El escritor Carlos Rojas (Barcelona, 1928), autor de más de 20 novelas y ensayos en los que ofrece una visión esclarecedora de la dictadura franquista y del eclipse de un modelo político que Franco encarnó con poderes omnímodos, ha fallecido este domingo en Greenville, Carolina del Sur, a los 91 años, según ha informado en un comunicado la editorial Valparaíso.
Doctor en Filosofía y Letras, Rojas, que fue lector de español en la Universidad de Glasgow (Escocia), llegó en 1957 a Estados Unidos, concretamente a Florida, donde fue profesor ayudante de español en el Rollins College. En 1960 comenzó a trabajar en la Universidad de Evory, en Atlanta, donde llegó a ser catedrático emérito de literatura española, y desde hace casi un año residía en la citada localidad de Carolina del Surjunto a su hija, la profesora Eunice Rojas.
El debut en la novela de Rojas se produjo en 1957 con De barro y esperanza y en 1959 ganó el Premio Ciudad de Barcelona con El asesino de César.En 1963 obtuvo el Premio Selecciones de Lengua Española con La ternura del hombre invisible, en 1968 el Nacional de Literatura con Auto de Fe, novela histórica que reconstruye la España de Carlos II, y en 1973 el Planeta con su novela Azaña, un extraordinario retrato del que fue presidente de la República española.
Como novelista cultivó con preferencia los temas históricos o fantásticos, y figuró entre los autores opuestos al realismo social, como Manuel García-Viñó, Andrés Bosch, Antonio Prieto…, a quienes se ha agrupado posteriormente con el rótulo de Escuela metafísica. En 1977 logró el Ateneo de Sevilla con Memorias inéditas de José Antonio Primo de Rivera, y en 1979 conquistó el Nadal con El ingenioso hidalgo y poeta Federico García Lorca asciende a los infiernos. En 1984 ganó también el premio Espejo de España con El mundo mítico y mágico de Picasso. Ya en la década de los noventa destacan sus novelas El jardín de Atocha (1990), Proceso a Godoy (1992), Alfonso de Borbón habla con el demonio (novela, 1995) y Vida y época de Carlos IV (1999).
En palabras de su amigo, el poeta y profesor Fernando Valverde, "Rojas fue un escritor total, capaz de lograr el milagro de la literatura convirtiendo al lector en mil hombres”. “Nunca olvidaré la cercanía y humildad con la que me acogió en Estados Unidos. Hoy me siento doblemente huérfano. La literatura en lengua española ha perdido a uno de sus grandes referentes y yo además a un amigo entrañable", afirmó al conocer su muerte.
Además de novelista, Rojas fue un destacado ensayista que se ocupó preferentemente de la dictadura franquista nacida de la Guerra Civil en obras como Diálogos para otra España (1966), Por qué perdimos la guerra (1969), Diez figuras de la Guerra Civil española (1973), La guerra civil vista por los exiliados (1975), ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte! (1995), Puñeta, la Españeta (2000), Momentos estelares de la guerra de España (2000), y Diez crisis del franquismo (2003).
En este sentido, Valverde aseguró que Rojas “fue hasta el final un republicano español” que se preocupaba por lo que ocurría en España, tierra que añoraba y en la que habría deseado morir. “Su vida es un ejemplo de militancia cívica y de defensa de la libertad. Su trabajo, silencioso desde la distancia, fue reconocido de forma intermitente. Su obra y su legado son inmensos y España tardará en reconocerlo, pero no tengo duda de que el tiempo lo situará como uno de nuestros más grandes autores”.
Por su parte la multipremiada traductora Edith Grossman, autora de una de las mejores traducciones del Quijote al inglés según Carlos Fuentes y Harold Bloom, y de quien García Márquez dijo que prefería leer sus propias novelas en las traducciones de Grossman; ha considerado a Carlos Rojas como "el escritor de más extensa capacidad imaginativa y creadora de la posguerra civil española, el grupo llamado Generación del 50. Y ciertamente también es uno de los novelistas más extraordinarios del siglo XX en cualquier idioma".
Su última novela fue El último rey sobre la tierra, publicada por Valparaíso en 2016, donde Rojas entrelaza el alma del pasado siglo con el mundo clásico y recorre la Europa de entreguerras para mostrar la angustia de haber nacido en otro tiempo, el drama del olvido, el abandono y la muerte.