Foto: Sergio González Valero

La antigua casa de fieras del Retiro era simbólicamente el escenario ideal para acoger a un sector cultural que está que trina por la desprotección de los derechos de autor. Organizado por el despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo y la Universidad Europea de Madrid el I Congreso Internacional sobre los Derechos de Autor y Propiedad Intelectual se ha celebrado el jueves y el viernes en la actual Biblioteca Eugenio Trías. Allí expertos e interesados se han reunido para debatir y organizar la defensa de sus derechos ante los atropellos de la piratería y los desmanes administrativos.



"La aportación del escritor debería ser reconocida como una contribución al futuro de la sociedad y merece protección a través de los derechos de autor". Con estas palabras abrió el jueves el encuentro Mario Vargas Llosa en un mensaje de vídeo grabado. Uno de los anfitriones del congreso, el escritor y exministro de Cultura César Antonio Molina, socio además del bufete Cremades & Calvo-Sotelo, destacó la necesidad de poner el foco en la educación para atajar el problema de la piratería y, sobre todo, cambiar la percepción benévola de quienes opinan que descargar contenido protegido por derechos de autor no provoca ningún perjuicio grave a nadie. "Hay que educar en el respeto a los creadores", subrayó el también exdirector del Instituto Cervantes, que consideró la celebración de este congreso como "un primer paso" para alcanzar una regulación que proteja realmente los derechos de autor.



Por el evento han pasado representantes de las principales entidades de gestión de derechos de autor como SGAE, AIE, VEGAP o CEDRO; el presidente del despacho de abogados, Javier Cremades; así como Dimiter Gantchev, Vicepresidente de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). También ha participado el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, encargado de la primera ponencia tras la inauguración. En ella habló de la polémica relacionada con los autores jubilados y la actual incompatibilidad para que perciban a la vez su pensión y la retribución que les corresponde por sus obras. "No estamos pidiendo algo injusto. Al seguir creando estamos contribuyendo tanto a la riqueza cultural como económica del país", señaló Villanueva.



El congreso ha finalizado con una mesa de conclusiones jurídicas en la que se han puesto sobre la mesa varias ideas a cargo de abogados de la firma organizadora. Entre ellas, que la Ley de Propiedad Intelectual tiene "artículos pre-tecnológicos" que dificultan la lucha contra la piratería en el entorno digital; se ha mencionado también la aceptación social de las descargas ilegales, mientras que al autor que exige su retribución se le ha visto tradicionalmente como "un insolidario y egoísta"; y que la sencillez de acceso a contenidos legales a través de plataformas como Spotify y Netflix ha reducido significativamente la piratería en los últimos años.