Imagen de la web de la Casa Blanca el día de la investidura de Donald Trump
37 millones de ciudadanos estadounidenses hablan español convirtiendo nuestro idioma en el segundo más hablado en el país por detrás del inglés. Sin embargo, una de las primeras decisiones del gobierno Trump ha sido retirar el español de la web de la Casa Blanca. Ya lo dijo el recién investido presidente, que durante toda su campaña ha agredido y ninguneado nuestro idioma: "hablamos inglés, no español".La radical decisión de la Administración estadounidense no es sorprendente, pero sí "cumple desafortunadamente las previsiones más negativas", según afirma el director de la RAE, Darío Villanueva, que la califica de "retroceso notable aunque sea simbólico"."Es muy significativo y negativo, sin duda alguna, pero la presencia del español en Estados Unidos es imparable si se tiene en cuenta la realidad del país en los últimos decenios, donde se registra una presencia cada vez más firme del español, con un número elevadísimo de hispanohablantes", ha subrayado el director de la Real Academia.
Por eso precisa, que esta decisión es meramente "un gesto simbólico, que no va a provocar un descenso en el uso del español, que está muy arraigado", y lo reconoce como "el cumplimiento de unos principios que Trump expuso claramente a lo largo de su campaña y que está ejecutando". La polémica recuerda a lo ocurrido en los años 90 con el debate del english only, que causó mucha controversia entonces, pero carente de base legal, pues como recuerda Villanueva "la Constitución de Estados Unidos no declara a ninguna lengua como oficial".
Ante la pregunta de si el Gobierno español debería protestar oficialmente por esta decisión, el académico ha reconocido "desconocer hasta qué punto podría haber una respuesta diplomática", y ha asegurado que este asunto debería ser secundado por los Gobiernos de otros países que hablan español, especialmente a quienes tienen una parte significativa de su población en Estados Unidos. Esta es una cuestión que tiene que ver con la expulsión de las minorías".
Precisamente varios miembros del Gobierno se han pronunciado sobre la polémica, empezando por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, que considera que no se trata de una buena noticia "ya que el conocimiento y uso de diferentes idiomas en una sociedad es algo que sirve para vertebrar a un país y demuestra la riqueza cultural de una nación". Sin embargo está convencido de que esta decisión, no obstante, "no detendrá ni pondrá en riesgo la difusión imparable de nuestro idioma en Estados Unidos y en el mundo entero, la lengua con mayor crecimiento en Estados Unidos y que durante muchos siglos ha servido para enriquecer la cultura y la sociedad de muchos países de toda América".
También el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, ha opinado que lo lógico sería que Estados Unidos reconociera la existencia de la comunidad hispanohablante. "En Estados Unidos hay una comunidad hispanohablante tan amplia que lo lógico es que las instituciones reconocieran su existencia y su importancia en la sociedad americana", ha dicho. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha lamentado la decisión. "Creemos que, siendo un país con 52 millones de personas que hablan el español, no es una gran idea renunciar a un instrumento de comunicación". Preguntado por si el Gobierno tomará algún tipo de medida ante la decisión de la administración Trump, el ministro lo ha descartado y ha añadido que "retirar el español de la web es una cuestión interna de la Casa Blanca".
Por su parte, el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha ha asegurado que "este gesto, porque es un gesto simbólico, me parece grave porque hay que tener en cuenta que Trump es el presidente de todos los estadounidenses y hay un 18% de la población que habla español y un 95% de ellos considera que es muy importante que ellos, sus hijos y sus nietos, sigan hablando español". También ha opinado que "la fidelidad de los latinos, de los hispanos, al castellano no debe ser algo que un país, sobre todo uno que se ha hecho con inmigrantes de todas las partes, adopte ahora una línea totalmente contraria a la que están adoptando todas las naciones, es decir, el plurilingüismo".
Pero no es únicamente el enlace que permitía el acceso a la Casa Blanca en español el que ha sido eliminado por completo, sino también otras secciones que estuvieron en funcionamiento durante los mandatos de Barack Obama. Temas prioritarios para el predecesor de Trump como el cambio climático, los derechos civiles o la educación también han desaparecido de la web actual.
La nueva administración Trump, en la que no hay ningún latino en puestos de responsabilidad del gabinete, ha ordenado también la clausura de otros instrumentos de comunicación en español como la cuenta @LaCasaBlanca que tenía en Twitter o su página de Facebook. Además, con la llegada del nuevo presidente a la Casa Blanca todavía no se ha nombrado un responsable de prensa para medios hispanos, un cargo que ocupaba hasta la fecha el periodista Luis Miranda.