Antonio Ferres

Gadir. Madrid, 2017. 408 páginas. 19,50 €

Antonio Ferres (Madrid, 1924) pertenece a la generación del Medio Siglo, que favoreció el auge del cuento español en los años 50 y 60 del siglo XX, con autores como Ignacio Aldecoa, Ana María Matute, Jesús Fernández Santos o Medardo Fraile. Los mejores novelistas de aquella promoción llevaron a cabo la renovación de la narrativa española, de signo realista en los 50, protagonizada por unos, y de carácter experimental en los 60 y 70, encabezada por otros. Los primeros lograron el éxito en los 50 y después algunos pasaron décadas de olvido. Nadie les discutió su labor creadora en favor del cuento. Pero sí se les negó importancia en la novela, sobre todo a los autores del realismo social. Solo en los últimos lustros han sido reivindicados por algunos escritores que se consideran sus herederos en la reinvención del realismo social y con la reedición comentada de algunas novelas de aquella época. Es digna de elogio en este sentido la labor de David Becerra por su edición de La mina en 2013, novela de López Salinas publicada en 1960.



En este contexto merece ser bien recibida la recopilación de los cuentos completos de Antonio Ferres en El color amaranto, título del primero de los aquí reunidos, aunque no debe ocultarse la necesidad de corregir no pocas erratas en el texto. Son 56 cuentos que ilustran su dedicación al género a lo largo de más de medio siglo, desde que ganó el premio Sésamo en 1954 con Cine de barrio hasta algunos relatos de creación reciente, entre los que destaca el citado "El color amaranto". En una trayectoria tan dilatada en el tiempo es lógico encontrarse con cuentos de notoria variedad temática y formal, narrados en tercera persona (la mayoría), con una larga decena y media contados en primera y tres construidos en segunda persona autorreflexiva, los tres localizados en Estados Unidos y encadenados por el título. En la localización de los relatos predominan los espacios madrileños, con algunas historias ambientadas en Estados Unidos y alguna referencia a México ("El exilio del parque"), de acuerdo con la biografía de Ferres, profesor de literatura en universidades norteamericanas y mexicanas entre 1965 y 1976.



Entre los diversos temas tratados abundan los cuentos más representativos del realismo social como "El refugio" y "Esperando que nos maten", o "El camino", uno de los mejores por la heroica lucha de la protagonista en defensa propia y de su familia. También son numerosos los cuentos con recuerdos de la guerra civil y la larga marcha de la España derrotada en la posguerra, que aparece en los tres últimos citados y en otros muchos como "Historia de la cabeza encantada", "La Torre de Babel", casi una novela corta por su extensión (27 páginas) y "El alférez", otro de los mejores con su recreación de la asfixia sentida en la posguerra por su protagonista, lector de Chéjov y con ansias de irse lejos. Y no faltan ejemplos de relatos en los cuales estos mismos temas son abordados con técnica realista entreverada de elementos fantásticos ("La luna del comienzo del mundo" y "El horizonte de sucesos").