Image: Ignacio Carrión, periodista infatigable

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Letras

Ignacio Carrión, periodista infatigable

11 octubre, 2016 02:00

Ignacio Carrión

El veterano periodista y escritor, que ejerció casi siempre de corresponsal en el extranjero, falleció el pasado sábado a causa de un cáncer de pulmón a los 78 años.

El pasado sábado, cuando las constantes vitales de Ignacio Carrión se apagaron finalmente, víctima del temido cáncer de pulmón, algo de lo que hablaba en algunos sus últimos artículos para la revista Plaza, se cerró una de las trayectorias periodísticas más apasionantes de nuestra historia reciente. Carrión sumaba cerca de 45 años de tinta manchando sus manos, miles de cuadernos emborronados e infinidad de billetes de avión usados, perdidos en papeleras de aeropuertos y hoteles de todo el mundo.

De su media década ejerciendo esta profesión, en ocasiones ingrata, mucho tiempo lo pasó fuera de España, a veces en destinos agradecidos como Londres o Los Ángeles. Sin embargo no le atemorizaban los conflictos en lugares lejanos y hostiles, quizá sí las redacciones. Puede que por eso nunca llegara a asaltar en los periódicos en los que trabajó el escalafón más alto al que parecía predestinado. Era un hombre de acción al que no se le podía atar a un escritorio.

Nació por avatares de la guerra en San Sebastián en 1938, pero era valenciano de pura cepa. En Valencia estudió Periodismo, mientras regentaba la librería Lope de Vega en los últimos años del franquismo, comenzando ya a formarse en lecturas necesarias para los tiempos que estaban a punto de llegar. El inglés le abrió muchas puertas. Fue redactor de la Agencia Efe en Londres y corresponsal del diario ABC y de Cambio 16 en la misma ciudad. Después estuvo en Washington y de ahí pasó a viajar por todo el mundo con el diario El País hasta el año 2003.

Afirmaba que "lo más complicado de un viaje no es casi nunca el viaje, sino la decisiones que le preceden". Lo más placentero para él era contarlo una vez finalizado. Entre sus destinos más candentes estuvieron Nepal, Oriente Medio y Honduras. Completó la Ruta 66 Buscando a Marylin y narró la caída del Muro… Para rastrear sus pasos están sus diarios, de los que publicó cuatro volúmenes: La hierba crece despacio (1961-2001), Molestia aparte I (2001-2005), Molestia aparte II (2006-2010) y Diarios (2011-2015), este último hace pocos meses.

Sus páginas molestaron a muchas de las personalidades del mundo de la política y la cultura que allí aparecían. Su dureza nos habla de una personalidad insobornable, fraguada en los rincones más amargos del siglo que le tocó vivir. Rincones que visitó y que le otorgaron un sano escepticismo que impregnaba sus agudos artículos de opinión.

Ganó el Premio Nadal en 1995 por su segunda novela, Cruzar el Danubio. Antes escribió El milagro y después Deshaucios y Tomates para mi viejo. También cuatro libros de relatos: Klaus ha vuelto, Diario de un vendedor de Olivos en Manhattan, Pobres mujeres y Desde Cabo de Gata. Siempre sin floritas, con un estilo directo y sencillo como el manual del buen periodista exige. Manual que hoy le debe tanto.