En la estela de Pessoa con sus heterónimos y Antonio Machado con sus apócrifos, José María Merino ha creado la figura del profesor Souto, que apareció pronto en la narrativa corta del escritor leonés nacido en La Coruña para acabar convirtiéndose en alter ego del autor. Eduardo Souto hizo su primera aparición con este nombre en “Las palabras del mundo”, cuento incluido en El viajero perdido (1990).
En su primera versión, publicada en 1987, el profesor tenía otro nombre que Merino cambió porque coincidía con el de un profesor universitario real. Y desde sus comienzos Eduardo Souto ha venido siendo, como personaje, suplantador o alter ego, un profesor universitario dedicado a la Lingüística, vagabundo y mendigo entregado a investigaciones por libre durante años de extravío y delirio, profesor universitario de nuevo en España y en Estados Unidos, con una relación amorosa con Celina Vallejo, alumna suya y después compañera en el departamento y amante, y finalmente jubilado y viudo. A veces es interpelado por la voz interior de Soutín, especie de doble interno que dialoga con Souto en alguna de sus aventuras. Y en alguna ocasión el propio Souto inventa otra figura como la de Juan Macael, un descuidero discípulo del Chato Morillas en el cuento “La vieja pálida”.
El corpus narrativo meriniano protagonizado o relatado por este “brillante lingüista, estimable poeta y ocasional crítico” (“El fumador que acecha”, p. 82) ha sido recopilado por Ángeles Encinar en esta edición muy cuidada, con el añadido de textos inéditos, todo ello precedido del esclarecedor prólogo “El profesor Souto, alter ego o suplantador”, en el que se analizan los cuentos en que aparece esta figura imaginada por Merino, autor de una larga veintena de libros de relatos cuya lista comienza con Cuentos del reino secreto (1982). Esta colección de narraciones de Souto está organizada en dos partes. La primera, “Aventuras”, consta de 14 cuentos con presencia de Souto, procedentes de cinco libros y tres antologías, con dos inéditos. Todos han sido revisados por Merino en esta versión que él considera definitiva.
Hay relatos excelentes, desde “Las palabras del mundo” hasta el inédito “La biblioteca fantasmal”, pasando por “El otro camino”, admirable juego literario entre realidad, ficción, sueño y fantasía, con narrador amigo de Merino y con Souto en la universidad norteamericana donde conoce a la hija del autor, entre otros cuentos que no destaco por falta de espacio. En ellos se tratan los temas preferidos en la narrativa meriniana, como el juego metaliterario entre autor y personaje, en la línea de Unamuno y de Cunqueiro, entre realidad y fantasía, sueño y vigilia, memoria y olvido, el misterio, el doble, el otro, el soñador soñado y la necesidad de la ficción para comprender la realidad, sin que falte la mirada crítica hacia problemas de la sociedad actual como el desafío de la informática en “Celina y N. E. L. I. M. A” (acrónimo de Norma Experta Literaria Identificadora de Metáforas Antiguas).
Sigue un intermedio con la novela corta “La Dama de Urz”, procedente de Cuatro nocturnos (1999), la única protagonizada por Souto, confundido con otras identidades e interpelado por Soutín en una historia de intriga con imposturas y estafas.
La segunda parte, “Invenciones”, comienza con una carta de Souto a la doctora Encinar y a Merino, escrita para esta edición con el fin de explicar la inclusión de otros doce grupos de textos con reflexiones, anécdotas, fábulas y microrrelatos procedentes de Días imaginarios (2002), los 25 pasos de La glorieta de los fugitivos (2007) y los 18 microrrelatos de Minisoutos patafísicos, inéditos menos dos, y los Cinco miniminis, también inéditos. Los textos de la segunda parte son más breves, con mayor presencia de la ironía y el humor, un intenso ludismo creador e igual perspicacia en el tratamiento de temas aparecidos antes, con especial relevancia del discurrir en torno a la “ficción pequeñísima” y de la ironía en la visión crítica de los nacionalismos en reflexiones y cuentecillos distópicos de “Micronaciones” y “Dormidos despiertos: la gran españolada”.
El resultado de todo ello es un libro memorable para los mejores lectores porque nos regala una gozosa fiesta intelectual y literaria, con aventuras e invenciones de esta figuración de estirpe cervantina en la dicotomía locura-cordura de Souto, con penetrantes reflexiones sobre la literatura y la vida, sin renunciar a la narratividad de los textos, escritos con fluidez y elegancia en una prosa de impecable factura clásica. Ángel Basanta