Janet Malcolm, escritora y periodista de escuela que trabajó para el The New Yorker durante décadas, ha muerto en Nueva York a los 86 años a causa de un cáncer de pulmón, según ha confirmado su hija Anne Malcolm. Durante sus 55 años de trayectoria, Malcolm escribió infinidad de artículos y gran cantidad de ensayos y libros en torno a los temas que más le interesaban: literatura, biografía, fotografía, psicoanálisis y psicología criminal.
Su trabajo más conocido es un ensayo que lleva por título El periodista y el asesino (1990). En él, se centra en la relación entre Joe McGinnis, un escritor superventas, y Jeffrey MacDonald, un médico acusado de matar a su familia. Sin embargo, en lugar de centrarse en el caso en sí mismo, que ya había sido abordado en varios artículos y películas, Malcolm puso el foco en una demanda que el acusado había presentado contra el autor alegando que había sido engañado.
Maestra indiscutible de la no ficción literaria, sus primeras líneas dictaron sentencia: “Todo periodista que no sea demasiado estúpido o engreído como para no darse cuenta de lo que está sucediendo, sabe que lo que hace es moralmente indefendible. El periodista es una especie de hombre de confianza, que explota la confianza, que explota la vanidad, la ignorancia o la soledad de las personas, que se gana la confianza de estas para luego traicionarlas sin remordimiento alguno”. Por supuesto, fueron muchas las voces que se enfadaron ante su afirmación y muchos escritores insistieron en que no era así como trataban a sus sujetos.
Un idioma de adopción
Malcolm nació en 1934 en el seno de una familia judía acomodada de Praga (entonces capital de Checoslovaquia). En 1939, cuando tan solo tenía cinco años, sus padres reunieron el dinero suficiente para obtener una visa que les permitiera salir del país, hostigado por el nazismo. Al llegar a Estados Unidos se cambiaron el apellido y en 1940 se trasladaron al Upper East Side de Manhattan, donde su padre ejerció la medicina para los habitantes checos de clase trabajadora. En el jardín de infancia a Malcolm le costaba aprender inglés que tan brillantemente moldearía de adulta, pero en Manhattan le dio un empujón al idioma.
Posteriormente, estudió en la High School of Music and Art en Manhattan y luego en la Universidad de Michigan, donde escribió para The Michigan Daily, el periódico de la escuela, y la revista de humor Gargoyle, en la que como editora lanzó una parodia del New Yorker. Durante los años de universidad conoció a Donald Malcolm, con quien se casó y se trasladó a Washington, ciudad en la que ambos ejercieron el periodismo en The New Republic. Fue en 1957 cuando entró a formar parte de The New Yorker. Durante casi diez años firmó "About the House", una columna sobre diseño, y entre 1975 y 1981 escribió sobre fotografía, se atrevió con la crítica teatral y se convirtió también en crítico de libros.
Volcada en el psicoanálisis
Entre los libros de Janet Malcolm figuran Diana y Nikon, una colección de ensayos sobre fotografía, Psicoanálisis: La profesión imposible (1981) y En los archivos de Freud (1984), basado en su artículo sobre el controvertido autor de psicoanálisis Jeffrey Moussaieff Masson. También el citado El periodista y el asesino (1990), sobre la demanda interpuesta por un asesino convicto contra el autor de un libro sobre su crimen, examina la relación entre escritor y sujeto. Su obra más reconocida se publicó por primera vez en 1989 como un artículo de dos partes en The New Yorker y como libro al año siguiente.
Centrada en desentrañar los recovecos de la mente humana, no había tema que se escapara a la afilada pluma de Malcolm. En La mujer en silencio: Sylvia Plath y Ted Hughes (1994) explora la vida y la obra de la malograda escritora. “Lo que la autora parece decirnos es que no hay biografía que no sea arbitraria, ni intimidad que no sea vulnerable. Después de leer este libro, lamento el crédito dado a las muchas leyendas que conforman nuestro conocimiento de los autores que admiramos”, escribió sobre ella José Manuel Benítez Ariza en estas páginas. Más adelante, en 1999 publicó El crimen de Sheila McGough en el que exploró el sistema legal estadounidense y su relación de poder con el individuo.
Otros títulos destacados de la dilatada trayectoria de Malcolm son Reading Chekhov, Dos vidas: Gertrude Stein y Alice B. Toklas en Guerra y paz, Forty-one False Starts: Essays on Artists and Writers y Nobody's Looking at You: Essays.