Por mucho que queramos ver en ella una moda de importación anglosajona, la nature writing, es decir, la literatura de la naturaleza es un género que goza de una larga y rica tradición, y que en los últimos años en España ha vivido un auge entendida como literatura rural, basada en una recuperación del interés en la relación y el vínculo emocional del hombre con la tierra. Pero desde experiencias de este tipo hasta viajes a climas o regiones insólitas, pasando por reflexiones sobre la inmensidad y la imposibilidad de conocer todas las realidades físicas y simbólicas que esconde, la naturaleza es terreno siempre abonado para la literatura.

Ahora que, por fin, tras varias semanas de un encierro cada vez más libre, comenzamos a ver la posibilidad de regresar a ella, han aumentado nuestras ansias de naturaleza en cualquiera de sus casi infinitas formas, algunas, solo alcanzables desde la cómo distancia y seguridad de un libro. Es por eso que desde El Cultural os proponemos una selección de ensayos, novelas y poemarios de lo más variados, publicados en los últimos meses o que verán la luz en los próximos días, que saciarán vuestra hambre de campo, mar, bosque, montaña, y mucho más.

Los árboles te enseñarán a ver el bosque

Joaquín Araujo. Crítica

Dedicada a todos los emboscados y a todos los amantes de la naturaleza, esta obra de Joaquín Araujo es un inmenso y prodigioso paseo de papel que rescata la memoria de los bosques que tan bien conoce y ama. Se trata de una suerte de paseo infinito por ese otro planeta verde, con frecuencia olvidado, que descubre quien busca serenidad y silencio en lugar de vértigo, amontonamiento y jaleo. Un mundo legendario, tejido de briznas, de animales que en ellos se cobijan, de recuerdos, saberes antiguos y sensaciones, que Araujo recorre con sabiduría de naturalista y pluma de poeta, hasta descubrir al profano algunas de las miles de especies forestales que existen en España o reivindicar el bosque como ética.

Naturaleza

Ralph Waldo Emerson. Nórdica

Recuperado ahora con las bellas ilustraciones de Eugenia Ábalos, Naturaleza es el ensayo más representativo del pensamiento de Ralph Waldo Emerson. En él expone los principios de su filosofía, que fue de gran influencia en otros escritores, como, por ejemplo, uno delos grandes popes de la literatura de la naturaleza, su amigo Henry David Thoreau. En estas páginas, el escritor, filósofo y poeta estadounidense nos anima a aceptar y apreciar nuestra relación con la naturaleza a través de reflexiones y conceptos como la espiritualidad, tema central de esta obra y germen del trascendentalismo. Además, este nuevo volumen incluye, en edición bilingüe, doce magníficos poemas inéditos del pensador del seminal Boston.

La metamorfosis de las plantas

J. W. Goethe. Atalanta

Y de maestro a maestro. “Quien aspira a reconocer y describir algo vivo busca ante todo desentrañarle el espíritu”, escribió el genial escritor alemán en su obra maestra Fausto. Una máxima que se plasma en este volumen, que apoyado en la minuciosa y sistemática capacidad de observación y la gran sensibilidad poética de Goethe se propone ofrecer una visión integral de la naturaleza que aúne la rigurosidad científica con la perspectiva simbólica. Ilustrada con 60 fotografías a color de las especies botánicas de las se habla, la obra del poeta romántico pretende entender una dimensión sumamente profunda de la vida vegetal, en la que el “arquetipo suprasensorial de la planta” guía, más allá de lo empíricamente visible y clasificable, todo el desarrollo y transformación de las formas materiales que percibimos.

El Jardín del Prado

Eduardo Barba Gómez. Espasa

Plantas y flores han estado íntimamente relacionadas con el mundo del arte desde sus más remotos orígenes, no sólo en bodegones y representaciones realistas de la naturaleza, sino a través de la heráldica y de la compleja simbología asociada a cuadros religiosos e iniciáticos. Un verdadero lenguaje propio que muchas veces pasa inadvertido ante la magnificencia de las obras maestras del arte, como reivindica el jardinero Eduardo Barba, autor de El Jardín del Prado, que entre cuadros, esculturas y artes decorativas ha catalogado más de 1.050 obras, de las que describe las características de la planta, explica si encierra algún significado simbólico y aclara si el espécimen es raro o común. Un trabajo minucioso que destila pasión y conocimiento y que, bellamente ilustrado, teje un auténtico relato de identidad y memoria 

Ser bosques

Jean-Baptiste Vidalou. Errata Naturae

De la sutileza del arte pasamos a la naturaleza salvaje, pues como deja claro su subtítulo, Emboscarse, habitar y resistir en los territorios en lucha, este libro no plantea la aproximación a la naturaleza como ese locus amoenus clásico, sino como un territorio en el que plantar batalla en esta época de talas indiscriminadas, incendios mercantilizados y construcción desaforada. La civilización occidental se ha construido, piedra a piedra, sobre las cenizas de los bosques, que además de ser devastados para obtener materias primas, también han sido arrasados porque fueron refugio de hombres libres, herejes y resistentes, de todos aquellos que no se dejan gobernar. Esa vida propia de un forajido medieval como Robin Hood, o como los bandidos de Schiller, es la que reclama Vidalou, que recorre luchas activistas por todo el planeta: los tramperos del pueblo cree, en Canadá, que defienden el bosque boreal contra la deforestación; en Renania, la resistencia se organiza para bloquear la extracción de lignito en uno de los últimos bosques primarios de Europa; la ZAD de Notre-Dame-des-Landes se enfrenta al Estado francés y sus leyes…

