Michel Serres. Foto cortesía del Institut Français
Michel Serres (Agen, 1930), uno de los filósofos franceses contemporáneos más importantes, presenta este fin de semana en la Feria del Libro de Madrid Figuras del pensamiento. Autobiografía de un zurdo cojo (editorial Gedisa). El pensador se define así en virtud de su capacidad para descubrir nuevas vías de conocimiento. "El método es un itinerario. Si uno realiza un trayecto en línea recta, ya sabe adónde llegará, así que no descubrirá nada nuevo. Cristóbal Colón buscaba las Indias y encontró las Américas. Muy a menudo quien inventa encuentra lo que no andaba buscando, porque cuando uno sabe lo que busca, significa que ya lo tiene. Yo prefiero la bifurcación, de ahí la idea del zurdo cojo, del camino alternativo", explica a El Cultural el autor de El sistema de Leibniz y sus modelos matemáticos, con el que irrumpió en el panorama de la filosofía en 1968, la serie de libros Hermes, Tiempos de crisis o Pulgarcita.Aunque su nueva obra se subtitule "autobiografía", no estamos ante un libro de memorias ni una síntesis del pensamiento de su autor, sino ante una indagación profunda sobre la capacidad del ser humano para inventar e innovar. En una época que ensalza a los emprendedores, el filósofo abre su libro con la siguiente advertencia: "Pensar quiere decir inventar. Todo lo demás -citas, notas a pie de página, índices, referencias, copiar y pegar, bibliografía de las fuentes, comentarios...- se puede considerar preparación, pero enseguida cae en la repetición, el plagio y la servidumbre".
P.- Usted ha escrito sobre ciencia, sobre música, sobre la crisis económica, sobre los problemas del medio ambiente, sobre deportes... ¿Es la filosofía la profesión ideal de aquel que quiere dedicarse a muchas cosas o siente curiosidad por todas las ramas del saber?
R.- Cuando uno tiene mal el pulmón, va al neumólogo; si tiene un problema en la piel, al dermatólogo; si le duele el corazón, al cardiólogo. Son especialidades dentro de la medicina, pero también está el médico de cabecera, que es generalista y te aconseja desde que naciste. El filósofo es el médico de cabecera de todas las disciplinas del saber.
P.- ¿Para qué sirve un filósofo en el siglo XXI?
R.- Lo explicaré con un ejemplo. Los gobiernos se dividen en ministerios. Cada uno de ellos es especialista, como el dermatólogo o el cardiólogo a los que aludíamos antes. Eso estaba muy bien cuando los problemas que había que resolver eran simples y el especialista podía solucionarlos, pero hoy en día todos los problemas se interconectan: el paro concierne al ministerio de trabajo, al de educación, al de economía, al de juventud... Hacen falta expertos generalistas, y para eso está la filosofía.
P.- ¿A qué se refiere cuando habla del Gran Relato, un término que aparece constantemente en este libro?
R.- Cuando uno habla de Historia, se refiere solo a la historia del homo sapiens, pero se olvida de las condiciones en las que emergió el hombre. Cuando hablo del Gran Relato me refiero a las condiciones de emergencia de la vida antes de que surgiera el ser humano; a la emergencia del planeta antes de que surgiera la vida; a la emergencia del universo antes de que existiera el planeta. Los problemas que hemos causado en el medio ambiente se deben a que nos hemos olvidado del Gran Relato.
P.- En Pulgarcita definió a una generación que nació o se crió con la revolución de la informática y las telecomunicaciones y que hoy se maneja frenéticamente en ese mundo mediante los dos pulgares y la pantalla de su smartphone.
R.- No pretendí exactamente definir una generación. Los americanos hablan de la Generación Y, y consideran que la llegada de las nuevas tecnologías marcó una ruptura entre dos generaciones, pero eso no es cierto porque mucha gente mayor también se adaptó a las nuevas tecnologías. Más que una oposición entre generaciones yo creo que fue una transformación de civilizaciones, un gran cambio.
P.- La filosofía no es precisamente una disciplina muy popular. ¿Está bien así o habría que buscar un acercamiento al ciudadano de a pie?
R.- Yo veo un cambio respecto a esto. En los momentos de crisis y cambios profundos como el que vivimos la gente se refiere mucho a la filosofía. No sé en España, pero en Francia desde hace diez años hemos visto aparecer nuevas revistas de filosofía y también tiene una presencia mayor en los periódicos. La gente pide filosofía por el gran cambio que está ocurriendo.
P.- Detrás de la actual crisis económica muchos pensadores ven una crisis de valores. ¿Usted también? ¿Esto es algo negativo o una oportunidad para cambiar?
R.- Ante cualquier cambio hay dos actitudes posibles: el rechazo y la adaptación. Yo adopto la segunda, la de preparar el mejor mundo posible para los que vayan llegando. En este libro digo que el filósofo tiene que ser una matrona, debe ayudar a nacer al nuevo mundo.
@FDQuijano