Nuria Barrios. Foto: Archivo

Si tantas veces un libro es el resultado de la necesidad de contar para comprender y hacer comprender a otros una porción de la realidad necesitada de la voz que le ayude a adquirir cuerpo y proporción, Ocho centímetros, de Nuria Barrios (Madrid, 1962) no es una excepción, pero sí resulta ser un libro excepcional.



No es casual que un volumen de cuentos centrado en relatar once situaciones reales que narran once visiones del sufrimiento humano, esquive con éxito tópicos, rechace edulcorantes y logre la excelencia reuniendo intensidad, ritmo, tono templado y el propósito de poner voz a una realidad que a nadie le es ajena: la enfermedad, la dependencia en sus distintas manifestaciones, el miedo, el dolor, la separación, la vida y la muerte. No es casual, decíamos, que logre una bellísima incursión en el dolor y que esta afirmación se imponga como una extraña paradoja. Pero es así. A Nuria Barrios le respaldan muchos títulos, muchos años de escritura, de dedicación y de atenta observación a las diferentes maneras de contar. Y con esta, reaparece fortalecida, a pesar de la dificultad que supone moverse por formas breves en materia tan vapuleada por la ficción; y es que no cuenta una historia, sino la realidad que da sustento a todas, por eso, hallada la voz, no es posible sino contar una historia detrás de otra.



Once, en total, con plena autonomía pero a su vez relacionados (especialmente los cinco primeros, por la geografía humana del Madrid "tóxico" y suburbial en el que se refugian gitanos, jóvenes de diverso origen social enganchados a drogas de muy distinto tipo), y enlazados por la idea que se desprende del que da título al volumen en un logrado intento de remitir a la complejidad de lo simple. Ocho centímetros es el tamaño de un cigarro, o de una barra de labios, y sirve en este caso, como en todos los que ilustran la sustancia narrativa, para subrayar la mínima distancia que hay entre el dolor y la felicidad.



El resto: "Las amigas. Una fotonovela", "La palabra de Dios es extendida", "El limbo", "Un puente de cristal", "El tren de Neckermann", "Hansel y Gretel en la T4", entre otros, suman ejemplos sobre esa distancia tan difícil de salvar en tantos casos que no hallan remedio efectivo contra la desdicha. Y así, contado sin quiebros en la voz, compone un libro hermoso, descarnado y conmovedor.