Detalle de un dibujo inédito de El Principito realizado por Saint-Exupéry en 1942.
El Principito es uno de los libros más leídos de la historia. Traducido a 270 lenguas, el famoso relato de Antoine de Saint-Exupery es de lectura prácticamente obligatoria para niños y de relectura recomendada para adultos. Millones de personas adoran al pequeño príncipe extraterrestre de apariencia ingenua que, con sencilla lucidez, considera inútiles las supuestas "cosas serias" del mundo de los adultos. La editorial Reynal & Hitchcock publicó el libro en 1943 simultáneamente en inglés y en francés en Estados Unidos; en Francia su publicación, por parte de Gallimard, se retrasó hasta 1946 debido a la ocupación nazi.Adaptado, versionado y revisitado en numerosas ocasiones por el cine, el teatro y la literatura y omnipresente en la cultura popular, este mes de septiembre El Principito vuelve a estar de actualidad. El pasado viernes se estrenó en España la película de animación de Mark Osborne (director de Kung Fu Panda) inspirada en la obra original, y este martes ha llegado a las librerías un volumen diseñado a la medida de los lectores más entusiastas de Saint-Exupéry y de su entrañable personaje. Se titula El Principito. Enciclopedia ilustrada, a cargo de Christophe Quillien y publicada por Lunwerg.
Como es habitual en el sello, el "envoltorio" es de primera: gran formato, maquetación cuidada y mucho material gráfico. En cuanto al contenido, arranca con la biografía de Saint-Exupéry, marcada por sus tres pasiones: las letras, el dibujo y, sobre todo, la aviación, que empapa todas sus obras.
Doble página dedicada a la pasión de Saint-Exupéry por la aviación
La enciclopedia ilustrada de El Principito también se hace eco de algunos detalles que varían en las distintas versiones del manuscrito y otros fragmentos que fueron desechados, como un encuentro entre el protagonista y un inventor y otro con un mercader (aparte del vendedor de pastillas contra la sed que sí aparece en el texto definitivo). Ambos encierran una crítica hacia la sociedad de consumo y de la inmediatez.
La enciclopedia continúa con una disección de los personajes y objetos que conforman el universo de El principito: el aviador, el propio principito, el zorro, la serpiente, la rosa, el cordero, el desierto, los baobabs, su diminuto asteroide B 612... y los habitantes de los otros seis que visitó antes de aterrizar en la Tierra: el rey, el vanidoso, el bebedor, el hombre de negocios, el farolero y el geógrafo.
Doble página sobre los elementos del "universo" de El Principito
De las obras literarias continuadoras del hilo argumental o inspiradas en los preceptos filosóficos de El principito, la enciclopedia de Christophe Quillien destaca tres. En El regreso del Joven Príncipe, del argentino Alejandro Roemmers, el protagonista es ahora un adolescente que se instala en la Patagonia y busca al aviador que conoció en la obra original. Se trata de un viaje iniciático en el que conoce por primera vez conceptos como la traición y la mentira. El Principito se pone la corbata, de Borja Vilaseca, imagina a un Principito que es contratado como director de recursos humanos por una empresa y que es capaz de levantar la moral de sus desmotivados trabajadores. Por último, Jean-Piere Davidts imagina en Reencuentro con el Principito una reaparición del personaje en busca de un cazador que libre a su querido cordero de la amenaza de un tigre.La enciclopedia también hace un repaso bastante amplio a las películas, series de televisión, obras de teatro, óperas, espectáculos musicales, canciones, cómics y libros infantiles que han adaptado o continuado las aventuras del pequeño príncipe.
El libro incluso dedica un capítulo entero a todo tipo de productos de consumo con la imagen del Principito, desde artículos de joyería a tatuajes efímeros, pasando por muñecos, material de papelería y de decoración, libros educativos y prendas de vestir.
Una de las curiosidades más interesantes del libro son las cartas que Saint-Exupéry le escribió durante su último año de vida (antes de desaparecer durante su último vuelo de reconocimiento sobre los Alpes durante la Segunda Guerra Mundial) a una chica de 23 años que conoció en un tren de Orán a Argel y de la cual se enamoró inmediatamente. La mujer estaba casada y no contestó a ninguna de estas misivas, en las que Saint-Exupéry se expresaba a menudo con dibujos de El Principito. Una muestra inequívoca de que, más que con el aviador que ejerce de narrador en el cuento, el autor se identificaba con su querido protagonista.
@FDQuijano