La lectura fue, para muchos españoles, “un faro” durante los meses de confinamiento que sufrió el país desde el 15 de marzo del año pasado. Así la ha definido Patrici Tixis, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, durante la presentación del Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros en España correspondiente a 2020 junto al ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. El estudio, encargado por la FGEE a la consultora Conecta, revela que durante aquellos meses el 57% de la población mayor de 14 años leyó libros en su tiempo de ocio con una periodicidad como mínimo semanal y le dedicó una media de 8 horas y 25 minutos a la semana a esta actividad. Antes de la pandemia, la proporción era del 50% y el tiempo dedicado, 6 horas 55 minutos. Tras el verano, una parte del incremento de la lectura inducido por la pandemia se mantuvo, quedando en un 52,7% de la población y 7 horas 25 minutos semanales.
El efecto del confinamiento sobre la lectura se dio principalmente entre las mujeres y los menores de 35 años. Mientras la lectura de ocio con frecuencia semanal creció solo 4 puntos en el caso de los hombres (del 44 al 48% de los encuestados), en el de las mujeres el aumento fue de 10 (del 56 al 66% de las encuestadas). Por edades, la franja de 25 a 34 años fue la que más creció, pasando del 50% al 65%. Al igual que con el dato sin desglose por género y edad, después del verano parte de todos estos incrementos se mantuvieron.
“Leer libros me ha ayudado a llevar mejor la situación durante el confinamiento”. El 81% de las personas encuestadas se ha identificado con esta afirmación, y la mayoría relacionó esta actividad con palabras como “entretenimiento”, “desconexión”, “relajación” y “tranquilidad”.
El ministro Rodríguez Uribes ha señalado que "el fomento de la lectura es un asunto de país. Hacer de la lectura un hábito es uno de los objetivos fundamentales del Ministerio". En ese sentido, considera que el barómetro "aporta un diagnóstico necesario para nuestras políticas en materia de libro, de bibliotecas y de hábitos de lectura". El ministro ha anunciado que antes del verano se presentará el nuevo Plan de Fomento de la Lectura 2021-2024 y ha aprovechado también su comparecencia para anunciar que la escritora Elvira Lindo será la próxima presidenta del patronato de la Biblioteca Nacional.
Crece la lectura de ocio, cae la ‘obligada’
Si ampliamos la horquilla temporal a todo el año 2020, el informe revela que el 68,8 % de la población española mayor de 14 años lee libros al menos una vez al trimestre. Aunque esta cifra general es solo tres décimas mayor que la del informe de 2019, el director del estudio, Óscar Chicharro, ha hecho hincapié en el incremento de la lectura en tiempo de ocio, que ha sido de casi dos puntos, del 62,2% de la población en 2019 al 64% en 2020. Además, en la última década, ese parámetro acumula un aumento de 7 puntos. Por el contrario, la lectura de libros por trabajo o estudios descendió notablemente durante 2020, del 27,5% de los encuestados al 23,1%. En comparación con 2010, en estos diez años este tipo de lectura ha crecido 1,6 puntos.
Como decíamos al principio, en 2020 el número de lectores frecuentes (diarios y semanales) de libros en tiempo libre se sitúa en el 52,7% de la población española mayor de 14 años (un 34,7% lo hace todos o casi todos los días y el 18% una o dos veces por semana). El 11,3% de la población son lectores ocasionales (el 7% lee alguna vez al mes y el 4,3% alguna vez al trimestre). El estudio revela también algunas “cruces importantes”, ha señalado Tixis. La principal de ellas es que el 36% de los españoles no lee nunca libros en su tiempo libre, aunque es una tendencia que va disminuyendo cada año. En resumen: uno de cada tres españoles mayores de 14 años lee todos los días en su tiempo libre, el segundo no lee jamás si no es por obligación y el tercero se debate entre leer una vez a la semana, al mes o al trimestre.
Desplome de la lectura en la tercera edad
El estudio refleja tres grandes brechas en los hábitos de lectura: por región, edad y nivel educativo. Extremadura, Canarias, Andalucía y Castilla-La Mancha son, por ese orden, las comunidades autónomas que menos leen y las que más, Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña, también por ese orden.
En cuanto a las franjas de edad, los jóvenes de 14 a 24 años son los que más leen (un 73,8%), en las siguientes franjas se estabiliza la lectura en torno al 65% aproximadamente, con ligeras variaciones, y en la franja de más de 65 años la lectura se desploma al 49,2% de la población.
