Naomi Klein
Hace un año Trump ganó las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos. Naomi Klein (1970, Montreal) se encontraba en Australia con un equipo de filmación de The Guardian.La activista más conocida e influyente del mundo preparaba un grito de alarma ante el deterioro que está sufriendo la Gran Barrera de Coral, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad. El deterioro del arrecife entró en colisión con el triunfo de Trump. Nació entonces un libro cuyo contenido es una crítica frontal a las políticas del actual presidente norteamericano y, al mismo tiempo, un intento de estructurar un frente de lucha contra el neoliberalismo.
Naomi Klein nació en una familia judía de hippies que dejó Estados Unidos en 1967 como protesta ante la guerra de Vietnam. La atmósfera de su casa fue siempre de izquierdas. Adolescente inquieta y ansiosa -así se describe en estas páginas- no llegó a graduarse en su universidad, que era la de Toronto.
Tras unos años de sobrevivir a base de colaborar en varios periódicos y revistas publica No logo en diciembre de 1999. Se le abrieron las puertas del mundo con un libro que no era de fácil lectura. Quinientas cuarenta y tres páginas en la edición española, decenas de notas y una sólida investigación detrás. Como señalamos en su día, se convirtió de inmediato en la biblia de la rebelión contra la globalización. La crítica a los grandes conglomerados empresariales fue tremenda. Desde las grandes multinacionales farmacéuticas hasta los gigantes del automóvil nada escapó a su ojo crítico.
En 2002 apareció Vallas y ventanas. Era una recopilación un tanto forzada de artículos aparecidos en distintos diarios estadounidenses que reflejaban su actividad antisistema. Un libro de transición. En 2007 lanza La doctrina del shock. De nuevo otro bombazo, del que también dimos cuenta y razón en estas páginas. Una crítica despiadada al libre mercado incardinado por Milton Friedman.
En 2007, Naomi Klein tenía en su poblado curriculum haber sido titular de la cátedra Miliband en la London School of Economics y haber alcanzado el puesto undécimo en el prestigioso Sondeo Global de Intelectuales de 2005. Por encima de todo eso, La doctrina del shock fue su consagración definitiva en el universo alternativo. Más de setecientas páginas dedicadas a sostener una cruzada contra la Escuela de Chicago y su triple obsesión: privatización, liberalización y supresión de los sindicatos. Una elaborada denuncia de la alianza entre élites empresariales y gobiernos conservadores. Ve la luz en 2014 Esto lo cambia todo. Un alegato contra el cambio climático al estilo Naomi Klein: densidad, elaborada documentación de apoyo y punto de vista a la izquierda.
Decir no no basta sale a la venta este mismo 2017 en medio de una gigantesca operación de marketing orquestada por la todopoderosa editorial Penguin Random House. Con el viento a favor del potente The New York Times, de los alternativos, del poblado universo de gentes de izquierda, de los antisistema y de todos los que ven en Donald Trump una amenaza, Naomi Klein levanta el vuelo con un texto destinado a ser un best seller."Para Klein, Trump, pese a su evidente zafiedad, no es tanto una anomalía como el peor desenlace de una política y una cultura empresarial nefastas"
Tanto este volumen como el anterior advierten, debajo del nombre de la autora, de que estamos ante la escritora de No logo y La doctrina del shock. Detalle significativo porque este texto hunde sus raíces en sus obras anteriores. El marco y la arquitectura conceptual es la misma. Lo específico ahora es la crítica a Trump y todo lo que encarna: el neoliberalismo, la supremacía blanca y los combustibles fósiles formando una trenza de dinero y poder sin escrúpulos.
El argumento de Decir no no basta discurre sobre la tesis según la cual Trump, pese a su evidente zafiedad, no es tanto una anomalía como el peor desenlace de una política nefasta que campea en el mundo a lo largo y ancho del último medio siglo. Para Naomi Klein el presidente de los Estados Unidos es la consecuencia de una cultura empresarial que declara la guerra a todo lo público y al cambio climático.
El desarrollo de este volumen, sin bibliografía ni notas a pie de página para, según la autora, facilitar su lectura comienza mostrando la trayectoria familiar y empresarial de Trump. De ahí pasa al análisis de los miembros de su gabinete, de su hija Ivanka y de su activo marido Jared Kushner. Páginas adelante el lector contempla la transformación de la Casa Blanca en una marca al servicio de los Trump, maestros consumados en el manejo de la política de puertas giratorias para su propio provecho.
El fallido Nueva Orleans posterior al huracán Katrina y la invasión de Irak son ejemplos utilizados por Naomi Klein para evidenciar el clima de miedo -el estado de shock- para ahogar libertades e impulsar la industria armamentista en la administración Trump.
Se cierra este volumen con una intención que lo permea todo: una llamada a la acción ciudadana y política. Una llamada para combatir el injusto y desigual mundo neoliberal. Un intento de articular las variadas y distintas fuerzas anticapitalistas. Y aquí es donde cojea este interesante volumen. Su propuesta, montar una mayoría solidaria, no pasa de ser un breve, intenso pero insuficiente borrador de intenciones. Se esté o no de acuerdo con la posición de Klein, lo cierto es que articula el pensamiento de millones de personas. Una buena razón, en todo caso, para su lectura.