, vio a miles de personas en las calles de Oviedo aplaudiendo y acercándose a la gente que quiere un mundo más en paz, aseguró que un pueblo con esos valores no puede temer al futuro. Por último, el pueblo asturiano es un pueblo creativo, que sabe arriesgar, sobre todo cuando emigra.



- ¿A qué poetas admira?

- El Génesis para mí es fundamental, el poema mayor y la gloria de la humanidad. Después, ya bajando otros niveles y fuera de España, me gustan mucho Hölderlin, Paul Verlaine, Whitman, Cavafis... Dentro de España tenemos a Machado, San Juan de la Cruz... Ahora admiro mucho a Antonio Colinas y Xuan Bello, para mí son los dos grandes poetas de este tiempo que he pasado en vida. Tampoco puedo olvidar a algunos que he conocido como José Hierro, Claudio Rodríguez, Valente... García Montero también me parece un gran poeta.



- Siempre ha apostado por empresas culturales de alto riesgo como la propia editorial Nobel o la revista Clarín. ¿Hay que nadar a contracorriente para sacar adelante estos proyectos?

- Siempre son de alto riesgo pero lo importante es reconocer que no vas a sacar una fortuna. Si esto lo tienes claro merece la pena. Son aventuras espirituales que me llenan mucho. A otros les parecen anécdotas o empresas ruinosas. A mí me llenan de vida.



- Se considera sobre todo periodista. ¿Cómo ve la profesión en la actualidad?

- El periodismo atraviesa una situación preocupante porque, aunque se debe por encima de todo al lector, tiene hoy una excesiva dependencia del mundo financiero. Esto inevitablemente reduce la libertad. Es cierto que es muy difícil hacer empresas periodísticas rentables pero existen fórmulas.



- Con la entronización de Felipe VI la Fundación Príncipe de Asturias va a experimentar importantes cambios...

- La Fundación no ha dejado nunca de evolucionar, siempre está pendiente de los cambios que hay en el mundo. La Fundación tiene camino, no tiene metas. Aquí lo importante es dar unos premios solventes, serios y con prestigio.