Ferlosio, 90 años en el pecio de la literatura
Rafael Sánchez Ferlosio sonríe durante un momento del homenaje
El escritor ha recibido un homenaje con motivo de su 90 cumpleaños en el que han participado diversas personalidades del mundo de la cultura junto a amigos y familiares.
Firmemente agarrado al brazo de su mujer Demetria Chamorro, el escritor ha manifestado tras el acto su intención de continuar dedicado a la literatura como siempre ha estado, por libre interés y espontánea curiosidad. "Se hará lo que se pueda", respondió irónico recordando la conocida anécdota de Valle-Inclán cuando le dijo a Juan Belmonte "Solo te falta que te mate un toro en la plaza", a lo que el torero contestó "se hará lo que se pueda, don Ramón".
Sobre el horror de Ferlosio a los reconocimientos ha incidido el ministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo, recordando como en un homenaje concedido al escritor tras el éxito de El Jarama, éste aseguro haber pasado "una vergüenza terrible" que casi provocó que abandonara la literatura para no tener que ocupar "el grotesco papelón del literato". "Sin embargo hoy no puede escapar", ha bromeado el ministro antes de asegurar que "el escritor escribe siempre para la eternidad, su vida no pasa nunca", y que Sánchez Ferlosio "tiene garantizado ese bien inexpugnable que es la memoria de su obra".
Tras calificarle como un autor "sorprendente y desconcertante en el mejor de los sentidos", Méndez de Vigo ha agradecido al escritor, en nombre de todos los españoles, el conjunto de su trayectoria, su audacia y su vida consagrada a la literatura y al pensamiento. "Una forma de vida entre quijotesca y machadiana, al margen de intereses, que refleja una honradez intelectual en la que se ha refugiado a veces con heladora independencia. Un camino que ha ido trazando con valentía, con desdén a veces, pero siempre con una pasión latente. La literatura ha crecido alrededor de don Rafael, porque él también ha crecido con ella", ha finalizado el ministro.
Por su parte, el crítico y editor Ignacio Echevarría, compilador de los ensayos y artículos del autor, ha recordado "no solo la belleza, lucidez y sabiduría" de la obra de Ferlosio, sino también "el rigor y la integridad de su figura como escritor, que le ha hecho ser, quizás a su pesar, ejemplo y referente moral para varias generaciones de escritores y lectores que no están conformes con el rumbo de la sociedad". Echevarría ha destacado que Ferlosio "siempre ha dicho que se siente muy querido y no entiende a quienes se vanaglorian de hacerse a sí mismos sin ayuda, no entiende el valor que se le da al esfuerzo y al sacrificio", y además ha asegurado, que además de todo este cariño, "el mayor homenaje que puede recibir un autor es que su obra se halle en ediciones disponibles y actualizadas, revisadas por él mismo", como es el caso del escritor.
Galardonado con los dos premios más ilustres de las letras españolas, el Cervantes en 2004 y el Nacional de las Letras Españolas en 2009, entre otros muchos, en la trayectoria literaria de Ferlosio se distinguen tres etapas que marcó el propio escritor: una de afición por la prosa literaria, que se ve bien reflejada en Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951), otra de exploración narrativa, que dio lugar a El Jarama (1955), y una última de inmersión en el estudio de la gramática. Durante un largo periodo el escritor abandonó la narrativa, hasta que en 1986 publicó la novela El testimonio de Yarfoz. Sin embargo, volvió a dejar de lado ese género y no tuvo tentaciones de regresar a él porque, según afirmó en una entrevista, le daba "una pereza horrible y mi cabeza está en otras cuestiones".
Las últimas publicaciones que llevan su firma son las recopilaciones de ensayos que la editorial Debate ha lanzado en los últimos años: Altos estudios eclesiásticos. Gramática, narración y diversiones (2015), Gastos, disgustos y tiempo perdido (2016), Babel contra Babel (2016) y el recientemente publicado Qwertyuiop (2017). Con el penúltimo libro de esa serie obtuvo el pasado mes de octubre el Premio de Ensayo Caballero Bonald, un galardón que se sumó a la laureada trayectoria de un escritor que tras ganar el Nacional de las Letras confesó que, en su opinión, se le conceden "demasiados premios".
El acto de homenaje, al que han asistido escritores como Félix de Azúa, Fernando Sánchez Dragó, Andrés Trapiello, Belén Gopegui, Arcadi Espada, Manuel Vicent o José María Guelbenzu, entre otros, además del secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo o políticas como Irene Lozano o Cayetana Álvarez de Toledo; ha finalizado con la lectura por parte de la actriz Adriana Ozores de dos piezas de la extensa obra del autor el relato Los babuinos mendicantes y el breve ensayo El autómata de Querétaro, que el autor ha disfrutado mucho: "Ha leído muy bien, maravillosamente".
Al marcharse, no sin cierta impaciencia, Ferlosio ha señalado que no se puede "quejar" de su estado de salud y ha explicado que "no sé cómo pasaré el día, ahora volveré a casa y no haré nada especial, porque tengo que cuidarme del frío y de la polución del aire".