Rita Indiana
Escritora, compositora y cantante, Rita Indiana (Santo Domingo, 1977) es una de las autoras más prometedoras de la literatura caribeña actual. Aclamada por la crítica por su segunda novela, Papi (Periférica, 2011), acaba de publicar en España Hecho en Saturno (Periférica) donde recupera a Argenis Luna, uno de los personajes secundarios de aquella otra historia, para indagar en esta ocasión en la situación de devastación ideológica y en las contradicciones que heredaron los hijos de la revolución dominicana. En ella su protagonista, hijo de uno de esos revolucionarios, viaja hasta Cuba para someterse a un tratamiento de desintoxicación. Basada en experiencias personales, su nueva novela, cuenta, "no es autobiográfica pero sí trata sobre las historias de conocidos que vivieron situaciones similares".Pregunta.- Hecho en Saturno es un título sugerente, alude al planeta pero también al dios romano que según la mitología devoró a sus hijos, ¿es esta una metáfora de cómo los ideales y la presencia de los padres termina devorando a los hijos?
Respuesta.- Son varias lecturas, cada quien hace la suya. En mi caso personal es un poco eso. Cómo las idolologías se tragan a los países pero también cómo el tiempo se traga a las ideologías y cómo el capitalismo se traga a su vez esas ideologías. En el caso de mi país, en los 70, se vivió una dictadura que algunos llaman blanda. Joaquín Balaguer, se encargó en los 70 de acabar con la masa pensante de la izquierda. Es decir, los periodistas, los estudiantes y los intelectuales. En definitiva, es la metáfora del tiempo que se lo come todo, no solamente las ideologías sino los ideales en general pero también las relaciones, la memoria, la idea que tenemos de las cosas, las dependencias...
P.- ¿Le interesaba indagar en los hijos de los ideales revolucionarios?Algunos de mis proyectos literarios o musicales nacen de una autocomplacencia, de querer sentir el placer únicamente de crear."
R.- Sí, yo vengo de una familia balaguerista. Del balaguerismo después de los 90 porque Balaguer tuvo la oportunidad de redimirse, de alguna forma y entre comillas, cuando en su segundo mandato se convirtió en un demócrata cualquiera y logró lavarle la cara a su legado. En los libros de historia de las escuelas no estaba, en los 80 o en los 90 que es cuando yo fui al colegio, lo que había pasado en doce años. Eso me llegó a través de las amistades que hice en mi adolescencia que sí era gente que había estado en aquella izquierda que había militado. Algunos de ellos habían sido guerrilleros, habían luchado en la revolución del 65 en Santo Domingo. Entonces me cuentan ese horror. Es otro cuento, ¿no? Después coincidió que muchos de mis amigos de la escena cultural dominicana eran hijos de estos izquierdistas que ya no eran esos ideólogos y militantes sino que sus padres se habían convertido en funcionarios del statu quo y habían terminado en un centro de derecha completamente al otro de la esfera.
P.- De hecho, en algún momento de su novela compara cómo estos ideales en algunos casos eran extraídos como una muela picada y cambiados por otra más nueva y distinta, ¿no?
R.- Exacto. Es la comodidad. La comodidad del bienestar individual que es lo que está en casi todos estos políticos cuando llegan. Lo vemos en la novela. El papá de Argenis era un tipo de verdad que vivió a partir de unos ideales. No digo que este sea el caso de todos. Hay mucha gente que vivió esa época, que sobrevivió y que permanecieron firmes a lo que creen, que no se han dejado corromper por el poder. Pero la mayoría se acomodó en el bienestar que lleva ese poder, incluso en la corrupción también que facilita otro estilo de vida.
P.- ¿Y sobre qué otros temas le interesaba indagar?
R.- Argenis viene de la novela anterior. Es como un spin-off. Él es un chico que tiene un talento muy formal, es un virtuoso de la pintura pero está fuera del tiempo, no logra ubicarse en el mercado del arte contemporáneo. La pintura a finales de los 90 o 2000 era vista como si fuese un macramé, ¿no? Una artesanía. También es una cuestión de Saturno por eso. Estos hijos de estos héroes también buscan su lugar en la historia pero los padres han dejado una huella tal que les queda grande, que no saben dónde ubicarse.
P.- Hasta el punto de que su personaje confiesa que durante una etapa de su vida le aterraba pintar, ¿esto le ha ocurrido alguna vez?
R.- Uno siempre, incluso el que dice que no, aunque sea una esquinita ahí atrás, tiene pendiente que hay un público ahí afuera, ¿no? Algunos de mis proyectos literarios o musicales nacen de una autocomplacencia, de querer sentir el placer únicamente de crear, pero otros tienen más pendiente al público. Este creo que es un proyecto que sí, que desde un inicio lo tuvo en cuenta. Va dirigido a un lector de mi generación que conozco y que es de donde surge el personaje.
P.- ¿Y a la crítica la teme?
R.- A nivel personal uno siempre quiere que lo quieran y por supuesto que una crítica negativa te afecta. Aunque yo no soy de leerlas. A partir de mi inclusión en la música y también de lo que significa ser un personaje mediático en la era de internet, donde no solo existe la crítica teórica o profesional sino que estas a merced de los comentarios del universo entero, uno aprende a no leer tanto de lo que se escribe de uno, a ser más selectivo o no estar tan pendiente. La gente te acribilla aunque seas el mejor escritor o artista del mundo, siempre va a haber alguien al que no le guste tu trabajo, que no lo entiende o que lo considera de baja calidad.
