Daniel Ruiz
La novela de la crisis, que ha dado abundantes y desiguales frutos estos últimos años, parece haberse distendido. Pero Daniel Ruiz (Sevilla, 1976) sigue en esa causa, en la que ya ocupa un espacio propio por haber abordado un aspecto desatendido de la problemática social, las tripas de la empresa, en La gran ola. Y ya antes, en Todo está bien, había revelado su interés por el documento crítico contemporáneo con un testimonio duro de las corruptelas políticas. En Maleza acopla la mirada censora sobre una realidad colectiva degradada y sobre sus raíces.Maleza contiene tres historias independientes. La última da título al libro y se centra en el sufrimiento de Nolito, un candoroso niño subnormal. La primera, "Perrera", tiene como fondo las bandas juveniles urbanas y refiere las andanzas de tres amigos para vengar la muerte sádica de un perro. En medio, "Carnaza" se diferencia de los otros relatos por sustituir el enfoque emocional de estos por un tratamiento expresionista.
Hay en Maleza el propósito de presentar una obra variada. Lo son las medidas de sus relatos y sus tonos. Esta variedad remite, sin embargo, a un sentido global unitario muy fuerte del libro. Subraya esta intención el que las tres piezas compartan el mismo escenario, un barrio llamado Balseras, a las afueras de una innominada ciudad que bien podría ser Sevilla y que encarna el símbolo de un espacio opresivo y degradado donde se cumple la triste ceremonia de la barojiana lucha por la vida.
Ruiz busca mostrar una situación social histórica sin horizontes de liberación. Pero no presenta un documento crítico plano sino que lo somete a un trabajo literario de esmerada elaboración. La narración rápida se funde en un expresivo continuo de voces diferentes. Un tamizado "modernismo" narrativo proporciona un aire actual al relato. Los artificios no suponen, sin embargo, ejercicios formales sino que acompañan una escritura comprometida con las exigencias del arte. Ello tiene el feliz resultado de unir la denuncia y una urgente apelación a la conciencia del lector a unas historias hondas (magnífica la emocionante "Maleza"), comunicativas y amenas, si bien muy amargas.