“Se equivocan los que piensan que es más fácil contar hechos verídicos que inventar una anécdota, sus relaciones y sus leyes —escribió el maestro Piglia—. La realidad, es sabido, tiene una lógica esquiva; una lógica que parece, a ratos, imposible de narrar”. Pues bien, esta es una de esas ocasiones en que podrán comprobar cómo se desafía esa lógica.
Pero empecemos por el principio, e invitemos a entrar en las páginas de Tiza roja resguardados en las palabras del autor, quien presenta el propósito de su empeño “como una mirada a nuestro tiempo, a realidades y conflictos de hoy, a los miedos y deseos que nos agitan, a nuestras ansiedades pero también nuestras esperanzas”. Esta es la idea que otorga sentido a lo que la voz literaria de Isaac Rosa (Sevilla, 1974) considera “cincuenta intentos por contar qué nos pasa”. Así que su mirada, unida a esta voz que se ha ido afinando a base de observar, recrear y escribir (novelas, relatos, columnas) no pueden ser más que dos buenas razones para dejarse seducir por el estilo, perspicaz y persuasivo, de quien revalida con su firma su visión crítica.
La tercera razón está en el mejor baluarte de este escritor: hacer de la escritura el espacio idóneo para que la vida real sea testigo de sí misma. Razón que empuja a leer por el mero placer de disfrutar de la fórmula con la que construye cada relato: un estilo culto, propio, envolvente, atento al detalle, a crear un escenario de realidad -¡pura realidad!- donde lo insólito es asunto del enfoque con el que asalta cada situación, de la tensión surgida de la propia realidad, y del efecto con el que sabe rematar cada intento.
Estos relatos reúnen lucidez y pasión en un deslumbrante ejercicio de compromiso entre ficción y realidad
¡Pura ficción! Cincuenta relatos cuyo escenario es la gran ciudad y su tiempo el que vivimos, de manera que, organizados a la manera de las secciones clásicas de un periódico, como forma de reconocer que nacieron vinculados a su labor periodística, podemos ir de una a otra y detenernos sin la obligación de tomar una dirección única. Nos hablan a nosotros, órbitas de esa realidad que asedia con violencia, miedos, incertidumbres, hartazgo, a veces también con justicia poética… Elijamos la sección de Política, por ejemplo, que incluye “Tiza roja”, elegido con acierto para titular el conjunto: toda la intriga orbita alrededor del enigma desatado por una cifra escrita en en suelo, en la Puerta del Sol de Madrid, cifra que cambia, misteriosamente, cada madrugada, cuyo efecto viral no se hace esperar: ¿a qué se refiere? ¿al número de mujeres asesinadas, inmigrantes ahogados, el tiempo transcurrido desde alguna desaparición...?
Son tantos los motivos que podrían respaldar la protesta en la calle…. que falta “tiza roja” que llame la atención sobre ellos. En Ofertas de empleo espera otra parada ineludible, “El ángel exterminador”: narra la tensión contenida dentro de un despacho, la presión de las condiciones morales y salariales. Sociedad enfoca dilemas humanos que sobrecogen, como “Ropa limpia” (brillante manera de narrar el infortunio); en Anuncios por palabras no se pierdan “Recuerda “o “Compro oro”, y en Cultura y espectáculos, “Friends” corrobora un estilo tan sagaz que logra señalar la vida de todos, hacer que el relato individual adquiere la densidad y la complejidad del relato colectivo.
Y por si hicieran falta más razones para animar a tener a mano este volumen, ahí va otra: opinaba Juan Benet que las frases cortas equivalen a la lucidez y las largas a la pasión. Pues bien, este volumen reúnen las dos, lucidez y pasión, en un deslumbrante ejercicio de compromiso entre ficción, literatura y realidad.