Image: Descanso definitivo para los supuestos restos de Cervantes

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Letras

Descanso definitivo para los supuestos restos de Cervantes

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y otros cargos culturales, religiosos y militares inauguran el monumento funerario al escritor en el convento de las Trinitarias

11 junio, 2015 02:00

Ana Botella, alcaldesa en funciones de Madrid, delante del nuevo monumento funerario a Miguel de Cervantes. Foto: F.Q.

"El tiempo es breve,
las ansias crecen,
las esperanzas menguan
y, con todo esto,
llevo la vida sobre el deseo
que tengo de vivir".

Esta cita de Los trabajos de Persiles y Segismunda (1616) sella el nuevo monumento funerario de Miguel de Cervantes Saavedra, en un lateral de la iglesia de San Ildefonso del Convento de Las Trinitarias de Madrid. Detrás de la losa descansan los supuestos restos mortales del escritor más grande de las letras españolas, encontrados en marzo en la cripta de la misma iglesia. Después de una investigación que no pudo certificar ni refutar científicamente la autenticidad de los restos y que ha costado a las arcas madrileñas unos 114.000 euros, la alcaldesa en funciones, Ana Botella, ha querido inaugurar el monumento antes del inminente fin de su mandato. A las 11 de la mañana de este jueves 11 de junio ha anochecido de pronto en Madrid y un fuerte aguacero ha anunciado el comienzo del homenaje, acompañado de honores militares ya que Cervantes fue soldado del ejército español y célebre su participación en la batalla de Lepanto, donde sufrió las heridas que le inutilizaron el brazo izquierdo.

Al comienzo del breve homenaje-funeral, la alcaldesa ha descorrido una bandera de España, dejando al descubierto el monumento. Luego han intervenido el vicario de Vida Consagrada del Arzobispado de Madrid, Joaquín Martín Abad, el director de la RAE, Darío Villanueva, y la propia Ana Botella. Junto a ellos estaba también el general de brigada Antonio Nadal y, en los bancos de la pequeña iglesia, otros mandos militares; el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha; la priora del convento de las Trinitarias, sor Amada de Jesús; Pedro Corral, delegado del Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid; el historiador Francisco José Marín Perellón y el antropólogo forense Francisco Etxeberria, miembros ambos del equipo de investigación; así como otros representantes de la corporación municipal. En el resto de los bancos y en el lateral derecho de la iglesia, frente a la lápida, se agolpaban decenas de periodistas y cámaras.

Darío Villanueva ha recordado que la RAE -que ha redactado la inscripción de la placa- ha contribuido siempre a mantener viva la memoria de Cervantes del mejor modo posible: promoviendo la lectura de sus obras; y luego ha celebrado este "momento feliz en que la ciencia física y la forense han permitido poner orden en la casa que albergó la última morada de nuestro escritor" y que sus restos puedan ser presentados "con la misma dignidad y reconocimiento con que otros países cultos honran a los más grandes escritores que su lengua y su literatura han dado".

Botella, por su parte, ha recordado que el deseo de Cervantes de ser enterrado en esta iglesia se debía a la enorme gratitud que profesaba a la Orden de las Trinitarias, "que puso fin a sus cinco años y medio de suplicio en la prisión de Argel". También la alcaldesa ha dicho sentirse agradecida a la comunidad de monjas del convento por su "enorme paciencia" al soportar durante dos meses los trabajos que fueron necesarios para la exhumación y estudio de los restos. También ha celebrado que "el mundo entero vuelva a honrar los restos mortales de Cervantes como no se había hecho desgraciadamente desde hace al menos tres siglos", ya que "fueron removidos de su sepultura y trasladados en 1697, como ha quedado acreditado, al suelo de la cripta". "Con profunda emoción, plenamente conscientes del inmenso valor simbólico que encierra este acto, es la hora por fin de decir: Don Miguel, misión cumplida".

Tras los discursos, ha sonado La muerte no es el final, himno a los caídos de las Fuerzas Armadas y el vicario ha leído un responso. La alcaldesa, ayudada por dos militares, ha colocado una corona de flores a los pies del monumento y se ha concluido el acto con el himno nacional.