Antonio Ortuño. Foto: YouTube
Palabras Mayores es una selección de veinte relatos mexicanos contemporáneos elaborada por Cristina Rivera Garza, Juan Villoro y Guadalupe Nettel. Se trata de una serie de autores menores de cuarenta años en el momento de la edición, el mayor de ellos, nacido en 1975; el más joven era Gerardo Arana, nacido en 1987, paradójicamente, ya fallecido hace tres años.De él se incluye aquí un capítulo de su novela póstuma Meth Z, un texto al límite de la ciencia ficción y del delirio psicotrópico, de poderosas imágenes y crítica de fondo a lo que la sociedad mexicana hace con sus jóvenes. También entre la ciencia ficción y el ensayo (a propósito de Blade Runner) se encuentra el primero de los textos, el lúcido pero árido "Canción de amor para una androide", de Juan Pablo Anaya. "La pajarera", de Nicolás Cabral, aborda el asunto de la tortura militar y la vulneración organizada de los derechos humanos. Original es el planteamiento literario-visual de Verónica Gerber en "Conjunto vacío" para abordar un caos sentimental y familiar: las rupturas de pareja y el trastorno de una madre vuelta fantasma. Buen ojo sociológico para el microcosmos de una piscina de polideportivo y sus habituales tiene Laia Jufresa en "La pierna era nuestro altar".
Otro micromundo, el de una farmacia, nos lo brinda Luis Felipe Lomelí ("Las nubes"). Excelente es el breve relato "Un gorila responde", de Brenda Lozano, donde el mundo intencional de un simio de zoo y el de su vigilante (en vías de separación de su esposa) se asemejan y entrecruzan de modo asombroso.
Gran calidad la de "Porque cayó la noche y los bárbaros", de Valeria Luiselli, rico en coloquialismos y en humor del absurdo cotidiano, donde se narra el viaje de una madre "alternativa" con sus dos hijos (ya casados y con niños) a una casa de Acapulco. Hermoso es "Luces en el cielo", de Fernanda Melchor, ese avistamiento infantil de un ovni en una playa de Veracruz, que nos habla del asombro de la niñez y de las crudas evidencias adultas. Eduardo Montagner aborda en "Esfínteres" la influencia febril que algunos libros pueden deparar a los lectores. Pero sobresale el relato de Antonio Ortuño, "Historia", lúcido e inteligente en su reflexión sobre México como país secularmente invadido y cautivo. "La liturgia del cuerpo", de Eduardo Rabasa, es un cuento ágil e intenso en su carga de erotismo, narra la peripecia de una pareja que escandaliza a unas alumnas de colegio de monjas con sus relatos pornográficos, y las consecuencias impredecibles, tragicómicas, que esto depara. Tan fragmentario y fugaz como bello y poético resulta "En vez de hermosos sueños" de Ximena Sánchez Echenique, donde también se tiene presente el drama del dolor contemporáneo (Siria, o los cuarenta y tres jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa) o leemos reflexiones como: "¿Es México un país de drogadictos?, ¿estamos condenados a padecer la idiotez de nuestros dopados congéneres? Mágico México, si tienes oídos, despierta". En "Huir en Ferry", Nadia Villafuerte se mueve en lo onírico-visionario para relatar la quiebra de un divorcio y la nueva vida por afrontar, y la calidad de su escritura sirve bien al conjunto de excelentes y poéticas imágenes.
El libro entrega un buen y variado panorama, que tiene en común el cuestionamiento de la identidad personal y nacional en el México del siglo XXI.