La población más lectora es, con mucha diferencia, la que tiene estudios universitarios (85,7%), seguida por aquella que tiene estudios secundarios (61,4%) y en último lugar, de quienes tienen estudios primarios solo lee el 39,6%.
A estas tres brechas hay que añadir la de género: las mujeres siguen siendo más lectoras que los hombres en todas las franjas de edad, siendo más acusada en la franja de 45 a 54 años (con una diferencia de 19 puntos) y en la de 55 a 64 años (22 puntos de diferencia), mientras que la brecha desaparece en la de más de 65 años, cuando la lectura desciende abruptamente hasta el mismo nivel citado anteriormente.
Hábitos digitales
El 30,3% de la población de 14 años o más ya lee libros en formato digital al menos una vez al trimestre. Supone un aumento de 1,2 puntos respecto a 2019, pero en comparación con 2010 (5,3%) el porcentaje se ha quintuplicado. El e-reader y el ordenador son los dispositivos más utilizados, si bien un 6,2% lee libros en el móvil, lo cual ha sorprendido a los autores del estudio por su reducido tamaño de pantalla.
Durante 2020 ha aumentado notablemente la proporción de lectores de libros en formato digital que pagan por los libros electrónicos (39,8%). Sin embargo, siguen siendo mayoría los que los obtienen sin pagar y seis de cada diez de los entrevistados que se descargan libros electrónicos gratuitamente saben perfectamente cuándo la descarga no es legal.
Hábitos de compra
En cuanto a la compra de libros (quedan excluidos de los siguientes datos los libros de texto), esta se sitúa en un 51,7% de la población encuestada. Supone un incremento de 1,3 puntos con respecto a 2019 y de 11 puntos con respecto a 2010.
Siete de cada diez encuestados compraron libros en librerías tradicionales, que se mantienen como el principal canal de compra de libros no de texto y crece durante 2020. Le sigue internet que aumenta significativamente como canal habitual de compra en 2020, pasando de un 31,9% al 38,4%, porcentaje que asciende al 49% en el caso de la población de 25 a 44 años.
Bibliotecas desiertas pero bien valoradas
En 2020 descendió notablemente el número de visitantes a las bibliotecas a causa de las restricciones a la movilidad y la suspensión del servicio de bibliotecas parte del año. A la pregunta “En el último año, ¿ha ido a alguna biblioteca o bibliobús?” respondieron afirmativamente en 2019 un 32% de los encuestados, mientras que en 2020 el porcentaje cayó al 23,2%. No obstante, se mantiene la excelente valoración que este servicio recibe por parte de los ciudadanos: un 8,3 sobre 10 de media, nota que en Cataluña alcanza el 8,8, seguida de Castilla y León y País Vasco (8,6) y Cantabria (8,5).
Lectura infantil y juvenil
En el barómetro de 2020 ha descendido la proporción de padres que leen a sus hijos menores de 6 años (del 83,6% de 2019 al 74,4%), pero lo hacen más tiempo, pasando de 2 horas y 39 minutos a 3 horas semanales. El dato más positivo de la lectura infantil es que crece dos puntos (hasta el 88,8%) el porcentaje de los niños de 6 a 9 años que leen libros aparte de los de texto.
En la franja de 10 a 14 años el 79,8% de los niños son lectores frecuentes. A partir de los 15 años se reduce notablemente la proporción de lectores frecuentes de libros en tiempo libre, hasta el 50,3% en la franja de 15 a 18 años, que crece ligeramente hasta el 52,7% en mayores de 18 años.
Un año no tan malo para el sector
Más allá de los datos de lectura del informe, al ser preguntado por la situación de editoriales y librerías durante 2020, Patrici Tixis considera que, a pesar de que el confinamiento coincidió con los dos grandes eventos del sector del libro, Sant Jordi en Cataluña y la Feria del Libro de Madrid, que no pudieron celebrarse, tras la reapertura hubo “una afluencia masiva de gente a las librerías”. No obstante, en la exportación de libros, uno de los pilares de la primera industria cultural española, ha habido “caídas de entre el 40 y el 50%” por la debilidad del mercado latinoamericano, que se ha resentido más por la pandemia, asegura el presidente de la FGEE. También el mercado del libro de texto, muy importante para el sector, ha caído un 10%. “A pesar de todo ello, aunque pensábamos que sería un año muchísimo peor, ha habido muchos factores que han contribuido a que no lo sea tanto, pese a las dificultades que seguimos teniendo”.