Lee aquí un fragmento de La búsqueda del algoritmo, donde Ed Finn explica cómo los algoritmos están cambiando la cultura de nuestro tiempo y, sobre todo, cómo las industrias culturales los están utilizando
A menudo el usuario medio se aventura en las redes sociales abrumado por la jerga científica, completamente ajeno a las consecuencias de facilitar inconscientemente información de todo tipo. Ed Finn, director fundador del Center for Science and the Imagination de la Universidad de Arizona State, analiza en La búsqueda del algoritmo de qué manera "la nueva religión de Netflix, Facebook, Googles, Aplee y Bitcoin enriquece nuestra imaginación o nos convierte en sus nuevos siervos, condicionando nuestros gustos y decisiones". Desde que nuestra vida diaria depende en gran medida de nuestra conexión a internet, los algoritmos se han convertido en el protocolo invisible que transporta la información que nos ayuda a tomar decisiones; son algo así como la sangre de la red. Los algoritmos determinan qué contenidos nos muestran las redes sociales o qué recomendaciones nos ofrecen las tiendas online a las que compramos, y, a través de procesos matemáticos, terminan por moldear nuestro gusto y nuestra opinión. Hasta hace un tiempo nos guiábamos por la intuición, la providencia o las invocaciones de los expertos -que no dejan de ser distintas formas de magia cotidiana-, pero en pocos años esto ha sido sustituido por la larga sombra cultural que arroja la ciencia computacional. Algo que, en el fondo, no es tan traumático: los algoritmos, que aciertan más de lo que creemos sobre lo que necesitamos saber y lo que queremos consumir, son una nueva forma de magia. En este ensayo iluminador, Ed Finn explica cómo los algoritmos están cambiando la cultura de nuestro tiempo y, sobre todo, cómo las industrias culturales los están utilizando para conocer los gustos, los deseos y las aspiraciones de su público y así podernos ofrecer un producto adecuado a nuestras necesidades inmediatas y nuestras pulsiones más irrefrenables. Finn explica de manera pormenorizada cómo internet ha cambiado nuestra cultura y ha abierto nuevas posibilidades creativas: el uso de Google, la confianza en las recomendaciones supuestamente arbitrarias de Spotify o la manera en que compañías como Netflix se sirven de la gestión masiva de datos para dar con productos televisivos de éxito son solo una pequeña parte de un profundo cambio de paradigma que no ha hecho más que empezar. ¿Qué buscan los algoritmos? Sus primeros efectos ya son notorios: el desarrollo de una nueva humanidad, abierta a un proceso de experimentación que se sostiene en el análisis creativo de la información. Ahora bien, ¿queremos realmente lo que los algoritmos quieren para nosotros?
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