Lee aquí el primer relato del libro La fiebre negra, que le valió a Andrea Barrett el National Book Award

"Imaginad que no sabéis quién es Alice Munro o Lucia Berlin y leéis por primera vez un relato suyo. Esa sensación tuvimos al conocer la impresionante obra de Andrea Barrett", afirman desde la editorial Nórdica sobre La fiebre negra. "En estos relatos, la escritora narra emocionantes historias de vidas anónimas imbricando en sus páginas a científicos como Mendel, Darwin o Linneo, creando una mágica unión de ficción y ciencia". En efecto, las vidas de estos y más científicos aparecen en las páginas de estas historias mezcladas con las vidas de parejas de ficción. La ciencia se transforma de hecho duro y conocido en material de ficción maleable, extraño y emocionante. La misma Andrea Barrett (Boston, 1954) asegura que "siempre he estado muy interesada en los que practican la ciencia y en sus historias. Lo que más me interesa es la historia natural. En su apogeo, a mediados y finales del siglo XIX, cuando la gente salía y reunía los primeros grandes depósitos de datos e intentaba entender qué era lo que vivía y crecía en todas partes, había una sensación de frescura en esa búsqueda. Era muy emocionante". Por ello, esta serie de relatos, que se pueden incluir en la tradición de Alice Munro o William Trevor, sirven de vehículo para recorrer, de manera prodigiosa, la historia de la ciencia y las relaciones humanas de médicos, inventores... en el siglo XIX. Y sus pasiones, ambiciones y amores, convirtiéndolo en un libro de relatos breves y elegantes sobre el amor a la ciencia y la ciencia del amor que abarcan el pasado y el presente a medida que negocian el complejo territorio de la ambición, el fracaso, el logro y los sueños rotos. Barrett es particularmente conocida por ser una escritora de ficción histórica. Su trabajo refleja su interés por la ciencia y las mujeres en ese campo, siendo muchos de sus personajes científicos, a menudo biólogos, del siglo XIX. Como en el trabajo de William Faulkner, algunos de sus personajes han aparecido en más de una historia o novela. En un apéndice de su novela The Air We Breathe (2007), inédito en castellano, la escritora proporcionó un árbol genealógico que ponía en claro las relaciones de los personajes de La fiebre negra, por el que obtuvo el National Book Award en 1996.