Con una población que no alcanza los 10,8 millones de habitantes, República Dominicana carece de una sólida infraestructura editorial propia y de tradición lectora. Además, los libros resultan muy caros para los salarios medios de la población, y las librerías y las editoriales nacionales independientes están desapareciendo. Y sin embargo… Sin embargo pocas literaturas hispanoamericanas muestran una vitalidad y un talento comparables, gracias a autores de varias generaciones, radicados en la isla o hijos de la diáspora.
Es el caso de Marcio Veloz Maggiolo (1936), patriarca de la literatura dominicana actual, que iba a ser una de las estrellas de la Feria del Libro aunque al final problemas de salud le hayan impedido viajar. Galardonado con los premios Nacionales de Poesía, Cuento y en tres ocasiones Novela, Marcio Veloz es la referencia de los de dentro.
Los que miran al resto del mundo, en cambio, tienen en Junot Díaz (1968), autor de La maravillosa vida breve de Óscar Wao, y en Julia Álvarez (1950) (De cómo las chicas García perdieron su acento) sus modelos soñados. Establecidos ambos en Estados Unidos (Álvarez nació en Nueva York pero vivió en la República Dominicana hasta los diez años), los dos escriben en inglés aunque conservan sus referentes esencialmente dominicanos y caribeños y en sus novelas son abundantes las alusiones al choque entre dos mundos antagónicos.
Ninguno de los dos estará en la Feria, a la que, en cambio, no faltarán decenas de poetas y narradores de primera magnitud, algunos bien conocidos del lector español, como Rita Indiana o José Marmol, y otros tantos que vale la pena descubrir. El Cultural conversa con ocho de los más destacados, que sí estarán en Madrid.
Rita Indiana
Pocas escritoras lo tienen tan claro como Rita Indiana: “La literatura es incómoda o no es”. Más aún, cree firmemente que “escribir algo ‘amable’ sería irresponsable”. Y que “el narrador siempre escribe contra la ignorancia, sobre todo la emocional. Yo escribo sobre la vida y sus contradicciones tras los vasos comunicantes que hay entre todos los seres humanos, intento comprender las circunstancias de mis personajes, qué los ha hecho ser ellos”. Consciente de su deuda con “escritores gringos tan dispares como Burroughs, James Baldwin, Lovecraft y Gertrude Stein”, en la Feria del Libro espera encontrar “nuevos lectores y viejos amigos”.
Frank Báez
“A España siempre van quienes quieren convertirse en escritores. Es como el Hollywood de los escritores latinoamericanos”, asegura un Frank Báez que ve la Feria como “una gran oportunidad para dar a conocer nuestra literatura y un gran momento para activarla”. Su obra se reparte en varios géneros que el escritor considera equitativos. “Existe la noción de que uno escribe poesía, cuentos y crónicas como preparativos para escribir una novela. Pero no es así, el tiempo de hacer novelas llegará”. De momento, el escritor presenta un nuevo poemario recién publicado en España por la editorial Sonánbulo.
Rosa Silverio
Aunque también ha publicado relatos, Rosa Silverio se siente ante todo poeta. Reivindica el interés de la literatura caribeña actual, “donde se habla de la negritud, el colonialismo, el imperialismo, pero sobre todo de la identidad personal y colectiva, de lo coloquial, de la nostalgia, también del exilio y la música”. Y nos señala un grave problema: “aún hay temas que no se abordan en la literatura dominicana, como la violencia de género o el aborto. Todavía allá las personas tienen miedo de identificarse como ‘feministas’. Para mí es un compromiso personal hablar y denunciar lo que ocurre".
Alejandro González Luna
A caballo entre la literatura y el periodismo, para él “dos caras de un mismo
oficio, el de escribir”, Alejandro González Luna considera que esta invitación de la Feria es “una oportunidad para mostrar que el país tiene algo más que playas y cuenta con una rica tradición literaria, más desconocida que otras por ser una isla”. Poeta que se reconoce deudor de Charles Simic y Adam Zagajewski, pero también de Ben Clark, opina que “la literatura dominicana tiene destellos: un puñado de escritores que han logrado, contra todo tipo de obstáculos, construirse un camino propio”.
José Mármol
“El Caribe es un concierto de culturas y lenguas y de ahí nace su riqueza, su colorido y su diversidad”, defiende José Mármol, aunque explica que “el problema literario es la falta de vasos comunicantes”. Deudor de las tradiciones poéticas anglosajona, francesa e hispánica, el escritor asegura que su país es “una tierra caribeña que tiene en la poesía un referente cultural de suprema importancia”. Por eso, cree que la falta de “un mercado editorial interno que proyecte mundo es una lamentable realidad”, aunque apunta que “el presente y futuro de las letras dominicanas es dinámico y promisorio.
Soledad Álvarez
“La poesía es mi expresión, el comienzo y el fin de mis afanes literarios. Pienso que es una experiencia casi numinosa, la más radical que puede vivir un creador”, explica Soledad Álvarez, que reivindica “la gran vitalidad y madurez de una literatura caribeña que ha sido reconocida con cuatro Premios Nobel, tres Premios Cervantes, dos Príncipe de Asturias
y un Goncourt”. Por ello, piensa que esta Feria es una oportunidad para que conozcamos en España “una isla de cultura común que espera para ser descubierta, con poetas, narradores, ensayistas y dramaturgos a la altura de los mejores”.
Rey Andújar
“Hijo de Sylvia Plath y de Saul Bellow”, dice Rey Andújar que siempre ha querido “tomarme una cerveza con Miranda July y Paul Auster, me gusta mucho la literatura y la estética japonesa, corro maratones gracias a Murakami y practico Butoh bajo el régimen de Min Tanaka”. Recuerda “con viva emoción” sus lecturas de Marsé, pero su voz narrativa es una mezcla entre Lorca y Lezama Lima. “Y mis tíos son Sor Juana Inés y Pitol. Me formé con Ricardo Piglia y Beatriz Sarlo. Y en un altar vive la escritora dominicana más importante del siglo XX: Aída Cartagena Portalatín”.
Martha Rivera-Garrido
Martha Rivera-Garrido confiesa su ilusión ante esta Feria, en la que sueña descubrir “una magnífica variedad de propuestas, editoriales clásicas, alternativas, loquísimas. Espero encontrar todo el verde de El Retiro resplandeciente en este principio de verano en que nos regalaremos los dominicanos, un poquito, a Madrid. En cuanto a lo que llevamos, pues una delegación bien pensada y ponderada, muy equilibrada. Viene la crema de la crema dominicana a colonizar el gusto español por lo dominicano. Venimos con todo y a darlo todo… desde la isla y desde nuestra diáspora”.