Un cambio de verdad

Gabi Martínez. Seix Barral

Otro modo menos combativo y mas comprensivo de acercarse a la realidad de la naturaleza actual es la que ha elegido el escritor Gabi Martínez, que en pleno invierno fue a trabajar como aprendiz de pastor en la Siberia extremeña, de donde es oriunda su madre. Allí sobrevive en un refugio sin calefacción ni agua corriente, al cuidado de más de cuatrocientas ovejas. Pronto conoce a los habitantes de la zona y va impregnándose de sus diferentes maneras de entender el campo, una realidad ajena a todos esos debates sobre el vacío que han poblado la literatura patria desde hace más de lo que pueda parecer. En el polo opuesto, esta lectura que apela a los sentidos nos acerca a agricultores, pastores, ecologistas, hombres y mujeres que subsisten en un paraje natural desconocido, quizá voluntariamente, de la geografía española.

Bajotierra

Robert Macfarlane. Literatura Random House

Pero la naturaleza no sólo se circunscribe a aquello que cubre la superficie de la tierra, como demuestra este libro del escritor inglés especializado en temas de naturaleza, Robert Macfarlane, quien pesar de tener poco más de cuarenta años, ha escrito cuatro libros intrépidos e inteligentes sobre alpinismo, senderismo, naturaleza y paisaje. Bajotierra narra, como es de suponer, una serie de exploraciones bajo la superficie de nuestro planeta. En Inglaterra, Macfarlane recorre cuevas y, junto a un joven botánico llamado Merlin Sheldrake, estudia los hongos que crean un sistema cooperativo bajo los bosques. En París, se sumerge en las catacumbas y se junta con un grupo de exploradores urbanos de vanguardia con los que se desliza en enormes cavidades a través de aberturas diminutas. En Italia, sigue el cauce del Timavo, un río parcialmente subterráneo, y en las tierras altas de Eslovenia, examina las dolinas y el espantoso uso que a veces se les ha dado. "¿Por qué meterse allí abajo?", se pregunta. "Es una acción contraria a la lógica, que va en contra del sentido común más elemental y la inclinación del ánimo". Y sin embargo...

La biblioteca de hielo

Nancy Campbell. Ático de los Libros

A medio camino entre un diario y una historia cultural y natural de los paisajes del frío, Nancy Campbell se instala en el Museo Upernavik de Islandia para explorar todas las facetas del hielo. Desde los archivos de la Biblioteca Bodleiana hasta el rastro de las grandes expediciones polares, pasando por los asentamientos árticos y las casas de hielo de Calcuta, examina el impacto del hielo en nuestras vidas y en un paisaje que se desvanece a ojos vista. Y de hielo, pero líquido trata Cómo leer el agua, en el que el aventurero y explorador Tristan Gooley narra un fascinante viaje, que va desde Sussex hasta Omán, de la Antártida a la Polinesia, por el lenguaje de la naturaleza y los secretos del agua, sea en forma de mares, lagos u océanos...

Cuando los inviernos eran inviernos

Bernd Brunner. Acantilado

Y mucho hielo hay también en este otro ensayo del reportero y ensayista alemán Bernd Brunner, Cuando los inviernos eran inviernos, una aproximación transversal -histórica, antropológica y científica- y plagada de referencias culturales que bucea en todas las caras de una estación en auténtico peligro de extinción que nos deja paisajes que oscilan entre el horror del hielo eterno y la belleza de los paisajes nevados intactos. A través de historias que transitan una amplia gama temporal y geográfica, aunando crónicas históricas y datos científicos con pinceladas culturales y humanísticas, viajamos desde la última glaciación “digna de ese nombre”, hace 20.000 años, hasta los fríos inviernos de la Europa de la Pequeña Edad de Hielo o descubrimos lugares y gentes sorprendentes como los inuit, cuyo cuerpo se ha adaptado a un consumo casi exclusivo de carne y a la ausencia de carbohidratos, o la región japonesa de Niigata, donde el viento procedente de Siberia hacía a sus habitantes vivir los meses más fríos en cuevas de hielo cual topos.

A lo lejos

Hernán Díaz. Impedimenta

Un tema infinito como la naturaleza no podía agotarse sólo en el género ensayístico. Publicada el pasado febrero (aunque parezca otra vida) esta novela finalista del Pulitzer que narra la vida de Håkan Söderström, un joven campesino sueco analfabeto que a principios del siglo XIX se embarca junto a su hermano rumbo a Nueva York, tiene algunas de las más bellas páginas sobre la naturaleza salvaje escritas recientemente. Confundido de barco, el protagonista termina en San Francisco, y decide, sin tener idea de la extensión o la naturaleza del nuevo continente, cruzarlo a pie en un viaje a contrapelo de la historia en plena conquista del oeste que se prolongará durante toda su vida, buena parte de la cual vivirá sólo y aislado en un país virgen descrito de forma plástica y rotunda por la pluma de Díaz.

Los árboles que nos quedan

Ramón Andrés. Hiperión

Tampoco la poesía es ajena en nuestros días al influjo de uno de sus temas predilectos, como demuestra el reconocido poeta y pensador Ramón Andrés, que vuelca en su nuevo poemario su experiencia vital en Elizondo, pueblo del Valle de Baztán. Sus versos muestran un modo pensar la naturaleza no como un otro, sino con el hombre como integrante de ella, pero no ahorra la cara menos bucólica de una realidad dura y cruel. Cara y cruz, visión doble, mirada que abarca lo uno y lo otro. Con un lenguaje llano y anécdotas nada extraordinarias, el escritor sabe, sin embargo, hablar de lo profundo, de la futilidad de la vida