Elena Medel, Luis Antonio de Villena, Luis García Montero y Elvira Sastre

Con motivo del Día de la Poesía y del 30.° aniversario del Premio Loewe, acudimos a los poetas Luis Antonio de Villena, Elvira Sastre, Antonio Colinas, Raquel Lanseros, Luis García Montero, Antonio Lucas y Elena Medel. De generaciones y estéticas muy distintas entre sí, estos siete autores nos ayudan con sus impresiones a trazar la evolución de la poesía española en las tres últimas décadas, su estado actual y sus retos de futuro. Además varios de ellos, junto a Caballero Bonald o Brines, leen sus poemas en un vídeo inédito.

De Juan Luis Panero (en 1988) a Ben Clark (en 2017), la lista de ganadores del Premio Loewe de Poesía, que ha cumplido 30 años, es un buen hilo conductor para observar la evolución que ha tenido el género en España en todo este tiempo -aunque en los últimos años ha acentuado su vocación latinoamericana-. Diferentes generaciones y estilos han sido ungidos con este premio, que refleja lo que es hoy la poesía de nuestro país: un panorama fecundo y plural.

Apostar por la diversidad fue siempre el objetivo del premio, que, por encargo del empresario Enrique Loewe a través de la fundación cultural asociada a su marca de moda, puso en pie el poeta Luis Antonio de Villena, quien en su 25.° aniversario resumió para El Cultural aquella etapa fundacional. Loewe, De Villena y Chus Visor, cuya editorial publica el libro ganador desde la primera edición del premio, son las únicas personas que han estado vinculados al premio en todas y cada una de estas treinta ediciones.

Además de ser fundador y miembro del jurado, De Villena fue también el encargado de realizar una antología con los diez primeros ganadores, otra con los primeros veinte y, con motivo de este 30.° aniversario, ha vuelto a hacerlo en Mareas de mar (Visor). El título es una alusión más a la pluralidad: "La poesía es como un mar, algo muy grande, muy poderoso, pero naturalmente dentro de él hay mareas, que son los estilos, y diferentes momentos: se encrespa, se calma, se torna verde, azul, gris o negro".

La antología se presentó este martes junto con un documental conmemorativo del trigésimo aniversario del premio, titulado con uno de los más famosos versos de Bécquer: Poesía eres tú. La primera parte de la película recorre la historia del premio con los testimonios de Enrique Loewe, Visor y De Villena, y la segunda pulsa la actualidad del panorama poético a través de los testimonios de algunos de los poetas más destacados de las últimas décadas y pertenecientes a distintas generaciones, desde Caballero Bonald (1926) a Elvira Sastre (1992), pasando por Francisco Brines, Antonio Colinas, Raquel Lanseros, Luis García Montero, Antonio Lucas o Elena Medel.A continuación ofrecemos en exclusiva un vídeo con contenido extra del documental, cedido por la Fundación Loewe, en el que varios de estos autores leen uno de sus poemas.

El Cultural se suma a la celebración del Día de la poesía recogiendo las impresiones de algunos de estos poetas para esbozar una imagen colectiva de la evolución de la poesía española en las tres últimas décadas, su estado actual y sus retos de futuro.

Luis Antonio de Villena

"La poesía española ha evolucionado, en contra de algunos, hacia la pluralidad y la aceptación de esa pluralidad. Durante mucho tiempo estuvo llena de guerrillas internas, no sé hasta qué punto el público las conocía, pero en algún momento fueron verdaderamente enconadas", opina el antólogo y miembro del jurado. Recuerda, por ejemplo, que en los 80 había tres corrientes principales, la poesía de la experiencia, la poesía metafísica y la poesía de la diferencia, enfrentadas hasta el punto de que autores de una de ellas podían rechazar una invitación si al mismo acto acudía un poeta de la escuela contraria. De Villena se posiciona en contra de estas luchas porque considera que "poetas buenos y malos los hay en todas partes", aunque los segundos abundan más que los primeros porque "lo bueno es casi siempre minoritario". Asegura que al Premio Loewe se han llegado a presentar en una sola edición cerca de 4.000 candidatos, mientras que en los premios de narrativa se reciben normalmente unos 200 o 300 originales. Para el poeta esta enorme diferencia tiene una sencilla explicación: "Hacer una mala novela es más trabajoso que hacer un mal libro de poemas".

