Oche Califa, Sandra Pulido, Elvira Marco, Manuel Gil, Marisol Schulz y José Carlos Alvariño. Foto: Ángela Lupiañez
La Feria del Libro de Madrid organiza el I Encuentro de Directores de Ferias Iberoamericanas del Libro para poner en común experiencias, impresiones y expectativas.
Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid, ha manifestado la importancia de poner en común experiencias, impresiones y expectativas con sus colegas latinoamericanos. "Las ferias son la gran esperanza para fomentar la lectura por eso es importante que se produzcan sinergias entre ellas", ha explicado. "Hay importantes líneas de trabajo en las que se puede incidir de manera conjunta. Entre ellas destaca la necesidad de ver como se enmarcan las ferias dentro de las políticas públicas de cada país o desarrollar estudios sobre los modelos de financiación. Sin embargo el elemento nuclear es establecer encuentros con los distintos sectores de la edición española para ver que espacios y oportunidades tienen estas ferias para ellos".
Este encuentro, posible gracias al apoyo de Acción Cultural Española (AC/E) a través de su Programa de Internacionalización de la Cultura Española (PICE), ha mostrado las diferencias entre las cinco ferias pero también la gran sintonía entre sus directores a la hora de afrontar los grandes retos de futuro en el mundo del libro. "Madrid estará más presente que nunca en la próxima FIL ya que es la ciudad invitada", explica Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. "Nuestra feria tiene realmente una vocación iberoamericana y sus 31 años de existencia no se entenderían sin la visita de todos los autores de nuestra lengua: españoles, argentinos, peruanos, colombianos… Pero no solamente vivimos de los grandes nombres. Una de las grandes ventajas de estas ferias mixtas, con profesionales del libro y festival literario, es justamente dar a conocer nuevas voces y en esto creo que Guadalajara puede sentirse orgullosa".
Por su parte Sandra Pulido, directora de la Feria del Libro de Bogotá, ha admitido que uno de sus objetivos en Madrid es aprender de la experiencia de sus homólogos y ver cómo puede mejorar su evento. "Por la feria de Bogotá pasan 550.000 personas, recibimos en torno a 300 escritores nacionales e internacionales y tenemos 51.000 metros cuadrados de exhibición, 23 pabellones y alrededor de 1.500 actividades. Para mí Bogotá es una fiesta popular y cultural, uno de los eventos más importantes del país, la prensa está muy atenta a todo lo que pasa allí. Sin duda se está consolidando como espacio importante en el primer semestre del año tanto a nivel cultural como profesional".
José Carlos Alvariño, director de la Feria Internacional del Libro de Lima, ha explicado la gran importancia de los agentes españoles del sector del libro en su evento. "El mercado editorial peruano está tomado por España y gracias a la presencia de editoriales españolas en nuestra feria hemos empezado a tomar una dimensión importante que atrae a un público creciente", explica. "Tenemos ahora medio millón de visitantes, lo que lo convierte en el evento cultural más importante de Perú ya que se abre a la danza, el teatro, la música… Nuestra razón de ser, más que vender libros, es crear lectores. Eso es lo que nos mueve. En Lima no tenemos un espacio ferial sino que colonizamos durante 17 días un parque para lo que hacemos una inversión importante".
Por su parte Oche Califa, director de la Feria del Libro de Buenas Aires, desmiente la idea de la existencia de una competencia entre las distintas ferias. "En realidad se energizan mutuamente", explica. "Somos una feria antigua que cumple su edición 43, la 31 para las jornadas profesionales. Nos hemos dado cuenta de que el surgimiento y el fortalecimiento de ferias en toda América Latina, ya sean grandes o regionales y locales de la propia Argentina, nos han beneficiado mucho. La nuestra lidera la región. Se celebra durante 21 días entre abril y mayo, con una superficie muy dilatada y con casi 1.500 actos culturales. Para nosotros la feria es un acontecimiento cultural y promocionar el libro es promocionar la totalidad de la cultura humana. Además venimos confirmando la tendencia de que la teoría de la desaparición del libro está equivocada y que por el contrario sigue siendo un eje rector para toda la cultura".
Políticas públicas
"Nos consta que desde hace ya un tiempo hay un debate y una demanda por parte de ferias en Latinoamérica para abordar el tema de las políticas públicas, por lo que queremos establecer aquí una 'declaración de Madrid' al respecto", explica Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid. "De hecho Ferraz está trabajando en un documento precisamente en esa línea y por tanto es imprescindible que las principales ferias tengamos un posicionamiento al respecto. También es importante estudiar los modelos de financiación: la parte de mecenazgo, la privada, la publica… y ver que se puede compartir entre unas y otras". En este sentido, desde la Feria de Bogotá alertan de la necesidad de sensibilizar al estado de la importancia de exportar cultura. "Tenemos que llegar a un acuerdo sobre cuál es el país que queremos vender y cómo se refleja la importancia de una feria del libro que hay en nuestros países", explica Sandra Pulido. "Hay que tratar de evitar que cada vez que cambie un gobierno empiece todo de nuevo".La Feria del Libro de Bogotá es principalmente apoyada por la alcaldía de Bogotá y el Ministerio de Cultura, por lo que en torno al 50 % o el 60 % de la programación la proporciona el estado. Un caso contrario a lo que sucede en Buenos Aires. "Es necesario que existan las políticas públicas y de estado, pero hay que ser cauteloso", explica Oche Califa. "Es difícil determinar cuándo una política de estado no es de estado sino que es del gobierno. Eso quiere decir que cuatro años después puede cambiar. Y es muy importante que esas políticas sean realmente de estados y no estén supeditadas a los cambios de gobierno. Fijar esto es imprescindible para que después uno pueda gestionar medidas de éxito y concreción de políticas sostenidas y no circunstanciales. En nuestro caso los estados locales, provinciales y nacionales son básicamente expositores, al igual que los editores, y no dependemos de ellos más que en ese sentido. Y en principio a nosotros esto nos satisface y queremos que la feria siga siendo nuestra".
"La FIL es probablemente el acontecimiento cultural más importante de México y no tenemos que convencer al gobierno de su magnitud", explica Marisol Schulz. "Tenemos ingresos propios provenientes tanto de la venta de espacios como de las actividades de más del 60 % y patrocinios privados importantes. Tenemos nueve días de feria con 800.000 personas aproximadamente, 20.000 profesionales del libro de 40 países distintos y eso tiene una repercusión económica de 300.000 millones de dólares en la ciudad. La industria cultural es obvio que genera recursos".
El dato que no es tan sencillo conocer es el del monto final de negocio de cualquier feria porque los editores no lo hacen público. "Es más fácil desvelar la Santísima Trinidad", comenta Oche Califa. "Hacemos una estimación y calculamos que aproximadamente el 25 % del negocio del libro argentino procede de la feria". "Los editores hacen literatura a la hora de darnos la cifra", opina José Carlos Alvariño, que asegura que en Lima la feria funciona exclusivamente con empresas privadas y cobrando stands. "No tenemos ningún apoyo del estado, ni siquiera viene el presidente de la República a inaugurar la Feria".
Por último, Manuel Gil asegura que aunque hay una cifra de negocio que se ha ido controlando por un sistema estadístico, basado en proyecciones, este año "para una feria que visitan dos millones de personas en 20 días hay que empezar a tener datos más fiables".
@JavierYusteTosi