Poco más de dos años han pasado desde la sorpresiva y prematura muerte de Claudio López Lamadrid (Barcelona, 1960-2019) y quizá todavía es algo pronto para pensar en un legado. No así para recordar su figura, como hace su amigo el crítico literario y también editor Ignacio Echevarría (Barcelona, 1960), en las páginas del emotivo y personal Una vocación de editor. Volumen en el que recuerda, además de al compañero, al lector y prescriptor que ejerció su trabajo de forma apasionada entre dos siglos y dos orillas.
A lo largo de esta semblanza, que arranca con una impagable anécdota del escritor mexicano Emiliano Monge sobre cómo López Lamadrid construía “su burbuja”, Echevarría acerca, alumbra y explica la personalidad del editor. Y lo hace viajando desde el relato de los cinco años en los que trabajaron codo con codo en una incipiente Tusquets a principios de los 80, hasta la narración de los riesgos asumidos por un Claudio volcado, ya desde su puesto como director editorial de Literatura Random House, en tender el ansiado puente entre España y América Latina, “su gran aportación”.
En este libro Ignacio Echevarria recuerda al López Lamadrid lector y prescriptor entre dos siglos y dos orillas
También ahonda en otros aspectos como la cálida relación personal con los autores, su espíritu irreverente o su pasión por toda innovación tecnológica como el libro electrónico y las redes, que chocaba con su gusto por la dimensión artesanal del trabajo de editor. “El editor trabaja para el escritor, y no viceversa”, explicaba López Lamadrid, que también veía su oficio como el de un prescriptor, aunque sin perder el olfato y el sentido comercial.
“Un editor es un prescriptor, pero que no contrata sólo lo que le gusta sino también lo que le conviene", decía, ilustrándolo con este ejemplo que traía a colación en una charla mantenida con Echevarría al hilo del 20º aniversario de El Cultural: “como decía un viejo editor francés, el negocio editorial es muy sencillo: de diez libros que publicamos se pierde dinero con ocho y recuperamos con los otros dos”.