Image:  Una carta de suicidio de Baudelaire es subastada por 234.000 euros

Image: Una carta de suicidio de Baudelaire es subastada por 234.000 euros

Letras

Una carta de suicidio de Baudelaire es subastada por 234.000 euros

La misiva fue escrita en junio de 1845 justo antes de que el poeta francés intentara quitarse la vida

5 noviembre, 2018 01:00

A pesar de llegar a convertirse en el poeta más influyente del simbolismo francés posterior, y de ser considerado como el padre de la poesía moderna, Charles Baudelaire (1821-1867) tuvo que luchar toda su vida con las constantes dudas sobre su talento. Derrochador, rebelde e hipersensible, su vida estuvo marcada por sus escarceos con las drogas y la prostitución, su despilfarro económico, la indiferencia del público y la incomprensión de la crítica hasta el punto de que, el 30 de junio de 1845, escribió una carta dirigida a su amante Jeanne Duval donde mostraba sus deseos de suicidarse. "Cuando la señorita Jeanne Lemer le entregue esta carta estaré muerto", advertía en ella el poeta francés.

Ahora esta misiva, manuscrita por su propio puño, ha sido vendida a un coleccionista privado por la casa de subastas Osenat situada en Fontainebleau, en las proximidades de París, por la suntuosa cantidad de 234.000 euros, el triple de su precio de salida. Una puja en la que, junto a este documento, también se han vendido las cartas que Delacroix, Victor Hugo y Manet enviaron al poeta francés.

Abrumado por los problemas de alcohol y dinero, el mal momento que atravesaba el autor le llevó a apuñalarse a sí mismo, sin sufrir mayores consecuencias. "Me mato porque no puedo vivir más -continuaba en su carta Baudelaire-, pues el cansancio al dormirme y el cansancio al despertarme me son insoportables". Tenía entonces 24 años, pero no sería hasta 1867, 22 años después de este trágico suceso, en que moriría a causa de una síflis que contrajo, precisamente, durante su juventud.

Fue, de hecho, años después de su intento de suicidio, en 1857, cuando escribió su obra cumbre Las flores del mal con la que se abriría las puertas de la inmortalidad. Obsesionado con la perfección, a pesar de su vida caótica, el libro fue publicado después de meses y meses de correcciones milimétricas. Su carácter rebelde, no obstante, le llevó a despertar las iras de la prensa apenas unos días después de esta publicación, predestinado tal vez, a ser siempre ese poeta maldito, cuya imagen se había forjado con los años. "Seguiré siendo un monstruo en cualquier tipo de literatura", escribió en una ocasión en otra de sus cartas, dirigida al escritor Victor Hugo. Pero el tiempo, en esto, le llevó la contraria.