Rafael Chirbes

Conocido particularmente por Crematorio, cuya versión fue protagonizada por Pepe Sancho en la pequeña pantalla, y En la orilla, por la que obtuvo el Premio Nacional de Narrativa en 2014, la trayectoria como escritor de Rafael Chirbes comenzó hace casi treinta años con Mimoun, novela finalista del VI Premio Herralde. Concretamente en noviembre de 1988. "A mí me la envió Carmen Martín Gaite, que era una especie de "cónsul nuestra" en Madrid -recuerda hoy el que fuera su editor, Jorge Herralde-. Como sabían de la gran amistad que teníamos Carmen y yo, algunos jóvenes escritores le enviaban sus manuscritos y ella los leía de forma tan paciente como exigente. Les daba el aprobado a muy pocos". Al primero que se lo dio fue, de hecho, al escritor de La larga marcha. "Me recomendó Mimoun, lo recibí, me encantó, y así empezó nuestra larga historia con Rafael Chirbes".



El propio escritor lo rememoraba también de aquel modo en 2007 en un artículo para El Cultural. "Cuando la escribí, llevaba ya tres libros guardados en el cajón, y un montón de folios abortados. A pesar de estar envuelta por cierto aura de malditismo, Mimoun era más hija de Balzac que de Rimbaud; fruto de un esfuerzo continuado, más que de un fogonazo de la inspiración".



Ahora, un congreso internacional se hace eco de ese momento. Bajo el título El Universo de Rafael Chirbes Valencia y Denia reunirán, entre el 9 y el 12 de mayo, a críticos, narradores y una "amplia diversidad de intereses, países y admiradores" en torno a la figura del autor, con el objetivo de evocar la aparición de la novela y su trayectoria después de aquel 1988. "En este simposio hay críticos muy buenos como Fernando Valls y Ángel Basanta -explica Herralde- y escritores que eran además muy amigos, como Alfons Cervera y Marta Sanz".



En palabras del editor, Chirbes era "uno de los mayores narradores españoles en los últimos veinte o treinta años". No obstante, a pesar de tener una muy buena crítica desde sus inicios, no fue hasta el Premio Nacional en 2014, por su obra En la orilla, que se "convirtió en un inesperadísimo bestseller". Al contrario que en Alemania, explica "que lo habían publicado casi desde el inicio, gracias a un famoso crítico literario que tenía un programa de televisión, donde se catapultó a la fama y fue uno de los más vendidos durante años".



Organizado por la Fundación Rafael Chirbes, el Departamento de Filología Española de la Universidad de Valencia, la Fundació Baleària y el Ayuntamiento de Denia, a lo largo de estas jornadas se reflexionará sobre los aspectos biográficos, la narrativa, la memoria, la responsabilidad social del escritor, la literatura de viajes y hasta sobre la gastronomía en la obra de Chirbes. "Durante años escribió en la revista Sobremesa sobre sus viajes, cuyos textos luego luego fueron compilados en un libro", añade el editor que incide en la presencia internacional de los asistentes. "En estas jornadas se profundizará, por ejemplo, sobre la recepción de Rafael Chirbes en Alemania, pero también hay bastante presencia de las universidades francesas. Naturalmente vendrá gente de Alemania, de Estados Unidos, de Italia, de Holanda... Es una excelente iniciativa para poner de relieve la importancia que tuvo y sigue teniendo".



Chirbes, que para Herralde fue, además, la voz de la verdad, "no se callaba nada. Quizás era demasiado poco diplomático, lo que le valió alguna hostilidad en el gremio de las letras, pero era de una honestidad a prueba de bombas". De hecho, sus dos últimas novelas en cierta manera además de literatura eran la crónica de la corrupción en España y en Valencia. "Ahora sería muy interesante en estos tiempos de corrupción campante y generalizada escuchar la voz de Chirbes", reflexiona.



Amigo, además de editor, Jorge Herralde, presidente de honor del Comité Científico del Congreso, clausurará el acto con una conferencia titulada Editor de Chirbes, amigo de Rafa. En ella, adelanta, pondrá "énfasis sobre todo en la carrera literaria de un escritor que no era nada amante de los circuitos de poder, interesado solo en escribir" pero también en su relación de amigos, de la que destaca su franqueza, complicidad y fluidez. "Él se interesaba mucho, algo que es importante, por los jóvenes escritores, cosa no tan usual -cuenta el editor-. Por ejemplo, presentó una novela de Sara Mesa poco antes de morir, y escribió un prólogo para una de las novelas recientes de Marta Sanz. Era un lector muy ávido pero a la vez muy exigente. Yo le enviaba bastantes libros y siempre me los comentaba, generalmente bien, pero alguna vez me dijo: "Yo en tu lugar no los hubiera publicado". Entonces discutíamos un poco pero siempre acababa en tablas".



@mailouti