Una de las páginas interiores del Atlas Vallard

El editor de incunables reproduce los tesoros bibliográficos de la Edad Media y el Renacimiento. Tras 40 títulos, considerados por Le Monde 'casi-originales', la editorial cumple 25 años. Aprovechamos la celebración y la exposición que les dedica el Círculo de Bellas Artes para hablar con Manuel Moleiro, fundador de la editorial.

No existe el tiempo límite para reproducir, hasta el último detalle, un códice de la Edad Media si el resultado que se quiere conseguir es un clon difícilmente diferenciable del original. Un conocimiento vasto y una enorme meticulosidad en el proceso son imprescindibles en las reproducciones que la editorial M. Moleiro hace de códices, mapas y libros de la Edad Media y el Renacimiento. Sus ediciones, calificadas por los periódicos internacionales como 'casi-originales', han cumplido 25 años (y 40 títulos) que se podrán ver, por primera vez, en el Círculo de Bellas Artes. Manuel Moleiro, que lleva capitaneando el barco desde 1991, ha trabajado con las obras maestras de las mejores bibliotecas del mundo.



El editor, eje de la editorial y quien se encarga de encontrar a las personas más adecuadas para cada proyecto, estudió Periodismo en Barcelona y creó una editorial de libros de arte que adquirió José Manuel Lara. Tras esto, pensó que "las grandes bibliotecas, como la Bibliothèque nationale de France, la Biblioteca Nacional de España, la British Library de Londres y la Biblioteca Nacional de Rusia y grandes instituciones de Estados Unidos como el Metropolitan Museum y la Morgan Library están llenos de libros muy importantes hechos durante la Edad Media y el Renacimiento". Se trata de códices y mapas que se hicieron en la época para reyes y emperadores, creados como tesoros y a los que tan solo ellos tenían acceso.



Dos páginas de La Biblia de San Luis

Sin embargo, gracias a la labor de reproducción, y en ocasiones de restauración, que lleva a cabo M. Moleiro, se fomenta el estudio de esos volúmenes a los que el acceso es nulo. "Lo que hemos hecho hasta ahora son obras maestras reconocidas y catalogadas como tales". El primer paso es, por supuesto, contactar con la institución y obtener los permisos para luego poner en marcha la primera etapa, que consiste en "fotografiar el manuscrito desde todos las perspectivas y posiciones. Luego se sacan pruebas cotejando con el original hasta que se confundan el uno con el otro".



La atención al detalle, es tal que revisan incluso el grosor del papel o pergamino, los metales utilizados, si lleva oro o plata, los estampados, las pieles para la encuadernación, los hilos de cosido, las cabeceras... "En realidad tratamos de hacer un original como el que en su día tuvieron reyes y papas", señala Moleiro. En el caso de la encuadernación, que salvo excepciones suelen ser pieles, desde Moleiro mandan "fabricar la piel con todas las características del original y se hacen todas las pruebas necesarias". Las pieles curtidas en Europa, por ejemplo, no sirven "porque utilizan cromo para curtirlas y así los poros de la piel desaparecen, se tapizan y valen para hacer zapatos", pero no códices. De modo que hay que buscar el lugar en el que se curtan de manera natural ya que es imprescindible para los grabados.



Las reproducciones más laboriosas

Por esa misma razón "son trabajos hechos sin tiempo medido", aunque la gestación de cada uno de ellos suele rondar los tres años. "Si la British quiere reproducir el Breviario de Isabel la Católica, que es su tesoro, son los primeros interesados en que se haga bien y por eso siempre escojo a los autores en consenso con la institución", señala Moleiro. Nunca se trata de una sola persona sino de un equipo pluridisciplinar que puede venir de Francia, de Inglaterra, de Rusia. En este caso en particular fue la propia British Library de Londres quien encargó el trabajo cuando habían denegado los derechos a todos los editores que lo habían pedido. Ocurrió lo mismo con Las Grandes Horas de Ana de Bretaña, un encargo de Francia, y con La Biblia de San Luis encargada por Toledo que cuenta con tres volúmenes y 4887 pinturas diferentes, "era la pinacoteca encuadernada", anota Moleiro.



