El autor catalán obtiene el galardón por su novela La víspera de casi todo, una historia de grandes personajes y de su incansable lucha por huir hacia delante y escapar de su pasado.

Como es tradición, el Día de Reyes tiene lugar el fallo del Premio Nadal, el galardón literario más antiguo de nuestro país, tras la tradicional cena de Reyes organizada por la Editorial Destino en el Hotel Palace de Barcelona. Precisamente de Barcelona es oriundo el ganador de esta 72ª edición, el escritor Víctor del Árbol (1968), que ha obtenido el galardón por su novela La víspera de casi todo, una historia de grandes personajes y de su incansable lucha por huir hacia delante. Del Árbol se embolsará 18.000 euros y contará con el privilegio de engrosar una lista de premiados entre los que se encuentran autores de la talla de Carmen Laforet, Miguel Delibes, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio o Ana María Matute.



"Este libro es la culminación de todo las historias que he escrito previamente. Sin ellas no hubiera llegado hasta aquí y ahora creo estar preparado para dar un salto hacia otra cosa". Con estas declaraciones terminaba la entrevista hecha en El Cultural a Del Árbol con motivo de la publicación de su anterior obra, Un millón de gotas. Ahora ya sabemos en qué consiste ese salto del que hablaba.



La obra galardonada, que saldrá a las librerías el 9 de febrero, sigue la estela del autor y está dominada por elementos como la profundidad psicológica, la fuerte intensidad emocional o las grandes pasiones. La protagonisata es Paola, una mujer de clase alta que vive en una huída constante de un pasado turbulento, algo que nunca consigue del todo. Su viaje hacia delante la lleva a los confines de la tierra, a un pueblecito de la Costa da Morte donde se encuentra con otros personajes que al igual que ella viven atrapados en un pasado tormentoso del que también se sienten presos. Un encuentro que cambiará las cosas y del que ninguno de ellos saldrá indemne."He intentado crear un universo en el que todo es posible en un pueblo de la costa gallega en el tiempo que va del ocaso al alba. Es la historia de gente que no se resigna y que está dispuesta a cambiar. Vidas que son como árboles que tienen raíces en el agua", ha dicho Victor del Árbol en la ceremonia de entrega.



"Sólo puedo hablar desde la emoción de un chiquillo al que su madre le enseñó a leer en una cocina", continuaba Del Árbol. "En 2016 se cumplen diez años de mi primera novela y me han pasado muchas cosas, pero éste es el Nadal y es diferente. Es un sueño hecho realidad".



El escritor barcelonés, que se había presentado al concurso con el seudónimo de Aurelia Ballesteros y la novela Cruce de olvidos, combina en esta historia varios elementos que ya son marca de la casa, como el tono marcadamente épico, el mestizaje de géneros y los personajes redondos y complejos movidos por grandes pasiones.



Cuatro novelas avalan ya la trayectoría de este antiguo Mosso d'Esquadra. Salió a la luz pública en 2006 con El peso de los muertos, que ya ganó un premio, el Tiflos. Le siguió casi un lustro después La tristeza del samurái, que supuso su consagración definitiva al obtener el Premio Prix du Polar Européen del Festival de Novela Negra de Lyon y ser traducida a 14 idiomas. Respirar por la herida, publicada en 2013 y Un millón de gotas, en 2014, han ratificado totalmente una trayectoria donde los personajes terminan alcanzando cada vez un peso equivalente o incluso superior a la trama.



Reconocido por la crítica como uno de los grandes nombres recientes dell thriller literario español (junto a otros como Dolores Redondo o Carlos Zanón), Del Árbol se ha hecho un notable hueco en el género de la novela negra, especialmente en Francia, donde es una de las caras españolas más frecuentes en las librerías y donde ha obtenido diversos reconocimientos, el último hace no muchos meses, el Gran Prix de Littérature Policière, quizá el galardón más prestigioso del género en el país galo.



Del Árbol toma el relevo en el premio decano de las letras españolas de Carlos C. Vales, galardonado en la 71 edición por su obra Cabaret Biarritz, que relata la suntuosa forma de vida de las clases altas en los años 20 en una localidad costera del sur de Francia. Este año el jurado, formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Clara Sánchez y Emili Rosales, ha tenido que escoger el texto premiado de entre 341 novelas originales procedentes en su mayor parte de España y de países sudamericanos con temáticas que oscilaban desde el relato intimista hasta el noir, pasando por las propuestas de corte histórico o con acento social.



Durante la velada también se ha dado a conocer el ganador de la 48ª edición del Premio Josep Pla de prosa en lengua catalana, que ha ido a parar a manos del veterano periodista Lluís Foix por sus memorias periodísticas tituladas Aquella porta giratòria, un paseo por las virtudes y defectos tanto del oficio como de la propia Cataluña. El jurado de este premio, dotado con 6.000 euros, lo conformaban Sebastià Alzamora, Rosa Cabré, Antoni Pladevall, Àlex Susanna y Glòria Gasch, y el año pasado fue obtenido por Andreu Carranza por su obra El poeta del poble, que versa sobre el vate Jacint Verdeguer.