La Fundación del Español Urgente inaugura hoy la 13ª edición de su Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, que este año analiza el uso del lenguaje en la manipulación de las emociones con la polémica posverdad como eje de los debates.

En la última ronda de adiciones al diccionario, la Real Academia Española incluyó el término "posverdad", sin duda uno de los neologismos más escuchados y leídos el último año. La Fundación del Español Urgente (Fundéu), que podríamos considerar como la unidad de intervención rápida de la lengua española, ha tenido mucho que ver en su incorporación desde el inglés post-truth y, de hecho, lo ha elegido como tema central de la 13ª edición de su Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, que se celebra los días 29 y 30 de mayo en San Millán de la Cogolla en colaboración con la fundación que lleva el nombre de la localidad riojana.



El término ha generado debates entre sociólogos, politólogos, lingüistas y hablantes en general. ¿Es la posverdad otra cosa distinta a lo que siempre se ha llamado simplemente "mentira"? Detengámonos un momento en la definición perfilada por la Academia: "Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales". Según esta explicación, la posverdad es un tipo concreto de mentira o verdad a medias que se difunde en el ámbito público y persigue una reacción concreta del receptor (el miedo, el rechazo, una opción de voto...).



La reina Letizia presidirá la apertura del seminario, que tendrá a la periodista Soledad Gallego-Díaz como conferenciante inaugural y reunirá a una veintena de expertos (lingüistas, psicólogos y periodistas, principalmente, algunos de ellos de la casa) para tratar las implicaciones del lenguaje en esta nueva realidad que Javier Lascuráin, coordinador general de la Fundéu y veterano periodista de EFE, asocia más a un clima general ("la era de la posverdad") que a afirmaciones o hechos concretos. También matiza que en la creación de la palabra "posverdad" el prefijo pos- no significa "después de", sino que, como en otros casos en los que se emplea el mismo prefijo, significa "posterior a una época en que la verdad era central". Ocurre igual, por ejemplo, con el término "posindustrial": evidentemente hoy sigue existiendo la industria, pero esta ha dejado de ser el centro de los sistemas económicos. Es decir, la posverdad es "un ambiente en el que es más probable que triunfe la mentira".



Atendiendo a los elementos clave de su definición y atendiendo a su relación con el lenguaje y el periodismo, el seminario (que se celebra "a puerta cerrada" pero cuyas sesiones pueden seguirse en directo o diferido a través de la web de la Fundéu) se articula en tres debates moderados por el escritor y periodista Jordi Corominas: el lenguaje de la manipulación, el lenguaje de las emociones y, por último, otro dedicado al contexto que ha propiciado la aparición del término: el fenómeno Trump y las fake news. "Las noticias falsas siempre han existido, pero su uso se ha disparado como arma de manipulación", opina el coordinador general de la Fundéu.



La mesa centrada en la manipulación tratará de examinar "cómo se construye la información manipuladora y cómo desmontarla". El debate lo descorchará Luis Muiño, "un experto que ha escrito mucho sobre este ámbito", apunta Lascuráin.



La segunda de ellas, sobre el lenguaje de las emociones, estará encabezada por Cristina Soriano, profesora especializada en esa materia, investigadora del Centro de Ciencias Afectivas de Suiza. "El estudio del lenguaje y las emociones es importante para abordar el fenómeno de la posverdad, porque en ella la comunicación emocional sustituye a la comunicación de hechos contrastables", señala Lascuráin.



El tercer debate, con el periodista Esteban Illades en calidad de ponente, entra más de lleno en el periodismo y la política, ya que tiene por tema la creación de noticias falsas. "Es cierto que siempre ha existido por parte de algunas personas la intención de engañar a la ciudadanía, pero lo que caracteriza a nuestra época es que hay más gente dispuesta a aceptar esas mentiras", opina Lascuráin.



El día a día de la Fundéu

Nacida en el seno de la agencia EFE, con el patrocinio de BBVA y el aval de la RAE, la fundación cuenta con varios académicos en su consejo asesor. Su objetivo inicial, que sigue siendo el principal, era impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, pero con los años ha extendido su servicio al conjunto de los hispanohablantes.



La Fundéu tiene su origen en el Departamento del Español Urgente fundado a finales de los 70 por el entonces director de la agencia, el periodista y académico Luis María Anson, en un momento en que EFE se encontraba en plena expansión internacional, con miles de periodistas por todo el mundo. El nuevo departamento estaba compuesto por periodistas y lingüistas de prestigio, y funcionó muchos años con el apoyo de académicos como Fernando Lázaro Carreter, principal responsable de la redacción del primer Manual de español urgente.



La conversión del departamento en fundación llegó en 2005 de la mano de otro director de la Agencia EFE, Álex Grijelmo, otro periodista amante y divulgador del buen uso de la lengua en los medios, y un año después nació el Seminario de Lengua y Periodismo de San Millán de la Cogolla. "El seminario nació como complemento a la labor de urgencia de la Fundéu", explica Lascuráin. "Era necesario buscar también un espacio para tratar algunos aspectos con más profundidad que la que permitía el trabajo del día a día".



Un equipo de lingüistas, lexicógrafos, traductores, periodistas y expertos en ortotipografía desarrolla ese trabajo que hoy se reparte en dos frentes: recomendaciones y consultas. En primer lugar, hacer una recomendación diaria sobre la redacción de algún término relacionado con la actualidad (una de las luchas continuas de la Fundéu es contra la adopción precipitada e innecesaria de términos extranjeros que tienen un perfecto equivalente en español, por ejemplo, newsletter por boletín o street art por arte urbano); y, por otra parte, responder a las numerosas consultas que llegan al equipo a través de la web y las redes sociales, o incluso por carta y por teléfono.



"Por las mañanas tenemos una reunión interna en la que, después de estar muy pendientes de lo que se ha escrito y dicho en los periódicos, la radio y la televisión, ponemos en común lo que creemos que puede suscitar dudas o errores entre los periodistas, localizamos aquellos temas en los que puede estar agazapada una duda lingüística", explica Lascurain. "Como a veces nos quedan dudas que no podemos resolver dentro del propio equipo, las vamos acumulando y cada quince días nos reunimos con nuestro consejo asesor".



Corrección en los medios y en las redes sociales

El coordinador de la Fundéu no cree que los periodistas metan mucho la pata: "Es normal cometer errores cuando se escribe mucho y se habla mucho. Por otra parte, aunque no disponemos de estadísticas que puedan certificarlo, es cierto que existe la percepción de que en los últimos tiempos se cometen más errores que hace unos años, y esto tiene que ver directamente con la crisis económica y la difícil situación de algunos medios. En muchos casos ha desaparecido o se ha diluido la figura del corrector".



Lo cierto es que, con el auge de los medios de comunicación online, la prisa por contar la noticia antes que los competidores ha hecho que en muchos casos prime la velocidad por encima de la calidad. En este terreno, opina Lascuráin, "todos los periodistas se están enfrentando a lo que antes solo afectaba a las agencias: la hora de cierre es cada minuto".



Aunque de vez en cuando se oyen lamentos sobre la ortografía en las redes sociales, Lascuráin no cree el tópico de que cada vez se escribe peor. "Lo que ocurre es que hace 15 años solo veíamos cómo escribían los periodistas, los profesores y los escritores. Ahora vemos también cómo escribe el vecino del quinto, y no siempre escribe bien... Echarle la culpa a las redes sociales es equivocar el diagnóstico".