María Teresa Castells. Foto: El Mundo

Durante décadas soportó amenazas, atentados y la quema de sus libros, el mayor cliché de la intolerancia que se repite a lo largo de los siglos. María Teresa Castells, propietaria de la librería Lagun de San Sebastián y símbolo de la resistencia civil primero frente al franquismo y después frente al terrorismo de ETA, murió este domingo a causa de un atragantamiento mientras comía con una amiga en un centro comercial, según ha informado el Diario Vasco.



Junto a su socio Ignacio Latierro, Castells fundó la librería en 1968 en pleno corazón de la parte vieja de San Sebastián. La librería Lagun fue un espacio para la diversidad ideológica y en sus primeros años de andadura albergó reuniones clandestinas de partidos y sindicatos. Con la llegada de la democracia, la librería tuvo que hacer frente a las amenazas y ataques de los círculos proetarras, lo que la convirtió en un símbolo de libertad y resistencia frente al terrorismo.



En repetidas ocasiones los radicales rompieron las lunas de la librería e incluso en alguna ocasión sacaron sus libros a la calle, donde prendieron una hoguera con ellos. También fueron frecuentes las pintadas en el cierre metálico con consignas proetarras y amenazas de muerte para sus dueños, especialmente para el marido de Castells, el político socialista José Ramón Recalde.



Recalde, que fue consejero de Educación y de Justicia del gobierno vasco, sufrió un atentado en el año 2000 que le dejó gravemente herido después de que un miembro de ETA le disparase a bocajarro en la cara. Tras aquel intento de asesinato, la librería estuvo a punto de cerrar, pero finalmente dejó el local que había ocupado durante décadas en la céntrica plaza de la Constitución para trasladarse a una parte más tranquila de la ciudad.



Los libreros de Lagun también han recibido durante todos estos años muestras de apoyo por parte de amigos e intelectuales cercanos, así como de las instituciones. En 2002, el Ayuntamiento de San Sebastián concedió a María Teresa Castells la Medalla al Mérito Ciudadano y el ministro socialista Jesús Caldera le impuso en 2007 la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.



Políticos socialistas como Pedro Sánchez y el ex lehendakari Patxi López han lamentado hoy la muerte de Castells, así como otras figuras públicas y el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), al que la librera estuvo vinculada.