Dos potentes datos revelan lo mucho que ha crecido la importancia de nuestro idioma en el mundo en los últimos años: los hablantes de español han aumentado un 30% en la última década y los extranjeros que lo estudian, un 60%. Son las cifras más positivas del Anuario 2020 El español en el mundo que hoy ha presentado el Instituto Cervantes y que puede consultarse o descargarse en su web.
El plato fuerte del anuario a nivel estadístico es El español: una lengua viva. Informe 2020, elaborado un año más por el profesor David Fernández Vítores. Un estudio de cien páginas que presenta la información actualizada sobre la lengua española en los ámbitos de la demografía, la enseñanza, internet y redes sociales, ciencia, cultura, influencia internacional, valor económico y presencia diplomática.
A pesar de ese espectacular aumento en el número de hispanohablantes ocurrido en la última década, el crecimiento demográfico de nuestro idioma se está frenando, sobre todo en comparación con el vertiginoso ritmo al que crece la población mundial. El número de hispanohablantes seguirá creciendo en las próximas cinco décadas, pero su peso relativo disminuirá de manera progresiva de aquí a final de siglo. En 2100, solo el 6,3% de la población mundial podrá comunicarse en español.
Esta tendencia ya empieza a notarse: de 2019 a 2020 el número de hablantes de nuestro idioma aumentó de los 580 a los 585 millones de personas, y sin embargo el porcentaje de la población mundial que habla español desciende una décima y se sitúa en el 7,5%.
Esos 585 millones de personas conforman lo que el Cervantes llama “usuarios potenciales de español en el mundo”, categoría que engloba al grupo de dominio nativo, al de competencia limitada y al de aprendices de lengua extranjera. Estos últimos suman más de 22 millones de personas.
Quienes tienen el español como lengua materna han crecido en el último año de los 483 a los 489 millones de personas. Esto convierte a nuestro idioma en la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín, y la tercera lengua en un cómputo global de hablantes (es decir, sumando los tres grupos anteriormente mencionados), después del inglés y del chino mandarín.
Como ya apuntaba el informe del año pasado, El mayor crecimiento de nuestro idioma en número de hablantes se da en Estados Unidos. Según previsiones recogidas en el informe, en 2060 será el segundo país hispanohablante del mundo, después de México. El 27,5% de la población estadounidense será de origen hispano.
El español es la tercera lengua más utilizada en internet y es el segundo idioma, detrás del inglés, en publicación de textos científicos. Más de 907.000 extranjeros vienen cada año a estudiarlo a España por tres motivos principales: la oferta cultural, el clima y el atractivo del país.
Más allá de las cifras
La ministra de Exteriores, Arancha González Laya —el Instituto Cervantes depende de la cartera que dirige— ha afirmado durante la presentación del anuario que la lengua española “es uno de nuestros mayores activos y uno de los pilares de nuestra imagen en el mundo” y que “la cultura es uno de los sectores relevantes en la recuperación post-covid”. Por su parte, la directora académica del Cervantes, Carmen Pastor, ha desgranado los contenidos de la nueva edición de este libro de cabecera para todos los interesados por el español, coeditado con Bala Perdida y patrocinado por la Fundación Iberdrola España.
En la presentación del anuario, el director del Cervantes, Luis García Montero, se ha “quitado el traje institucional para ponerse el de filólogo” (con algún adorno de poeta) y ha hablado de la mirada de Luis Cernuda sobre Benito Pérez Galdós, asunto que centra el capítulo que ha escrito para el anuario, donde reflexiona sobre la identidad y la lengua a través de esos dos grandes escritores, así como el papel de la lengua en la identidad de las personas y de los pueblos.
Más allá de las cifras, y además del artículo de García Montero, el anuario contiene otros textos que reflexionan sobre distintos asuntos que atañen a nuestra lengua. Así, dedica el segundo bloque a la reflexión sobre el papel de la lengua española en propia identidad individual y social. Aborda la relación con diversas lenguas con las que convive en determinados territorios: el guaraní en Paraguay, el chabacano en Filipinas o el judeoespañol en Israel, así como su situación en Guinea Ecuatorial o en Estados Unidos y, dentro de España, en la bilingüe Galicia.
Respecto al guaraní, Ladislaa Alcaraz de Silvero, ministra de Políticas Lingüísticas de Paraguay, explicó a través de un vídeo las particularidades de la coexistencia de esa “lengua de la coloquialidad” con el español, que es la “lengua de prestigio y del acceso al mundo laboral”. Incluye el artículo «Hablar idiomas», de Antonio Muñoz Molina, para quien aprender una lengua extranjera viene a ser "una impostura secreta, un convertirse parcialmente en otro". Por último, el anuario revisa la situación del español en Alemania, Marruecos y la India, del turismo idiomático en España y de los libros académicos en español.