P.- En Hecho en Saturno, menciona además la obra de Goya, ¿qué importancia tiene el pintor en su obra?
R.- Goya es un artista que para mí es fundamental. Él inaugura la modernidad en el arte. Es una especie de profeta de la modernidad. Argenis se identifica con él, es como el ideal que quiere alcanzar. En la novela previa, trabajaba en una línea psíquica de teléfono y su nombre es Psychic Goya. Era un mote que le pusieron en la escuela de arte porque él tenía unos aires como de gran pintor en una escuela que estaba algo más inclinada hacia las artes conceptuales. Él tiene el sueño de que un día va a despertar en otra época en la que el talento pictórico se sigue apreciando, como hace dos o tres siglos atrás. Además, esta novela era la excusa perfecta, porque ya había empezado a trabajar el tema de Saturno, y Saturno devorando a sus hijos de Goya es una de mis obras favoritas.
Siempre ha habido mujeres escritoras excelentes, muchas de ellas no encontraron el espacio ni quién las apoyara a nivel editorial."
R.- Ha habido un regreso a esa apreciación. La pintura para mí puede ser tan conceptual como una performance, y yo valoro mucho el trabajo artesanal que hay detrás. No cualquiera puede revisar un trabajo pictórico de calidad, no es tan fácil. Creo en el trabajo, en la mano. Mucha gente lo veía como ameno en una época en la que la mayoría de los artistas que se estaban valorando del mercado y que se convirtieron en estrellas no le ponían la mano a su obra sino que la fabrican en China o en un taller con doce asistentes. También es válido, pero a mí me gustan ambas cosas. Las prácticas artesanales me parecen hermosas y valiosas y son solo unos cuantos los que tienen el talento para llevarlas a cabo.
P.- Y en cuanto a la literatura, ¿qué escritores le influyen?
R.- Un referente bien importante para esta novela es William Burroughs por el tema obvio de la adicción pero también por otras cosas que él trabaja de forma satírica, como la cuestión del capitalismo y la construcción ideológica de forma un poco onírica y aparatosa. Yo trato de hacer eso pero de una forma lineal y coherente. De hecho, el doctor Bengoa es una versión cubana del doctor Benway, de El almuerzo desnudo.
P.- ¿Cómo ve el panorama literario caribeño?
R.- Hay muchos escritores que me encantan en Puerto Rico y en Cuba. Por hablar del Caribe hispano, que es el que más conozco, gente que me ha influenciado muchísimo de mi generación como Antonio José Ponte de Cuba y Luis Negrón de Puerto Rico. También de Puerto Rico es Juan López Bauzá. Tres escritores que tengo que mencionar porque son fundamentales.
P.- Hace algún tiempo mencionó que en Latinoamérica no se puede ser escritor si no se es hombre, blanco y heterosexual, ¿sigue opinando igual?
R.- No dije eso exactamente. Lo citaron así, pero no era diciendo que no se podía si no que esas eran las figuras más reconocidas de la literatura latinoamericana. En su mayoría, hombres blancos heterosexuales. Obviamente eso está cambiando. Nunca ha sido así, que se pueda o no se pueda, siempre ha habido mujeres escritoras excelentes, muchas de ellas no encontraron el espacio ni quién las apoyara a nivel editorial. Pero poco a poco muchísimas escritoras nuevas en Latinoamérica y en el mundo están también haciéndose un hueco gracias también a editoriales como Periférica que apoyan cierta diversidad de forma más proactiva.
P.- En este sentido, ¿cómo vive la presencia de los movimientos feministas actuales como el MeToo?
R.- Lo del MeToo me parece súper válido e importante pero hay que tener cuidado de que no se convierta en una purga. Ha habido casos últimamente como el de Junot Díaz en el que creo que ha sido un poco extrema la reacción. Demonizar la obra de un autor porque dio un beso forzoso a alguien... Sin quitar mérito a las acusaciones creo que no eran lo suficientemente, no meritaban que se hablara de quemar libros. Yo entiendo que los hombres son mis hermanos, víctimas también de un sistema educativo patriarcal. Tenemos que hablar de reeducación y tiene que haber un espacio para la redención.
P.- En cuanto a sus próximos proyectos, ¿nos puede adelantar algo?
R.- Tengo dos proyectos de libros. Una tercera entrega de Argenis Luna, de la que no te puedo contar nada, solamente que veremos a un Argenis un poquito más empoderado. Esta novela es una novela un poco de redención de este personaje y en la tercera ya lo encontraremos en otro lugar, en otro nivel de conciencia y con otras herramientas emocionales. Y tengo otro proyecto de libro que es sobre el skateboard, que para mí es como un arte o una filosofía también, no solo un deporte.
P.- ¿Y en el contexto musical?
R.- Estoy musicalizando películas. Ahora mismo, Noelia Quintero acaba de filmar una adaptación, que saldrá en otoño, de mi novela Papi y estoy componiendo la música.
@mailouti