A pesar de vivir con el miedo perpetuo de que cielo se caiga o no sobre sus cabezas, Astérix y Obélix llevan ya seis décadas resistiéndose a los romanos y a su ejército imbatible desde su pequeña aldea gala. Un recodo, también un tiempo, al que no han llegado las antenas móviles ni las nuevas tecnologías, que persiste a Internet y a las redes sociales, aunque tienen ya su propia página web, una cuenta en Facebook, Twitter y, desde enero, Instagram. Resisten, no obstante, a los superhéroes de capa y músculo. Lo suyo, como Popeye, tiene truco. Una pócima mágica ideada por un druida llamado Panorámix. La historia es archiconocida. "En el año 50 antes de C. los galos, antepasados de los franceses, fueron vencidos por los romanos después de una larga lucha. Toda la Galia quedó ocupada". ¿Toda?
Retrocedamos a 1951. En la década de los 50, René Goscinny acababa de regresar a París desde Nueva York. Allí había trabajado en el pequeño estudio de Charles William Harvey, lugar donde entró en contacto con Harvey Kurtzman, fundador de la revista satírica Mad y con quien más tarde trabajaría en Lucky Luke, pero su paso por la ciudad de los rascacielos no le había dejado muy buen sabor de boca. "En una época en que todo el mundo anhelaba el éxito al otro lado del Atlántico -confesó después a la revista francesa, especializada en cómics, Les Cahiers de la bande dessinée-, yo, que venía de América, era el único que no tenía aquel sueño".
Fue en su vuelta a Francia, precisamente, cuando Goscinny conoció a Albert Uderzo. Fruto de su complicidad creativa -él como guionista, su amigo como ilustrador-, surgió su primer proyecto común, Juan Pistola, publicado en 1952. En 1956, la revista Pilote en su búsqueda de fórmulas nuevas para un lector diferente recurrió a los dos autores. Desde el principio, Goscinny tuvo claro que no quería un superhéroe al uso, ni capas, ni superpoderes ni, mucho menos, un personaje fornido, musculoso, alto y de buen aspecto. Buscaba algo que rompiera con aquella imagen tan socorrida y que primara la astucia a la fuerza. "En aquella época teníamos frente a nosotros un ejército de héroes del estilo de Superman", recordó Albert Uderzo tiempo después al respecto.
Mientras la idea de lo que fue su gran historia común iba germinando, de la mano de ambos llegó su primera serie conjunta, Umpa-pá el piel roja. Considerada como el "hermano mayor" de los galos, ambientada en la América del siglo XVIII, en ella reunían ya algunos de los ingredientes del humor que poco después veríamos en Astérix.
¿Y la Galia y los galos?
Ya en 1959, una tarde de agosto, Uderzo y Goscinny se encontraban en el apartamento del primero pensando ideas para un nuevo cómic que estuviera inspirado en la cultura francesa. Pero, ¿cuáles eran los periodos más significativos de la historia del país?, se preguntó entonces Goscinny.
- Bueno, está el periodo prehistórico -apuntó Uderzo.
-No, ya se ha utilizado.
-¿Y la Galia y los galos?
En apenas dos horas, Goscinny y Uderzo diseñaron la base de una historia que hoy es ya universal. La de una pequeña región que resiste victoriosa al invasor romano. El 29 de octubre de 1959 la revista francesa Pilote publicó el primer número de esta saga que, sesenta años después, sigue despertando simpatías y adeptos a lo largo del mundo.
Astérix el galo fue la presentación con la que Astérix y Obélix se dieron a conocer y que hoy la editorial Salvat pone a la venta en una edición especial, con una tirada inicial de dos mil ejemplares, que incluye las cuarenta y cuatro planchas originales entintadas por Albert Uderzo, además de un dosier de treinta y dos páginas sobre los secretos de la creación del álbum fundacional de la colección.
Más astuto que inteligente, Astérix de Aster (estrella) rix (rey, en celta), Astérix de asterisco, no se parecía en nada a los galos de los que hablaban los libros de Historia. Bajito y delgado, el antihéroe que buscaba Goscinny tenía que ser un "enano, tan perceptible como un signo de puntuación". La irrupción de Obélix en aquel universo propio, cuyo personaje apenas aparece en su primera aventura, fue más bien, como su caída en la marmita, algo accidental. Pero las simpatías que granjeó -es el preferido por los lectores-, y el peso del propio personaje, hizo de él un protagonista inevitable, a pesar de los deseos de su autor, que siempre imaginó a Astérix como un héroe solitario.
