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Letras

La peor parte

'La peor parte' consigue interesar, emocionar y sujetar al lector desde la primera página hasta la última

24 septiembre, 2019 05:07

Fernando Savater

Ariel. Barcelona, 2019. 248 páginas. 19,90 €. Ebook: 11,39 €

En una madrugada de marzo de 2015 muere Sara Torres en un hospital de San Sebastián. Fallece víctima de un glioblastoma múltiple, un tumor cerebral prácticamente invencible, que se reproduce a pesar de los tratamientos de quimio y de radio. Un cáncer que se lleva por delante a una mujer de cincuenta y nueve años, sana, atractiva y llena de proyectos con su pareja, Fernando Savater (San Sebastián, 1947). El hombre con el que convivió sus últimos treinta y cinco años. El profesor al que entró en la barra del bar de la facultad y supo enamorar. El intelectual que, a lo largo del último cuarto de siglo, ha escrito para gustarle a ella y que ahora le dedica esta elegía en prosa como postrer homenaje.

Savater ha construido una gigantesca obra intelectual. Es una especie de niño prodigio, nulo para las matemáticas pero capaz de leer más que nadie. En los años sesenta ya era carne de panfleto en la agitada vida estudiantil y antifranquista de la Universidad Complutense de Madrid. En 1970 publica Nihilismo y acción en Taurus, la editorial entonces de referencia para la izquierda intelectual.

En medio siglo ha escrito ensayo, novela, teatro, poesía y un sinfín de artículos al tiempo que fumaba un puro y degustaba un whisky. Todo ello a la vez que daba conferencias, se comprometía en el activismo cívico, daba clases como catedrático de Filosofía, ganaba premios, recibía galardones y, por encima de todo, se divertía de mil maneras.

“Dije que ya no iba a escribir más libros”, así comienza este volumen. Se equivocaba Fernan, como tantas veces le llamaba Sara, “Pelo Cohete”, el gran amor de su vida. Para eso hubiera tenido que pasar lo que le ocurrió a Gustavo Bueno, fallecer dos días después de ser enterrada su esposa y espejo vital. Para Savater escribir es estar en el mundo y, por eso, nada mejor que rendir homenaje con un libro a la mujer cuyo recuerdo le hace “llorar todos los días”.

'La peor parte' consigue interesar, emocionar y sujetar al lector desde la primera página hasta la última

La peor parte, subtitulada con acierto Memorias de amor, se aúpa sobre el relato de los “nueve meses de pesadilla terapéutica” que marcan el fin de Sara Torres. No es difícil encontrar bibliografía en torno al cáncer como agonía del ser querido. Agonía es un término que se repite y repite en este volumen, reflejo rotundo del estado de ánimo de nuestro autor. Lo infrecuente es armar una elegía amorosa limpia. Un texto que da valiente testimonio de la vida y la circunstancia de dos enamorados, que abre ventanas a hechos, personas y paisajes cargados de interés, emoción y valor histórico. Como indica Savater, estas páginas se cruzan con Mira por dónde (2003), una primera autobiografía llena de interés.

No es frecuente que, ya en el prólogo, un intelectual de nivel mundial marque sus límites: “Yo no soy ni nunca he sido un científico, ni un erudito, ni un profesor conocedor del último paper sobre las cuestiones académicas de mi departamento; siempre he jugado fuera del área, a pesar de los pitos admonitorios de los liniers”. Desde sus limitaciones y sin caer en fáciles recursos académicos (hubiera sido sencillo recurrir a propósito de su enamoramiento a los Alberoni o Finkielkraut de turno), La peor parte consigue interesar, emocionar y sujetar al lector desde la primera página hasta la última.

La pregunta que flota en la cabeza del lector al abrir este libro es: ¿cómo una alumna de la Facultad de Zorroaga (San Sebastían) interesa, en los años 80, a un profesor conocido y con mucho kilometraje a sus espaldas? Un tipo con la vida solucionada que pasa de lo que se viene entendiendo por fidelidad de pareja. Un vástago de notario, un alumno aventajado del elitista colegio El Pilar, y que desde Madrid viaja a San Sebastián en tren para dar sus clases. Máxime cuando Pelo Cohete tenía un pasado cruzado por ETA, mucho carácter, poco dinero y escaso pedigrí familiar. Sin embargo, era un ser formidable que entendió la necesidad de rechazar el terrorismo etarra y participó en Basta Ya. Fue profesora, en euskera, de la Universidad del País Vasco hasta que la expulsó la presión del nacionalismo. Por otro lado impulsó la Semana de Cine Fantástico y de terror de San Sebastián y, siempre fue la primera lectora de Savater.

Conocer esta y otras muchas cuestiones requiere adentrarse en un volumen que es vívido, apasionante y de lectura en cascada. Veintidós fotos completan un volumen de éxito asegurado.