Care Santos. Foto: Santi Cogolludo
La autora y crítica catalana obtiene el galardón por su novela Media vida, la historia de cinco mujeres que se reencuentran tras 30 años sin verse, un relato sobre el paso del tiempo, la culpa y el perdón.
La obra galardonada viaja a febrero de 1981 para contar la historia de cinco mujeres que se reencuentran tras 30 años sin verse y después de que un hecho horrible ocurrido durante su infancia las marcase profundamente. Años después, se reúnen de nuevo para saber qué ha sido de sus vidas y encontrar el perdón que la madurez y el paso del tiempo les puede ofrecer. La trama ahonda en la vida de estas mujeres, pertenecientes a una generación que tuvo que reconstruir sus destinos en un momento en el que todavía imperaba una gran hipocresía social que chocaba frontalmente con nuevas miradas sobre el amor, la amistad y la libertad.
Se trata, en definitiva, de un relato sobre el peso de la culpa y la importancia del perdón. Pero a la vez también es un retrato de una generación de mujeres durante la Transición que han debido reconstruir sus destinos enfrentándose a la hipocresía de quienes por cobardía o comodidad conservaban las formas y miraban con malos ojos las nuevas formas que asumían la libertad, el amor y la amistad en esa sociedad cambiante.
La escritora catalana, que se había presentado al concurso con el seudónimo de Julia Salas y la novela El juego de las prendas combina en esta historia varios elementos que ya son marca de la casa como el interés por el pasado, la importancia del paso del tiempo y la profundización psicológica en los sentimientos de los personajes, siempre redondos y complejos.
Y es que Care Santos lleva muchos años escribiendo, mayoritariamente literatura infantil y juvenil, pero también ha alternado desde hace tiempo con la literatura para adultos. Y visto el éxito cosechado con las dos, ambas respaldadas con premios como el Ramón Llull o el Barco de Vapor no es de extrañar que opine que no existe gran diferencia entre ambas, aunque reconoce que el público juvenil es "mucho más exigente". Después de ganar el Premio Edebé con Mentira, la escritora de Habitaciones cerradas, El aire que respiras y No preguntes quién soy, había logrado publicar una vieja obsesión, Diamante azul, "la aventura largo tiempo postergada de plasmar viejas historias familiares y anécdotas vividas o escuchadas para recrear el Mataró de la plena expansión industrial", como detallaba en una reciente entrevista a El Cultural.
Santos releva en el premio decano de las letras españolas al también escritor catalán Víctor del Árbol, galardonado en la 72ª edición por su obra La víspera de casi todo, una historia de grandes personajes y de su incansable lucha por huir hacia delante y escapar de su pasado. Este año el jurado, formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Clara Sánchez y Emili Rosales, ha tenido que escoger el texto premiado de entre 303 novelas originales procedentes en su mayor parte de España y de países sudamericanos con temáticas que oscilaban desde el relato intimista hasta el noir, pasando por las propuestas de corte histórico o con acento social.
Durante la velada también se ha dado a conocer el ganador de la 49ª edición del Premio Josep Pla de prosa en lengua catalana, que ha ido a parar a manos del escritor, dramaturgo y poeta Xavier Theros (Barcelona, 1963) por su libro La fada negra, un thriller histórico ambientado en la Barcelona de 1843 que narra la historia de un antiguo capitán de barco reconvertido a policía que debe enfrentarse a una serie de asesinatos de niños. El jurado de este premio, dotado con 6.000 euros, lo conformaban Sebastià Alzamora, Rosa Cabré, Antoni Pladevall, Àlex Susanna y Glòria Gasch, y el año pasado fue obtenido por el veterano periodista Lluís Foix por sus memorias periodísticas tituladas Aquella porta giratòria, un paseo por las virtudes y defectos tanto del oficio como de la propia Cataluña.