Proceso de cosido de una de las reproducciones de M. Moleiro

Otro de los interesantes proyectos que abordaron fue El libro de la felicidad que Murad III, coetáneo de Felipe II, mandó crear en 1582 como regalo para su segunda hija. Se trata del libro más ilustrado del mundo islámico y "se basa en el Corán, en el Génesis, en un tratado de medicina de Albumasar, en la vida de Alejandro Magno y, sobre todo, en las Mil y una noches", explica.



También tienen en nómina el Atlas Miller, catalogado por los cartógrafos como el mejor atlas de la historia por su historicidad. Creado en torno a 1517-1519 y encargado por Manuel I de Portugal con la finalidad de regalárselo a su cuñado Carlos V, la idea era recuperar a Magallanes. En aquel momento "la cartografía era vital porque aparecían nuevos países y nuevas rutas de navegación" y era importante conocerlas. Además del Miller han reproducido el Atlas Vallard de 1547 en el que aparece por primera vez Australia y el de Fernao Vaz Dourado que incluye la ciudad de Macao.



Reproducción del Breviario de Isabel la Católica

El arte de la restauración

"Hay que tener en cuenta que la pintura en la Edad Media estaba, sobre todo, en los libros". Así, la pintura mural, la de las catedrales, ha desaparecido o ha sido adulterada por las intervenciones y restauraciones. "Ahora los expertos son muy rigurosos pero hubo un tiempo en que no lo fueron", apunta.



Otra de las aportaciones a la conservación que hace M. Moleiro son las restauraciones de obras que han realizado. "No las hacemos nosotros sino que las encargamos", anota. La delicadeza en estos aspectos es absoluta y equiparable "a la restauración de un cuadro de Velázquez o Goya. Tenemos que ser minuciosos porque hay algunos códices con pinturas que en determinado momento se encuadernaron muy apretados y eso tira de los pergaminos y va craquelando la pintura. Cuando vas pasando las hojas en el fondo queda un polvillo, que es muy mala noticia, porque significa que se está desprendiendo la pintura", especifica.



Páginas de El Libro de la caza

Sin embargo, si Manuel Moleiro ve riesgo en un tomo prefiere no abordarlo. Además, para ellos no se trata de embellecer un tomo sino de reproducirlo tal y como se encuentra ahora. "Mantenemos todo tal y como se conserva. Si en el curso de la historia le han cambiado la encuadernación o le han pegado una etiqueta de Napoleón, por ejemplo, lo respeto tal y como está porque es un testimonio de lo que hay, no de lo que hubo o de lo que suponemos que pudo haber". Por ello, las hojas son cortadas y medidas una a una, porque el tamaño puede variar algunos milímetros o tienen un agujero realizado por alguna polilla, que reproducen por láser. Incluso, respetan las huellas dactilares que pueden haberse quedado en los originales.



Sus clientes, que vienen de 75 países diferentes, dice, tienen un factor común y es el de una vasta educación cultural. Sus volúmenes, que oscilan entre los 500 y los 190.000 euros, los adquieren tanto instituciones y museos como gente de diversas profesiones. Ahora bien, a pesar de que se pueden adquirir pagando a plazos durante tres años, una oportunidad de ver cómo M. Moleiro trabaja sus reproducciones será en el Círculo de Bellas Artes que expone, a partir de este jueves, una muestra de las mejores bibliotecas del mundo. Se trata de la primera vez que se muestran sus tesoros bibliográficos, hasta 40 títulos, que guardan la sabiduría y la pintura de la Edad Media y el Renacimiento, y cuyos originales, inaccesibles al público, guardan la Metropolitan de Nueva York, la Brisith Library de Londres, la Bibliothèque Nationale de Francia o la Biblioteca Nacional de Rusia. Junto a los códices, mapas y atlas se verán algunas de las herramientas con las que trabajan, como los cuchillos con los que se trabajan las pieles, la piedra donde se rebaja o cómo se hacen los grabados.



@scamarzana