Camilo José Cela
Camilo José Cela fue censor del régimen, sí, pero también fue censurado. Su obra maestra, La colmena, reaparece en el centenario del nacimiento del escritor con una edición conmemorativa a cargo de la Real Academia y bajo el sello de Alfaguara. Plagada de prólogos y epílogos firmados por los especialistas más importantes en la obra de Cela, esta nueva edición incluye fragmentos inéditos censurados y autocensurados del manuscrito que el escritor presentó a la censura el 7 de enero de 1946. Aunque es una suposición, todos coinciden en que Cela podría haber incluido pasajes con alto contenido sexual de forma deliberada para beneficiarse de la negociación con la censura. Y es que, según ha detallado Jorge Urrutia, catedrático de la Universidad Carlos III y prologuista de la nueva edición de La colmena, en la rueda de prensa de presentación de la novela celebrada en la sede de la RAE, la censura se basaba en una negociación."Escritores y funcionarios de la censura se conocían; tomaban café los domingos en el Café Gijón", por lo que el proceso de tachadura de los manuscritos solía ser el resultado de un tira y afloja previo, a modo de trueque: "quítame esto y déjame lo otro". Junto a Urrutia, Adolfo Sotelo, catedrático de la Universidad de Barcelona, prologuista de la nueva edición y comisario de la exposición inaugurada en julio en la Biblioteca Nacional sobre la vida de Cela, ha querido aclarar el concepto de censor que se tiene sobre la figura del escritor. "La labor de Cela en la censura era muy menor", simplificada a poco más que algunos textos sobre odontología, ha dicho el catedrático, mientras que Jorge Urrutia ha preferido quedarse "con el Cela escritor de obras maestras antes que con el Cela censor", por tan poca significancia como ha tenido.
Jorge Urrutia ha destacado la importancia de "las contradicciones del régimen" en la censura, reivindicando a los escritores que publicaban en la prensa del Movimiento "porque si no, no publicaban". Antes de que Juan Aparicio, un "fascista del régimen", según Sotelo, descubriera en Cela al gran escritor que fue, éste "tenía que ganarse la vida pero de ninguna manera estaba confabulado con el régimen". Así lo demuestra su expulsión de la Asociación de la Prensa y, por supuesto, los fragmentos incluidos en la nueva edición de La colmena que no pasaron la criba en 1946, recuperados por el hispanista Noël Salomon. Cela estuvo rehaciendo el manuscrito durante cinco años, en los que se publicó la novela con sellos falsos, hasta que pudo publicarlo en 1951 gracias al editor Carlos Fernando Maristany. Sotelo ha destacado la importancia de este manuscrito en materia editorial, subrayando a los editores catalanes, por encima incluso de los madrileños.
Darío Villanueva, coordinador de la edición, ha recordado en el acto de presentación que La colmena está considerada como una de las tres mejores novelas del siglo XX; la mejor según una encuesta de SigmaDos realizada en 2005, seguida por Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, y de La familia de Pascual Duarte, del propio Cela. La novela, que es un retrato minucioso de una época tan difícil como la posguerra a través de diferentes historias, "permite que un joven entienda aquellos años sin necesidad de haberlos vivido", ha dicho el catedrático Jorge Urrutia, rendido ante la renovación de la literatura en una novela que "atiende también a las tradiciones literarias españolas".
Cela no era un autor de escritura fluida; así se aprecia en "la locura de sus manuscritos", según ha apuntado Camilo José Cela Conde. El hijo del escritor ha asegurado que los motivos del reconocimiento con el premio Nobel de literatura están concentrados en La familia de Pascual Duarte y La colmena, de la que ha agradecido la inclusión de fragmentos inéditos en la nueva edición, aunque "la novela está bien como está". Cela Conde ha desvelado curiosidades como que en casa de sus padres "nunca se hablaba de literatura" o que "La colmena no fue la obra que más le costó escribir" a su padre, un escritor que no sólo escribió, sino que fundador de revistas literarias tan importantes como Papeles de Son Armadans o de la editorial Alfaguara, que ahora publica la nueva edición de su novela. Pilar Reyes, directora del sello, ha recordado su creación en 1964 y la intención de la editorial de "convertir clásicos en libros populares". En octubre, la nueva edición llegará a los países de América Latina. También a Argentina, que la censuró entonces.
@JaimeCedilloMar