En cuanto a la poesía actual, De Villena observa que la madurez poética se alcanza hoy a una edad más tardía: "Los poetas de mi generación publicamos libros al filo de los 20 años en los que, fueran mejores o peores, ya había un conato de madurez. En cambio ahora la mayoría alcanza la madurez sobrepasando la treintena o rozando la cuarentena".

Por otra parte, considera que el tirón de la poesía en internet no repercute en la venta de ejemplares porque internet, al que considera "un espejismo", "es el futuro, pero no el presente". "Si le preguntas a cualquier editor por la influencia que el éxito en la redes ejerce sobre las ventas, te dirá que supone un aumento del 5 % como mucho", asegura el poeta.

Raquel Lanseros

"Últimamente nos preguntan mucho a los poetas sobre las generaciones, sobre la salud de la poesía en España, y si las redes sociales han modificado la poesía. Creo que el boom actual de la poesía juvenil, con lectores muy jóvenes ávidos de poesía, es una noticia estupenda. Cuando yo tenía 18 años leíamos poesía cuatro locos, por eso este fenómeno actual me parece algo fascinante desde los puntos de vista sociológico y literario", opina Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, 1973). "Muchos de esos lectores se quedarán en la poesía y pasarán a otros autores, quién sabe si en un futuro se lanzarán a leer a Szymborska, a Walcott o a Quevedo. Estos nuevos poetas han conseguido una hazaña, Madrid está lleno de jams, de recitales, de bares con eventos poéticos. Todos los que amamos la poesía debemos alegrarnos y romper una lanza en favor de ellos. Conozco los comentarios que circulan sobre la calidad de su poesía, pero el tiempo es el mejor antólogo y en todas las generaciones hay unos cuantos poetas de calidad y otros que no lo son tanto, así que esa acusación es extensible a cualquier generación".

Antonio Colinas

"Primero fue, para mi generación, aquella doble tensión entre poesía neoclásica y poesía testimonial, con el faro salvador en el horizonte, de referencia, de los poetas del Grupo Cántico", señala Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1946), Premio Nacional de Literatura en 1982 y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2016. "Luego llegó la necesidad de una poesía con fulgor, libre en lenguaje y en temas, intensa, sustentada en la cultura y en lecturas muy amplias. Más tarde se habló de poesía de ‘encefalograma plano' o, como la reconoció Valverde, ‘desvitaminada'. Ahora veo con mucha ilusión la poesía que escriben los más jóvenes, pues en sus poemas han recuperado la libertad: ha vuelto el lenguaje arriesgado, la cultura, lo metafísico, el pensamiento o lo surreal. Vuelve, en suma, la libertad de que no haya una tiránica Poética, sino varias. Este es el camino que se debe seguir para que la poesía siga siendo ‘palabra nueva' y no una copia de la realidad, o prosa cortada en trocitos y colocada verticalmente para engañar al lector. Sin fulgor, sin intensidad, sin que el poeta sienta y piense en el poema, sin libertad expresiva, la poesía no existe. Sólo me preocupa de cierta poesía última su obsesiva anglofilia en las lecturas, pero ahí está el "mundialismo" (que no la universalidad) con sus imposiciones.

Elvira Sastre

"Siempre hago hincapié en que parece que ha habido una revolución y que mi generación ha inventado una forma de escribir y no es verdad. No hemos inventado nada, partimos en muchos casos de la poesía de la experiencia, hemos seguido la estela de autores como García Montero o Benjamín Prado", explica Elvira Sastre (Segovia, 1992), que escribe el tipo de poesía que le gusta como lectora: "aquella que me emociona y que entiendo sin tener que hacer un esfuerzo intelectual extremadamente grande". Para la autora de La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida, lo que ha sido revolucionario es el canal de difusión, donde ella ha forjado en poco tiempo una gran popularidad, pero asegura que no solo beneficia a los autores de generación. "En internet veo que se comparten muchísimos versos de Alejandra Pizarnik o de Idea Vilariño; de Mario Benedetti, de Neruda o de Bukowski. Lo que pasa es que a los jóvenes este nuevo canal nos ha pillado en el comienzo de nuestras carreras poéticas y, en mi caso, he sabido aprovechar su mayor virtud, que es la de acercar la poesía a gente que no sabía que le gustaba la poesía".

