Image: Morir no es lo que más duele

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Letras

Morir no es lo que más duele

Inés Plana

20 abril, 2018 02:00

Inés Plana. Foto: Asís G. Ayerbe

Espasa. Madrid, 2018. 440 páginas, 19,90 €. Ebook: 12,34 €

Una buena novela negra es como un juego. Se nos plantea un enigma, se nos aportan algunas claves con que empezar a resolverlo (algunas son falsas, claro) y se nos lanza a una arena que es, entre otras cosas, la de nuestra propia experiencia y conocimiento de las profundidades del alma humana. Es importante que el autor sepa qué se trae entre manos y conozca las reglas. Por fuerza es casi inevitable que ciertos mecanismos, resortes, argucias tengan poco o nada tienen de original y que inmediatamente nos remiten a algunos nombres recientes, como los de Lorenzo Silva, Dolores Redondo o Asa Larsson, por citar sólo algunos cuyos ecos son aquí reconocibles incluso para el no iniciado.

Sin embargo, nada de todo esto importará mucho al lector: cuando una historia policíaca funciona, proporciona un deleite que permite comprender el auge o la moda de esta temática hasta al menos entusiasta. Esta primera novela de la periodista aragonesa Inés Plana (1959) consigue todo esto, y también inscribirse con honores en la lista de autores que cultivan el género policiaco en nuestro país, entre los cuales, por cierto, cada vez es mayor el número de mujeres, como lo es también entre los lectores.

La novela arranca presentándonos a Sara, una correctora editorial de vida solitaria que se ve impremeditadamente envuelta en el macabro crimen de un profesor de instituto a quien no conocía. Dirige la investigación un sargento de la guardia civil, Julián, cuya vida nada plácida sufrirá una fuerte sacudida durante la trama, cuando descubra que el caso que investiga hunde sus raíces en su propia biografía. Saldrán a la luz secretos ocultos, como es de recibo, que nos llevarán a reflexionar sobre el gran esfuerzo que invierte la memoria de todos nosotros en olvidar, y en las razones que existen para ello (a mi modo de ver, esta reflexión es de lo mejor de la novela). Y a medida que la madeja del enredo se desenmarañe aflorarán crímenes pasados y mentiras escondidas durante años.

Sara, cuya madre enferma de Alzheimer es un aviso para navegantes, se enfrentará a los recuerdos que han forjado su personalidad y que se ha negado durante años. Julián descubrirá lo que otros desearon esconderle. Una parte significativa de la trama nos llevará a asuntos de plena actualidad: crímenes sexuales nunca confesados ni juzgados, especulación inmobiliaria, cuerpos armados que actúan como mercenarios en guerras lejanas persiguiendo oscuros intereses globales. Y todo eso funcionará a la perfección gracias a la habilidad de la autora para hacer de ese complicado engranaje algo profundamente humano y verosímil.

En suma. Los aficionados a la novela negra tienen algo que celebrar. Los curiosos, un título por el que empezar a entusiasmarse.