La democracia intrascendente. Ensayos sobre el lenguaje, la verdad y el poder
El libro de José María Ridao nos alerta en su introducción de la importancia de la verdad en el debate político y en la acción política
29 octubre, 2019 09:45La filosofía ha construido sus propuestas a base de ejercicios indagatorios a menudo independientes del contraste empírico y como resultado de cascadas conceptuales al servicio de arquitecturas racionales. Como dice Paul Thagard, se abre una nueva era en la que tenemos que aceptar la idea de que “la realidad es aquello a lo que podemos acceder a través de la ciencia” frente a tentaciones trascendentes. En esta línea pretende ir este libro.
José María Ridao (Madrid, 1961) es autor de obras como Filosofía accidental y El vacío elocuente. Licenciado en Filología Árabe y en Derecho, ingresó en 1987 en la Carrera Diplomática y ha desarrollado su actividad en Angola, la antigua Unión Soviética, Guinea Ecuatorial, Francia y Estados Unidos. Además, colabora en El País desde 1996.
Su último libro, La democracia intrascendente, ya nos alerta en su introducción de la importancia de la verdad en el debate político y en la acción política. Precisamente en un tiempo de medias verdades y de fake news, es vital una discusión sobre el alcance del daño que se produce en una sociedad cuando se imponen políticas que no se basan en los hechos contrastados.
¿Quién se beneficia de la falsedad? Sin duda los intereses espurios de personas o de organizaciones que tienen por objetivo su propio beneficio. La falsedad no es más que una “estrategia liberticida” según el autor. La democracia intrascendente exhorta a no refugiarse en las verdades trascendentes. Como recuerda Nietzsche, el camino de la trascendencia resulta “demasiado caro”. La idea de alegar una verdad trascendente en el centro de la comunidad política puede tener como propósito poner límites a la acción del hombre. Límites que le impedirían caer en la condición del “lobo hobbesiano”. Pero Dewey asegura que haría la democracia inviable. En su “sociedad abierta”, Popper alerta sobre las doctrinas políticas totalitarias que tienen como mayor peligro el creerse en posesión de la Verdad.
Aunque La democracia intrascendente es esencialmente una exposición del pensamiento filosófico desde sus orígenes hasta nuestros días, el lector que no se desanime por su densidad y espesura encontrará material de peso en la filosofía, la teología o la ciencia experimental. Todo para apuntalar una idea de democracia nacida de una tradición que expone sus razones para no recurrir a instancias no humanas a la hora de defender acciones concretas. El título del libro y la condición diplomática del autor podrían llevar a pensar que en sus páginas se recogen vivencias que puedan dar más luz a este relato filosófico y lo esponjen con una conexión directa con los avatares históricos. Pero no elije este camino, y La democracia intrascendente se embarca en una perspectiva que recorre la historia y nos acerca a filósofos como Aristóteles, Nietzsche, Dewey; teólogos como Nicolás de Cusa y científicos como Heisenberg. Su conclusión es que la libertad es el único camino para la paz y el progreso.