Carmen Alborch
Política, profesora de Derecho y escritora, Carmen Alborch ha fallecido a los 70 años en Valencia. Exdirectora del IVAM, fue la segunda mujer que ocupó la cartera de Cultura desde la Transición. "Fue una mujer avanzada a su tiempo y una apasionada de la gestión cultural", ha dicho el ministro José Guirao tras conocer la noticia.
"Fue una mujer avanzada a su tiempo, una apasionada gestora cultural y una amiga imposible de olvidar. Sin duda fue una magnífica ministra de Cultura", ha dicho el ministro Guirao en un comunicado. "Fue directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) en una etapa crucial para este museo. Hizo de un museo joven e incipiente uno de los mejores museos de Europa en su momento", ha señalado en la nota remitida por el ministerio a los medios de comunicación en la que también se hace especial hicapié en los logros de Alborch como ministra: durante su mandato se realizaron medidas de gran trascendencia, como la aprobación de la Ley de Propiedad Intelectual (1996), la Ley de Fomento de la Cinematografía (1994), el Plan de Catedrales, la publicación del Mapa Nacional de Infraestructuras y Recursos Culturales y el pacto rubricado por ella y Miguel Ángel Cortes -como representante de Cultura del Partido Popular-, para hacer del Museo Nacional del Prado un asunto de Estado, dejándolo al margen de pugnas partidistas. Un pacto que, como recuerda el ministerio, continúa vigente en la actualidad.
En la misma línea se ha manifestado el actual director del IVAM, José Miguel G. Cortés, quien también ha lamentado esta "pérdida irreparable para la cultura de nuestro país y este museo siempre estará en deuda con ella". De hecho, el actual director ha anunciado que propondrá al próximo Consejo Rector que el auditorio del centro lleve el nombre de Carmen Alborch en su recuerdo, dado "que es un lugar donde se expone el conocimiento teórico, es un foro de debate y de intercambio de experiencias".
Carmen Alborch nació en Castellón de Rugat en 1947. Estudiante, profesora de Derecho Mercantil y finalmente decana en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, su vida experimentó un punto de inflexión cuando Cipriá Ciscar le nombró directora general de Cultura de la Comunidad Valenciana en 1987. A partir de entonces su carrera fue meteórica, y desde la dirección del IVAM que asumió en 1988, dos años después de su fundación, saltó a Madrid en 1993, en un momento agónico para el PSOE. Fue la segunda mujer que ocupó la cartera de Cultura desde la Segunda República tras Soledad Becerril, que fue nombrada por Leopoldo Calvo-Sotelo en 1981.
Alborch, una vez en el equipo de gobierno, dio sobradas muestras de su carisma y talante para llegar a acuerdos y, además, vitalista y alegre, supo iluminar con su presencia el ministerio que encabezaba. Consiguió cerrar una ley proteccionista para el cine, sacó adelante el Plan de Catedrales, impulso el mecenazgo para la financiación de la cultura y trabajó por la ampliación del Museo del Prado y el Reina Sofía. Durante toda su trayectoria política fue una gran defensora de los derechos de la mujer y ha recibido numerosos premios por su lucha por la igualdad.
En las tres legislaturas posteriores fue diputada del PSOE por la circunscripción electoral de Valencia. En 2007 se presentó a la alcaldía de Valencia, pero perdió frente a la candidata del Partido Popular, Rita Barberá. En las Elecciones generales españolas de 2008 fue electa Senadora por Valencia, siendo la cuarta candidata más votada de la circunscripción. A su vez fue nombrada secretaria primera de la mesa del senado. En las elecciones autonómicas de 2011 no se presentó, y en las generales del 20 de noviembre de 2011 revalidó su escaño en el senado.
En 1999 Alborch publicó Solas, un libro que alcanzó un gran éxito y que mezclaba feminismo, autobiografía, memoria política y amor levantino a la vida. La fórmula se prolongaría en Malas (Aguilar, 2002) y Libres (Aguilar, 2004), conformando una trilogía que reivindica la pasión y la independencia como elementos centrales en la consecución de una vida plena. En 2010 publicó La ciudad y la vida (RBA), que se situaba en su expresivo lado indómito, utilizaba su trayectoria vital como eje narrativo y realizaba un sentido homenaje a la ciudad de Valencia.
Alborch recibió importantes distinciones como Officer dans l'Ordre des Arts et Lettres del Gobierno francés, la Cruz de San Raimundo Peñafort, la Gran cruz de Carlos III o la Gran cruz de la Orden del Mérito Civil. Era Patrona de Honor del Teatro Real, institución con la que mantuvo una relación activa y entusiasta desde que presidio su Patronato, como ministra de Cultura, en los años 1995 y 1996.