Astérix en Hispania
El galo y su ahora indiscutible compañero de aventuras, Obélix, salieron por primera vez de la Galia en 1963 en Astérix y los Godos, lo hicieron con rumbo a Germania, donde los godos tenían secuestrado al druida Panorámix. Desde entonces, no han parado de viajar a lo largo del mundo. Italia, Suiza, Bélgica, Escocia, Egipto o Estados Unidos han sido algunos de sus destinos. Pero Hispania, como escriben Uderzo y Goscinny, es diferente.
Publicado también por Salvat ahora en una edición especial, Astérix en Hispania que, como el fundacional, inlcuye además las planchas originales en francés y contenidos extra, es el álbum más vendido hasta la fecha en nuestro país. Hasta aquí llegaron los galos en 1969. Destino favorito entre turistas belgas, franceses y alemanes, Astérix y Obélix aterrizaron en Hispania con la misión de entregar al pequeño Pepe, secuestrado por los romanos, a su padre, el jefe Sopalajo de Arriérez y Torrezno -ambos personajes volverían a aparecer en Astérix en Córcega y Astérix y Obélix. El libro de oro-. Así las cosas, durante su estancia en nuestras fronteras no perdieron el tiempo y no faltaron las alusiones a las procesiones, los toros y un particular Quijote acompañado de Sancho en un número repleto de gags y de sentido del humor.
El cómic, en datos
Desde entonces, la saga de los galos no ha parado de crecer. En 1960, Astérix fue traducido por primera vez. Lo hizo al portugués. Hoy, sus aventuras se pueden leer en un total de 111 lenguas y dialectos, que incluyen el latín, bretón, corso, euskera o asturiano, lo que lo convierte en el cómic más traducido del mundo. Si en 1961 se editó su primer álbum, en 2017, eran más de 365 millones de álbumes vendidos en todo el mundo. El mundo de los galos ha sido adaptado al videojuego también, desde una primera versión en 1983 para la Atari 2600 hasta llegar al último videojuego XXL2 en versión remasterizada, que apareció a finales del año 2018.
En 1967, los galos dieron el salto a la gran pantalla con su primer lagormetraje animado, Astérix, el galo. Desde entonces, se han producido un total de 14 películas, cuatro de ellas de imagen real -Astérix y Obélix contra César (1999), Astérix y Obélix, Misión Cleopatra (2002), Astérix y los Juegos Olímpicos (2008) y Astérix y Obélix al servicio de su majestad (2012)-. La más actual de las producciones, Astérix: El secreto de la poción mágica ha sido estrenada recientemente en nuestro país (11 de enero) en 3D y publicada en un cómic nuevo.
Encarnado en el cine por Gérard Depardieu (Obélix) y Christian Clavier (Astérix), grandes rostros del séptimo arte han participado en sus largometrajes como Roberto Benigni (Detritus), Leticia Casta (Falbalá), Monica Bellucci (Cleopatra) o, incluso, Zinedine Zidane (Numerodis), así como los españoles, Mónica Cruz (Esmeralda), Santiago Segura (Doctormabus) y Elsa Pataky (bailarina).
Con todo, de la mano de sus propios creadores solo dos películas de animación llegaron al cine: Astérix y Cleopatra (1968) y Las doce pruebas de Astérix (1976), considerada por muchos como la mejor adaptación de la saga. Un año después de su estreno, René Goscinny moría de un infarto.
Después de Goscinny
Tras la trágica desaparición de René Goscinny en 1977, Albert Uderzo publicó el álbum número 25 ya en solitario titulado La gran zanja, en referencia al Gran Muro. "Es una referencia a ese momento preciso de la historia y, simplemente, me pareció divertido transformar el muro en zanja", explicó en una ocasión. El ilustrador permaneció al frente de las viñetas hasta que en 2013, Didier Conrad y de Jean-Yves Ferri tomaron su relevo con Astérix y los pictos. Astérix en Italia, publicado el 19 de octubre de 2017, fue el último álbum de la colección, a la espera de que en octubre publiquen un nuevo título, el número 38, del que está previsto que se avance el título y la portada el próximo mes de abril en el parque temático de Astérix.