Carla Montero. Foto: Asis G. Ayerbe

La escritora Carla Montero presenta su cuarta novela, El invierno en tu rostro (Plaza & Janés), con la que ha querido hacer un homenaje a parte de su historia familiar.

"Dirán ¿otra historia más de la Guerra Civil? ¿Otra historia más de la 2° Guerra Mundial?", se pregunta Montero, "pero se siguen escribiendo estas historias porque son necesarias. Porque no hemos conseguido comprender todavía qué demonios le pasó a la humanidad en esos primeros años del S. XX".



Carla Montero (Madrid, 1973) ha presentado su cuarta novela, El invierno en tu rostro (Plaza & Janés), en la que su historia familiar ha tenido por primera vez un papel muy importante en el relato. Su abuelo y sus hermanos participaron en distintos bandos durante la Guerra Civil y en otras batallas durante la 2° Guerra Mundial y Montero escuchó muchas de estas "batallitas" durante su infancia. Ahora ha utilizado ese contexto como punto de partida de la novela y se ha inspirado en su abuelo Pepe para desarrollar el personaje de Lena y honrar la figura de las enfermeras voluntarias de los hospitales de sangre.



La historia comienza con el accidente de un avión francés en un pueblo de montaña del norte de España y cómo dos hermanastros, Lena y Guillén, descubrirán los restos del siniestro. En agradecimiento por haber podido recuperar los restos de su marido, la condesa Zalesca le propondrá a Guillén una mejor vida en Francia y condenará a los dos hermanastros a vivir su amor separados el uno del otro.



"Yo hago un esquema antes de empezar a escribir y suelo tener el camino marcado. Para esta novela también tenía un final ya programado, pero los personajes me han llevado por otro lado. Ha sido una novela díscola" cuenta Montero, que ha tenido que hacer un esfuerzo adicional para empatizar con ciertas posturas ideológicas contrarias a las de la mujer moderna que es. "El contexto es solo el marco donde se desarrollan las historias personales, pero implica una forma de reaccionar y de vivir distintas. Me interesaba indagar en las historias individuales de los personajes, a cómo se enfrenta una persona a su día a día cuando tiene la mala suerte de padecer guerras, por eso aquí no hay ni buenos ni malos. Es una historia de claroscuros".



Con el título de la novela también ha querido hacer referencia a ese contexto de guerras "que son como grandes inviernos", y confiesa con alegría que por primera vez ha sido una propuesta suya. "No es algo que me preocupe demasiado, en mis otras novelas siempre he aceptado las sugerencias de mis editores y cuando se me ocurrió este, que es de un poema de John Keats, pensé que me iban a decir que era muy largo o muy poético".



En El invierno en tu rostro se intercala la ficción, que supone la mayor parte de la novela, y algunas referencias a hechos reales o "cameos", como el accidente de avión y la historia del chico joven y la condesa, que fueron verídicas, un hábito que se puede rastrear también en las anteriores.



Su primera novela, Una dama en juego, fue ganadora del Premio de Novela Círculo de Lectores y tuvo una gran acogida por parte de los lectores. Éxito que afianzó con La Tabla Esmeralda, con la que vendió más de 100.000 ejemplares y fue publicada en Francia, Italia o Alemania, y que espera que continúe con esta última por la que ya están mostrando interés. "En España el tamaño de las novelas importa, cuanto más extensa parece que da más prestigio, pero para venderla a otros países la extensión suele tirar para atrás a los traductores", comenta David Trías, director literario de Plaza & Janés, que en cambio confiesa no haber tenido nunca ese problema con las de Montero, que suscitan pasiones en países extranjeros. Incluso para realizar adaptaciones cinematográficas, que no se han llevado a cabo de momento porque "los lugares lejanos, las recreaciones, el vestuario antiguo... la hacen muy cara de adaptar".



La novela es también un recordatorio y un aviso. "Me preocupa el ascenso de ciertos partidos y ciertas ideologías", explica Montero. "Los extremos forman parte de la naturaleza humana, están latentes en ella, y pueden saltar ante cualquier excusa como la crisis, por eso debemos tener presentes las lecciones que nos ha dado la historia".