Caballo sea la noche
Autor de dos libros de relatos, La noche en que caemos (2013) y El estado natural de las cosas (2016), premio Hispanoamericano de Cuentos Gabriel García Márquez, y finalista del Nadal de 2015 con He aquí un caballo blanco (aún inédita), el mallorquín Alejandro Morellón (Madrid, 1985) debuta en la novela con Caballo sea la noche, una
audaz propuesta narrativa que reivindica el surrealismo de Clarice Lispector, la desolación de Thomas Bernhard y la verborrea Magistral de Martín Giráldez.
Morellón seduce al lector con cinco capítulos en los que dos personajes –Alan, un muchacho que vive encerrado en su cuarto, silencioso y traumatizado, y su madre– se alternan para reconstruir, a través de un discurso volcánico, sin puntos que interrumpan las confidencias, una oscura historia familiar de abandonos y culpa, amores incestuosos, deseo y soledad.
Que nadie espere minuciosas descripciones físicas de los protagonistas, porque no las hay. No importa, el discurso es tan poderoso, tan sugestivo y repleto de estampas que el lector no puede permitirse ninguna distracción si quiere comprender por qué huyó el padre, Marcelo; las razones del odio de Óscar, el hermano mayor, también ausente, o por qué la madre prefiere no mirar a Alan y revivirle por las fotos aunque esté en la habitación de al lado, agazapado y doliente.