Antonio Lucas

"Pertenezco a una promoción de poetas que no se ha sentido cerca de ningún propósito generacional en lo poético. Una de las señas de identidad de la no generación (entendido el rechazo como una incomodidad de sentirnos asociados a lemas comunales) es el fomento de una pluralidad de tradiciones en marcha que nos han ido contorneando", explica el poeta y periodista Antonio Lucas (Madrid, 1975), que ganó el Loewe en 2013 con Los desengaños. "No es fácil encontrar entre nosotros referentes comunes. O los que hay no dan para conformar un canon unitario, sino para trazar un mapa abierto y fractal que se recompone sucesivamente, en una itinerancia que impide cualquier catálogo fijo o decálogo prefijado. Y creo que esa dispersión y falta de atención a las escuelas generacionales como lugar de encuentro ha impulsado uno de los paisajes poéticos más sugerentes de los últimos 50 años en España. Créeme cuando afirmo que eso es un valor. La poesía que se escribe en Latinoamérica es tan principal como las quebrantaduras de Ashbery. Szymborska tan esencial como Bonnefoy. Anne Carson tan sugerente como Mark Strand. O Ana Blandiana. O Zagajewski. O Mircea Cartarescu. Y con ellos, toda la vasta tradición europea que va del XV al XX. Esa posibilidad de multiplicar más que sumar es algo que distingue a los poetas de la penúltima promoción, los nacidos entre 1965 y 1985, más o menos. También la necesidad de encontrar sendas de expresión propias desde una marcada individualidad que no renuncia a los compañeros de viaje. Creo que hablamos de un grupo de poetas que aceptan la complicidad pero se sienten alejados de la colectividad difusa que exige el manifiesto y el 'abajofirmantismo'. El conflicto de la identidad en un mundo desidentificado donde se impone el patrón de la red social y lo virtual como falso grial de pluralidades es también uno de los ingredientes que ayudan a concretar lo inconcreto de vivir mejor (en este sentido) ‘fuera de sitio'".

Luis García Montero

"Creo que la poesía en España ha conservado una significación cultural importante y sigue ocupando un espacio en la educación sentimental de la gente. No ocurre en otros países de Europa. En mi generación, la labor de los cantautores fue decisiva al poner música a Machado, Hernández, Lorca, Blas de Otero…", explica Luis García Montero (Granada, 1958), el máximo representante de la llamada "poesía de la experiencia" que en los 80 bebió de autores como Jaime Gil de Biedma y reivindicó una poesía de léxico sencillo y temas cotidianos con el manifiesto La otra sentimentalidad.

"En el capitalismo tardío y homologador, el reto de la poesía que más me interesa ha sabido responder a la mascarada del esteticismo o el hermetismo modernista y a la conversión del poema en una campaña publicitaria para el día de los enamorados. La calidad no tiene que ver ni con la oscuridad ni con la claridad del sentimentalismo publicitario. Es otro el reto, y soy optimista porque creo que hay jóvenes poetas que quieren dar respuesta a ese reto. España ha contado en los últimos años con 6 o 7 poetas de calidad. Poetas con lectores".

Elena Medel

"Tengo la sensación de que las claves que manejábamos hace quince años siguen vigentes: la convivencia de diferentes estéticas -cada vez más polarizadas, sin embargo; como a la antigua usanza-, el diálogo con la poesía latinoamericana, el peso de las traducciones... Incluso fenómenos extraliterarios: ese mensaje de que la poesía está de moda se vincula hoy a la que se difunde en internet, pero ya ocurrió ayer con el auge de los festivales, y anteayer con propuestas como las de la poesía escénica o las vinculadas a la performance, al teatro, etcétera", opina Elena Medel (Córdoba, 1985), que acaba de publicar en Ariel su manual Todo lo que hay que saber sobre poesía. Te diría que me entusiasman la calidad y el rigor con los que escriben poetas de muy diferentes generaciones -por ejemplo: qué lujo poder leer nuevos textos de Julia Uceda, que nació en 1925, e Irati Iturritza Errea, de 1997-, y que arroja un panorama riquísimo, que quienes leemos solo podemos celebrar. Y otros dos asuntos más allá de los textos, que sí marcan quizá una diferencia con respecto a los penúltimos años: la visibilidad creciente de muchos nuevos proyectos editoriales, que garantizan un panorama mucho más diverso, y la reivindicación en pasado y en presente de la obra de autoras que hasta hoy apenas se movían más allá de los márgenes.

@FDQuijano