Juan Manuel Gil ha ganado con su novela Trigo limpio el Premio Biblioteca Breve 2021, convocado por la editorial Seix Barral. El jurado, compuesto por los escritores Pere Gimferrer, Enrique Vila-Matas, Olga Merino y Raquel Taranilla y por la directora de la editorial, Elena Ramírez, destaca de la obra ganadora que “narra con asombrosa agilidad y desde el humor la fascinación por la infancia perdida en un barrio periférico, así como la naturaleza de la fabulación literaria a través de pasadizos que conectan las lecturas que todos llevamos dentro”.
El narrador de esta historia se encuentra jugando un partido de fútbol cuando salta una verja y rompe a correr por la pista de un aeropuerto, justo en el momento en que un avión se dispone a aterrizar. Sucede un verano, a las puertas de su adolescencia, y persigue desesperadamente un balón que el viento de levante quiere arrebatarle para siempre mientras sus amigos le jalean. Mucho tiempo después de aquel frenético incidente que cambiará sus vidas, cuando aquellos hechos parecen ya doblados y ordenados en algún lugar de la memoria más lejana, el narrador recibe un inesperado y desconcertante mensaje. Simón, uno de sus mejores amigos en aquellos días, y del que no sabe nada desde hace más de veinticinco años, le envía un correo electrónico para hacerle una propuesta: ¿Por qué no escribes sobre nosotros? En un mensaje posterior Simón se arrepiente de su encargo. A partir de ese momento, el narrador, empujado por la obsesión de hallar la semilla de su próximo libro, se empecina en seguir el rastro de Simón y descubrir por qué ya no quiere que escriba su historia.
Juan Manuel Gil nació en Almería, en 1979. Es escritor y profesor. Formó parte de la primera promoción de residentes de la Fundación Antonio Gala. Con su primer libro, Guía inútil de un naufragio (2004), obtuvo el Premio Andalucía Joven de Poesía. Desde entonces se ha centrado en la novela: Inopia (2008), Las islas vertebradas (2017) y Un hombre bajo el agua (2019). Es autor, además, de dos volúmenes de difícil clasificación: Mi padre y yo. Un western (2012), que le valió el Premio Argaria, e Hipstamatic 100, una recopilación de textos en los que mezcló vida y actualidad.
"El origen de la novela está, por un lado, en un intenso deseo y, por otro, en una escena recurrente. El deseo era el de escribir un libro sobre la fascinación que siempre ha despertado la literatura en mí; siempre me ha seducido el poder de la palabra colocada en el orden y en el momento adecuados", señala Gil en una entrevista difundida por la editorial. "Creo que desde niño fui consciente de que la fabulación era una especie de máquina que hacía posible la emoción en cualquier momento y en cualquier lugar. Para mí era lo mismo que hablar de magia. En cuanto a la escena recurrente que no era capaz de sacar de mi cabeza, constituye precisamente el inicio de la novela: yo corriendo desesperadamente detrás de un balón por el medio de una pista de aterrizaje. Cuando hice colisionar aquel deseo con esta escena, comencé a escribir la historia".
En cuanto al uso del humor, su autor explica: "Desde que tomé las primeras anotaciones de lo que iba a ser esta historia, tuve claro que el humor sería un ingrediente irrenunciable. Fundamentalmente por dos razones. La primera: la literatura española no se puede entender sin el humor y esta novela iba a dar cobijo a algunos libros de esa tradición literaria. Era mi particular homenaje a aquellas historias que comenzaron a afinarme la mirada como lector al entrar en el instituto. La segunda: sentí que solo podía asumir el juego de identificar autor y narrador si lo acometía desde cierta perspectiva paródica. No me llevo bien con la solemnidad, mucho menos cuando recae sobre uno mismo".
En esta edición del Premio Biblioteca Breve se han presentado 967 manuscritos, 57 de ellos firmados con seudónimo, informa la editorial. Del resto, solo uno de cada cinco fueron escritos por mujeres, lo que para Elena Ramírez constituye "una alarmante desigualdad". La editora señala también que "el coronavirus ya está presente en los manuscritos recibidos, sea como telón de fondo de historias variadas, como protagonista indeseado o como excusa para que los escritores relaten su experiencia durante el confinamiento. En este sentido, los géneros que exploran el yo, las novelas biográficas, autobiográficas, la autoficción y los diarios novelados han tenido un aumento considerable respecto al año pasado, hasta suponer casi una quinta parte del total de los manuscritos presentados". Este tipo de obras representa un 19,85 % del total presentado a concurso. Por su parte, el género policiaco y los thrillers representan un 15,09%, mientras que las sagas familiares o las novelas sobre relaciones paternofiliales representan un 14,68 %.