El libro se titula De la noche a la mañana pero José María Velázquez-Gaztelu (Cádiz, 1942) ha tardado en escribirlo 50 años. Medio siglo volcado en 500 páginas que dan voz a algunos de los más insignes representantes de la estirpe flamenca. Se trata de una compilación miscelánea que agrupa reseñas, artículos y poesías (en 2016 ganó el Premio Fray Luis de León con Viajes de la eternidad) aunque se nutre sobre todo de los cientos de testimonios recabados como entrevistador infatigable. Un valioso archivo antropológico albergado en dos históricas series de Televisión Española: Rito y geografía del cante y Rito y geografía del baile, emitidas entre 1970 y 1973.
Velázquez-Gaztelu ha transcrito algunos de los encuentros de esa época, como el que tuvo con Camarón, cuando algunos ortodoxos —más papistas que el Papa— se atrevían a recriminarle la pérdida de pureza por abandonar la Baja Andalucía e instalarse en Madrid. El artífice de La leyenda del tiempo manifiesta su indiferencia: “Yo no les echo cuenta, voy a mi aire”.
De la noche a la mañana, lapso en el que carburaba y combustionaba el flamenco tradicionalmente en ventas, tablaos y casas particulares, incorpora también un buen puñado de conversaciones sostenidas en Nuestro Flamenco, programa de Radio Clásica que dirige y presenta desde 1984 (otra fuente impagable para entender la evolución del cante, el baile y el toque).
Asimismo, la selección añade algunas gemas de su regular contribución a las páginas de El Cultural, donde colabora de 2008. Como su conversación, ese mismo año, con Morente, que reivindicaba “la infinidad de caminos” por los que se puede llegar a las emociones más jondas. ¿Quién le iba a decir a Velázquez-Gaztelu que atesoraría tan copioso patrimonio en 1964, cuando siendo un primerizo en el oficio de entrevistar se sentó delante de la Niña de los Peines y esta sólo pudo ofrendarle silencio? “Su memoria ya estaba habitada por sombras difusas”.
Estamos, en fin, ante un gozoso e ilustrativo paseo por este arte de misterioso origen, prologado por Luis Landero y ‘comentado’ por sus hacedores y protagonistas, los que se fueron (Paco de Lucía, José Menese, El Lebrijano…) y los que, en este mundo globalizado y licuado, lo reafirman mediante su renovación: Niño de Elche, Israel Galván, Rocío Molina… Idónea lectura de la que pueden sacar partido, cada uno en su plano, desde el neófito al especialista. Con destellos tan inspiradores como el que hace constar en acta El Cabrero: “Me gusta dormir en el baldío antes que en el redil”.