Como cada año parece obligado echar la vista atrás para enredarse con la tarea de hacer una selección de aquellos cómics más señalados o relevantes, aunque sea para deslizar algún nombre en una conversación y parecer informado, o lanzarse sobre algún anaquel de librería donde encontrar un regalo ocurrente. Pero antes de nada dos reflexiones: (1) el cómic, como cualquier manifestación artística, propone y es el lector quien dispone, por eso esta selección es tan personal como incompleta. Quizá valga solo el hecho de que, por diferentes motivos, son obras que al terminar el año aún resuenan en mi memoria; y (2) las recomendaciones que desde aquí se plantean se hacen con la sana intención de provocar (la curiosidad, el intelecto, alguna emoción adormecida, el compromiso...). No pierda la oportunidad de ojear estas propuestas para ir formándose su opinión al respecto, que seguramente sea la mejor. Pues lo dicho: ahí vamos.



1.- La levedad, de Catherine Meurisse

Editorial Impedimenta



Este cómic está basado en hechos reales y recientes. La autora, una ilustradora de trazo underground es también la protagonista. Hecha la aclaración, La levedad es una historia sobre el impacto de la sinrazón en una persona. El 7 de enero de 2015 dos terroristas islámicos arrasan la redacción del semanal Charlie Hebdo. El saldo inicial de la barbarie son 12 muertos. Una casualidad permite a Catherine salvar la vida pero pierde el alma. El proceso de creación de La levedad fue la terapia con la que reconectó con su arte y honró la memoria de sus compañeros.



2.- Sadboi, de Berliac

Sapristi



Sadboi es un cómic sobre la alienación sociocultural y sus consecuencias. El protagonista, cuya tristeza se enfatiza no solo por su apodo, sino también por una lágrima tatuada en su mejilla, no puede encajar en un país extranjero. Realmente no encaja en casi ningún sitio. En términos visuales, resulta fácil encontrar referencias a clásicos del manga con una historia sobre la fascinación por lo excepcional. Sin duda, este relato del artista argentino Berliac combina actualidad y polémica. Sobre todo porque el autor sugiere que la alienación se inscribe permanentemente en el destino de cada inmigrante.



Sadboi, de Berliac

3.- Un bollito feliz, de Sarah Andersen

Bridge



Este nuevo cómic de Sarah Andersen adquiere la forma de ensayo personal ilustrado. Y lo hace siguiendo los altibajos de la implacable montaña rusa de la autoestima durante la transición de la vida joven a la adulta. En esta segunda colección de las populares tiras de Sarah's Scribbles, la autora, con toques ácidos de humor y sin dejar de ser tremendamente sincera, se cuestiona hasta qué punto es malo vivir de una manera espontánea. Andersen atempera sus observaciones con chascarrillos, casi siempre ocurrentes. Sus observaciones sobre los absurdos estándares de belleza a las que las mujeres modernas estás sometidas resultan particularmente entretenidas. Un trabajo inteligente, cálido y cortante, de los que arrancan una sonrisa e invitan a la reflexión.



4.- Las cien noches de Hero, de Isabel Greenberg

Editorial Impedimenta



Esta novela gráfica no podía faltar en la lista. La joven británica Isabel Greenberg nos entrega un cuento atemporal y con parábola construido a partir de relatos plagados de emociones y escaramuzas. Tradición y mitología sazonan la narración, una historia acerca de relaciones correspondidas donde la argucia es la protagonista de una aventura genuina entorno al amor de las protagonistas.



Las cien noches de Hero, de Isabel Greenberg

5.-Kobane Calling, de Zerocalcare

Reservoir Books



Siguiendo los pasos de los grandes del periodismo de cómics como Joe Sacco, Zero captura una serie de crudos viajes a la guerra en Oriente Próximo para observar la resistencia kurda en Siria. Emocionante, hermoso y, al mismo tiempo, humorístico, este oportuno trabajo de no ficción es una alternativa adecuada a las noticias politizadas o al pensamiento mainstream que explica los conflictos internacionales. Se trata, en definitiva, de una forma entretenida y actual de revisar el conflicto kurdo.



6.- Blame! (reedición), de Tsutomu Nihei

Panini



Este año se reedita en gran formato y seis tomos una de las obras cumbres del cómic de ciencia ficción de temática cyberpunk. De gran fuerza visual y una belleza plástica impregnada de sordidez, la historia de supervivencia -hombre vs tecnología- que aquí se narra captura por sus silencios y espacios interminables. Hostilidad descontrolada para escapar de la tiranía suprema cibernética. Para aquellos que disfruten con laberintos interminables y tramas oscuras y extrañas. En mi caso es una debilidad.



7.- Beverly, de Nick Drnaso

Fulgencio Pimentel



A veces un cómic esconde entre sus viñetas anodinas y diálogos recortados la capacidad de diseccionar a una sociedad entumecida. Nick Drnaso se pasea por momentos cotidianos reconocibles mostrando los pormenores del día a día del americano medio. Y de paso lanza un aviso camuflado entre la superficialidad de los diferentes relatos que aquí se cuentan. Hay algo enfermo y peligroso imbricado en lo más profundo de la convivencia, algo oculto que aflora en determinados comportamientos aberrantes, la psicosis diaria y la violencia soterrada. Como una patada en la cara que se ve venir.



8.- Black Hammer, de Jeff Lemire

Astiberri



Black Hammer nos cuenta la historia de un grupo de antiguos superhéroes con personalidades y motivaciones muy distintas que se encuentran atrapados en un pequeño pueblo por razones que se van desvelando poco a poco. El estilo de dibujo huye de lo habitual en los cómics de superhéroes y le otorga una personalidad propia al título. Un cómic muy entretenido, especialmente celebrado por los aficionados al universo superheroico, que captarán muchas referencias y homenajes a títulos clásicos. Para sorprender a los fans del género.



Black Hammer, de Jeff Lemire

9.- Oscuridades programadas, de Sarah Glidden

Salamandra Graphics



Una investigación de cómo se filtra la realidad de un conflicto bélico a través de la narrativa personal, política y periodística conforman el engranaje narrativo de esta novela gráfica... Con un ritmo tranquilo pero desafiante, Glidden registra todo lo que encuentra a través de una mirada comprensiva y escrutadora para crear una novela gráfica comprometida con trasfondo de reportaje. Dibujado con la marca de la autora, acuarelas suaves y apagadas; y escrito con un humor ágil, este cómic confirma a la autora como una de las voces de no ficción más originales de la actualidad.



10.- Shangri-La, de Mathieu Bablet

Dibbuks



No hace falta ser original por obligación, a veces es posible conectar con el lector por cómo se cuenta una historia. En un futuro lejano, tan solo a unos pocos cientos de años de la actualidad, los humanos viven en una estación espacial lejos de la Tierra. En este contexto, los hombres quieren amplificar sus propios límites y convertirse en iguales a los dioses. Con un dibujo elegante y una propuesta visual cautivadora Mathieu Bablet coge las riendas de los maestros de la ciencia ficción clásica para crear una obra que los rescata y actualiza.