Fernando Aramburu. Foto: Rafel Durán
El escritor ha sido galardonado por su novela Patria, que el jurado ha definido como "un sólido testimonio literario que perdurará como crónica de gran valor histórico para entender el siglo XX de España y Euskadi".
El jurado ha premiado la obra porque constituye un sólido testimonio literario que perdurará como crónica de gran valor histórico para entender el siglo XX de España y el País Vasco. Fernando R. Lafuente ha ido más allá asegurando que "esta es la gran epopeya sobre el terrorismo, lo demás que ha habido hasta ahora eran notas y apuntes". Además, ha pronosticado que "lo más probable es que dentro de 70 u 80 años, cuando alguien quiera saber qué ocurrió en el último tercio del siglo XX en el País Vasco, no vaya a las hemerotecas de ningún periódico, sino que lea Patria. El gran mérito de Aramburu ha sido convertir la literatura en historia y la historia en literatura".
Patria aborda la vida cruzada y más tarde separada de dos familias en un pueblo de Gipuzkoa en los inicios y los años más duros del terrorismo de ETA. Una de ellas sufre un asesinato por parte de la banda, y la otra tiene un hijo en la cárcel por crímenes de sangre en esta organización terrorista. Los capítulos saltan de un tiempo a otro en la larga lucha contra el terrorismo en el País Vasco y relata, a partir de la vida de estas familias, cómo se han ido envenenando diversas generaciones en esta comunidad debido al terror de ETA y su gestión social. Según afirma Nadal Suau en su crítica, "Patria es, por decirlo en la barra del bar, una novela-novela, tanto en sus aspectos más epidérmicos como en los técnicos y sobre todo en los ejes fundamentales que la recorren: las relaciones de dos familias en su propio seno y entre sí, y los múltiples efectos de la vida privada en la historia colectiva y al revés. Y quien dice historia dice ideología. Mejor dicho, identidad".
El propio Aramburu asegura que haber procurado "que mi novela no la pueblen seres puros. Todos arrastran su carga de humanidad. Por consiguiente, de defectos, debilidades, dudas, contradicciones, como cualquier vecino. Mis personajes no son recipientes de teorías ni se mueven por la novela al servicio de una tesis" "El resultado", continúa Nadal Suau, "es el que ya he insinuado: admirable. Su mirada sobre la historia reciente de Euskadi se ajusta perfectamente a esta forma de narración plagada de saltos temporales, de diálogos a punto de artificio y sin embargo recorridos por la verdad, de gusto por el detalle. Acabada la novela, queda la sensación de haber afrontado cuestiones morales de calado sin cinismo ni cautela, partiendo de la construcción de unos personajes, prerrogativa de novelista. He aquí vidas que no son un tema, sino vidas, pero que sirven para que un tema histórico pueda entenderse y pronunciarse como merece. ETA. Terrorismo".
Llorente también ha destacado la "valentía" del autor, "al abordar un tema tan espinoso que supera al mismo hecho literario, pues no existe en ningún ámbito creativo ningún reflejo tan atrevido y plural como este", y ha añadido que "la historia tendrá una segunda vida tras su adaptación a la televisión". Los más de 100.000 ejemplares vendidos de la novela han impulsado a Lafuente a afirmar que "la sociedad española lee y además lee bien. El éxito de este libro dice mucho del lector español, que se rinde ante una historia buena, interesante y bien escrita". En este último sentido, Lafuente ha asegurado que "lo más difícil de la lectura es hacer que parezca fácil", y que Aramburu lo consigue con un lenguaje "sin barroquismos pero tampoco con simplezas. Cada personaje tiene su propio vocabulario personal influido por sus circunstancias, y eso es una grandeza", ha concluido, valorando la trayectoria del escritor.
Con este nuevo reconocimiento, Aramburu acrecienta el notable éxito, comercial y de crítica, obtenido con esta novela, y se une además a la nómina de insignes escritores que recibieron el premio en ediciones anteriores como J. J. Armas Marcelo, el desaparecido Rafael Chirbes, Luis Mateo Díez, Manuel Longares y Caballero Bonald. La Fundación Francisco Umbral nació el 12 de enero de 2009 con el objetivo de estudiar, preservar y difundir la obra, tanto periodística como literaria, de este escritor, además de servir a nuestra cultura ayudando en el fomento de las letras y del idioma español. Por todo ello, la Fundación decidió poner en marcha este premio a la creación literaria.