Silicon Valley es el lugar donde uno siempre piensa en historias sobre orígenes sorprendentes, cerebros donde, de repente, se hace la luz en un mar de incertidumbre. El día en que un joven osado decide darle la vuelta a todo el problema y cambiar el modo de hacer las cosas hasta el momento.
Marc Randolph (Nueva York, 1958) fue cofundador y primer CEO de Netflix, y la persona ideal para que cuente una bonita y sorprendente historia de triunfadores que salen de la nada y llegan a tocar el cielo. Eso nunca funcionará es el relato de cómo una pequeña empresa de alquiler y venta de vídeos llegó a ser esa compañía a la que muchos le pagamos, agradecidos, una cuota mensual. Todo menos volver a las tiendas de alquiler de vídeos de aquellos tiempos.
La idea vino cuando tuvo que abonar 40 dólares de penalización por no haber devuelto a tiempo Apolo 13 en un videoclub de Blockbuster. ¿Qué pasaría si ideáramos un modo de que la gente no tuviera que pagar ya más por penalizaciones? Un sistema donde fuera fácil devolver los vídeos de alquiler. Quizá una idea disparatada, aprovechar internet para alquilar películas. No tan extravagante como fabricar bates de béisbol personalizados o un negocio de distribución de champú. En este curioso brainstorming de proyectos empezó la cosa, hasta que decidieron que era mejor concentrarse en un tema concreto.
Cuando empezaron a comprar DVD solo había 300 películas disponibles en este formato. Cuando en abril de 1998 abrieron la web de alquiler y venta había 800. Eso era todo. Su puesta en marcha comenzó con pocos creyentes y calamidades a cada paso. Desde tener que involucrar a la familia, servirse de la sala de conferencias del motel como primera oficina o los bloqueos del servidor el día del lanzamiento.
Al principio la gente compraba los vídeos, pero no se decidía a alquilarlos. Y aquí se cernía la sombra de Amazon, que también expandía su negocio y daba el paso de entrar en la venta de DVD. No había posibilidad de competir con ese monstruo en este terreno. Propusieron una tarifa mensual fija y se apuntó el 90 por ciento de quienes vieron su anuncio. Su estrategia desde el primer momento fue conocer muy bien los gustos del usuario, saber qué películas les encantarían y ofrecérselas. Hasta que revolucionaron el panorama definitivamente con el streaming alejándose de las fauces inclementes de Amazon. O eso creyeron.
Escrito desde el éxito, este libro cuenta una historia de ideas arriesgadas, de andar al filo de la catástrofe
Netflix es un negocio basado en precios baratos para sumar abonados mezclado con una ingente inversión en publicidad y contenidos. Como cuenta Marc Randolph en este libro, Netflix siempre ha acumulado una gran deuda. Además, el modelo se basa en invertir mucho dinero al año en contenidos, lo que genera más abonados, pero también engorda esa deuda.
Eso nunca funcionará cuenta una historia de ideas arriesgadas, de andar por el filo de la catástrofe. Es un libro que está escrito desde el éxito, desde esos más de 150 millones de suscriptores que ejemplifican cómo personas con valentía, instinto, inteligencia y determinación pueden cambiar el panorama de arriba abajo. La gente, dice el autor, llama a los años 90 en Silicon Valley “la era de la exuberancia irracional”. Pero los resultados no son nada irracionales. ¿Quién no estaría eufórico ante la llegada de internet, del avance tecnológico más revolucionario y transformador de la historia de nuestra especie?
Es cierto, Netflix ha sido revolucionario y pionero. Pero la velocidad que impone el mercado del entretenimiento y la extrema competencia hace que nunca se pueda cantar victoria. Lo que este libro no puede contar es lo que sabemos al final del mismo: por primera vez desde que revolucionó la forma de ver televisión, la plataforma perderá este año millones de abonados en Estados Unidos. Y luego vendrá el resto del mundo. Amazon les pisa los talones otra vez. Y Disney y HBO.
Siguiendo con sus problemas de equilibrio y deuda, en septiembre de 2019 acumulaba una deuda de 12.000 millones de euros. Así que la partida continua, y por eso precisamente vale la pena leer este libro escrito con indudable agilidad, ninguna autoclemencia y toques de humor. Esto nunca funcionará es una historia ejemplar para quien quiere seguir sus sueños.