Silvia Coma

La Esfera de los Libros. Madrid, 2018. 384 páginas, 19,90 €

Hay libros que se rebelan contra los géneros y que, más allá de embozarse bajo la etiqueta de novela histórica, de aventuras, romántica, o todo a un tiempo, resultan de principio a fin una desesperada declaración de amor a la literatura, a su poder para enfrentarse a la vida, la desdicha y la muerte. Es el caso de Aún está oscuro, primera novela de Silvia Coma (Barcelona, 1990), en la que la periodista y narradora entreteje las historias de tres mujeres en años y escenarios casi antagónicos pero necesarios.



Como si de un relato de Dickens o Jane Austen se tratara, no falta ninguno de los ingredientes de la mejor novela victoriana: amores imposibles, diferencias sociales, mujeres maltratadas, naufragios, incestos, nobles malvados, espeluznantes tratamientos médicos contra la locura, fantasmas... Desde la Inglaterra de 1846, donde Alice trabaja como doncella al servicio de la altiva lady Blackburn, el lector viaja en el tiempo y el espacio a 1820, a una isla perdida en el Índico, en la ruta hacia Australia. Allí han ido a parar, tras sucesivas tormentas, un grupo de niños en una aventura que recuerda a El señor de las moscas de Golding, y los restos de una tripulación pirata venida a menos y comandada por un joven capitán que intuye que su mundo de aventuras sin fin está abocado a su final.



Sin más pretensiones que narrar una historia trepidante, Silvia Coma va alternando tramas, escenarios y personajes con ritmo y destreza, sin permitir que el lector pueda desengancharse de una aventura sentimental y vital tan peligrosa como en ocasiones sorprendente . No haré spoiler, pero aunque algunos detalles del desenlace resulten previsibles, no faltan sorpresas en Aún está oscuro, con su soterrada denuncia de los prejuicios sociales, de las injusticias padecidas durante siglos por las mujeres y su apuesta por la literatura como consuelo frente a la incertidumbre, el desamor y la muerte.